El receptor abierto estelar se tomó un tiempo para "recuperar las piernas y arreglar mi cabeza", tras un frustrante 2023
FLORHAM PARK -- Para el término de la temporada pasada, el receptor abierto de los New York Jets, Garrett Wilson, era la personificación de un cierto lema comercial: necesitaba alejarse.
Frustrado por otra temporada perdedora y abiertamente crítico hacia la ofensiva --y, por extensión del coordinador ofensivo Nathaniel Hackett--, Wilson lo describió como "el peor año de mi vida". Así que salió del área de New York y, entre otras cosas, visitó Italia y Arizona, donde pasó algún tiempo meditando en el desierto. Lo describió como una gran manera de desconectarse.
"Era Zen, hombre, Estaba relajado", compartió después de una práctica reciente. "Tenía que recuperar las piernas y arreglar mi cabeza".
Todo parece solucionado al tiempo que Wilson se prepara para su tercera temporada, algo que podría tener un enorme impacto en cómo se desarrolla el resto de su carrera.
Wilson, primer jugador de los Jets desde Keyshawn Johnson (1998-1999) en registrar temporadas consecutivas de al menos 1,000 yardas en recepciones, se ha demostrado como receptor abierto primario. Ahora, el desafío es elevar eso uno o dos niveles, demostrar que puede estar considerado dentro de la élite de la NFL. Con el mercado de receptores abiertos explotando recientemente, podría estar a la puerta de un masivo día de cobro.
"Tiene todas las cualidades de un receptor abierto estelar", notó el quarterback Aaron Rodgers. "Sentimos que si ambos podemos mantenernos sanos, entonces podemos lograr muchas cosas este año. Pero, será importante que nos comuniquemos".
Rodgers y Wilson pasaron su primer receso de temporada juntos creando química, antes de que el pasador quedara marginado por una rotura en el tendón de Aquiles izquierdo en septiembre pasado, en la cuarta jugada de la temporada. Entonces, comenzó un carrusel de quarterbacks, la historia de la joven trayectoria de Wilson.
En dos campañas, Wilson ha atrapado pases de seis quarterbacks distintos, ninguno de ellos apellidado Rodgers. La lista consiste en Zach Wilson (95 recepciones), Joe Flacco (27), Mike White (22), Trevor Siemian (19), Tim Boyle (12) y Chris Streveler (3). Exceptuando a Rodgers, nadie más está en el club.
Wilson está solo entre sus comparables, en este respecto: de los 18 receptores abiertos con un mínimo de 1,000 yardas en recepciones en cada una de las dos temporadas previas, es el único en tener al menos una atrapada de seis pasadores diferentes. Davante Adams, Brandon Aiyuk y Amari Cooper tuvieron a cinco quarterbacks, cada uno. Por el otro lado, Stefon Diggs disfrutó la mejor de las consistencias, solo un quarterback. Wilson ansía eso.
"Si podemos hallar un modo de mantenernos erguidos allá afuera y mantener a Aaron de pie, estoy emocionado por ello y todo lo que viene con ello", reveló Wilson, quien va en su tercer coach de posición y segundo coordinador ofensivo.
La inestabilidad de quarterback es algo fuera de su control, pero se mantiene como una fuente de frustración. Lo mismo, sucede con las derrotas; una marca de 14-20. Se trata de una experiencia nueva para Wilson. En tres temporadas para Ohio State, se fue con foja de 31-4. Cuando se le preguntó acerca de sus metas para el 2024, señaló el éxito del equipo.
"Ganar partidos y ganar en los playoffs", precisó Wilson. "Estoy confiado de que haremos eso. ... Vamos a anotar puntos, y tendré que ver en ello. Todos lo haremos, estoy emocionado".
Wilson quedó frustrado por momentos la temporada pasada, a veces permitiendo que se le escapara para ser consumida por el público. Generó especulaciones acerca de si deseaba quedarse a largo plazo, en caso de que continuaran las dificultades.
También, está el factor Rodgers. ¿Qué sucede si el pasador de 40 años de edad se retira al año siguiente, o el que le sigue a ese? Los Jets seleccionaron a Jordan Travis en la quinta ronda, pero es demasiado prematuro bautizarlo como el sucesor. Un signo de interrogación en la posición de quarterback es una proposición temida para cualquier receptor abierto.
Cuando se le preguntó a finales de la campaña pasada acerca de su futuro a largo plazo, Wilson dijo a ESPN, "No sé qué depara el futuro. Sé que estoy aquí por cuatro o cinco años", la longitud de su contrato. Le restan dos temporadas a su pacto de novato, además de una opción a un quinto año. Será elegible para un contrato nuevo una vez que culmine la próxima temporada, cuando las cosas pueden ponerse interesantes.
Desde el final de la pasada temporada, ocho receptores abiertos han firmado contratos nuevos que promedian al menos 23 millones de dólares por temporada, encabezados por el salario promedio anual de 35 millones de dólares que acordó Justin Jefferson en su extensión con los Minnesota Vikings. Tres de esos ocho obtuvieron nuevos convenios luego de su tercera temporada: Jaylen Waddle (28.3 millones de dólares anuales), DeVonta Smith (25 millones de dólares anuales) y Nico Collins (24.3 millones de dólares anuales).
Los Jets nunca han extendido a un ex recluta de primera ronda después de tres años --el tackle defensivo de Pro Bowl, Quinnen Williams, debió esperar cuatro-- lo que anuncia un potencial problema para el próximo receso de campaña en caso de que Wilson insista en el tema. Y, podría no ser el único en busca de un contrato nuevo.
El esquinero Sauce Gardner y el ala defensiva Jermaine Johnson serán elegibles para acuerdos nuevos, igualmente. Como Wilson, fueron seleccionados en la primera ronda del 2022. El corredor Breece Hall, seleccionado en la segunda ronda del 2022, también será elegible.
Wilson está motivado y enfocado. Le encantaría hacer como Mike Evans e hilar 10 temporadas consecutivas de al menos 1,000 yardas, estableciéndose como un modelo de consistencia.
"Es lo que se anunció", expresó el coach de receptores Shawn Jefferson. "Este chico puede ser exactamente o lo que quiera ser. Ustedes hablan de 'eso'. Él posee 'eso'".