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Cowboys rinden homenaje a Marshawn Kneeland en juego vs Raiders

Los jugadores y el staff de los Cowboys recordaron a su excompañero Marshawn Kneeland luego de su fallecimiento la semana pasada.


LAS VEGAS — Cuando el entrenador de los Dallas Cowboys, Brian Schottenheimer, abandonó el campo del Allegiant Stadium el lunes por la noche entre los vítores de los aficionados tras la victoria por 33-16 contra los Las Vegas Raiders, no dejó de señalar su camiseta.

Schottenheimer llevaba una de las camisetas en memoria de Marshawn Kneeland, el ala defensiva de los Cowboys que murió el 6 de noviembre por lo que, según las autoridades, fue una herida de bala autoinfligida tras una breve persecución policial.

“Mentiría si dijera que no se me saltaron las lágrimas cuando me puse esta camiseta por primera vez, como pueden imaginar”, reconoció Schottenheimer, con la voz ronca y llena de emoción. “Pero, sobre todo, sé que Marshawn nos estaba mirando desde arriba y queríamos que se sintiera orgulloso. Y creo que lo conseguimos”.

Tras una semana de descanso, los Cowboys pasaron la primera parte de la semana pasada reuniéndose como equipo y luego en grupos más pequeños con terapeutas especializados en duelo. El martes celebraron una vigilia con velas en memoria de Kneeland. Cuando volvieron a entrenar por primera vez el jueves, algunos jugadores indicaron que se sentían bien al volver al campo.

Querían honrar a Kneeland con su juego.

“Obviamente, salir ahí esta noche y jugar con el estilo con el que él jugaba, la intensidad, el esfuerzo, el remate... Estoy muy orgulloso de los chicos”, aseguró el quarterback Dak Prescott, quien lanzó cuatro pases de touchdown. “Esto no pone fin a nada. Vamos a seguir adelante, dando a conocer a Marshawn y llevando su legado. Y tenemos que jugar así todas las semanas de ahora en adelante. Él siempre estará con nosotros”.

Prescott escribió las palabras “One love” (Un amor) en la cinta de su muñeca, una de las frases favoritas de Kneeland. Desde los carteles hechos a mano por los aficionados en las gradas hasta el minuto de silencio antes del partido, hubo constantes recordatorios de Kneeland. Además de las camisetas, los cascos de los Cowboys tenían un sticker azul con el número 94 de Kneeland. Su camiseta de juego estaba colgada en el vestuario y se encontraba detrás del lado defensivo del banquillo durante el partido.

A su llegada, el entrenador de la línea defensiva, Aaron Whitecotton, llevaba una réplica de la camiseta con el número 94 de Kneeland. Los Cowboys volverán a llevar las camisetas con la imagen de Kneeland la semana que viene contra los Philadelphia Eagles, aunque es posible que algunos las lleven durante el resto de la temporada.

Los Raiders llevaron camisetas en los calentamientos previos al partido con la inscripción “Call an Audible” en la parte delantera y “988” en la espalda, el número al que hay que llamar para contactar con la línea de ayuda Suicide & Crisis Lifeline.

“Hay que jugar a pesar del dolor. Es parte del juego. No esto en sí, pero jugar con dolor es algo que forma parte del juego”, afirmó el tackle defensivo de los Cowboys, Osa Odighizuwa. “Solo hay que ser capaz de compartimentar y aceptar ese dolor y utilizarlo. No puedo decir que nadie lo entienda, (las) personas que no juegan al fútbol, pero si has pasado por algo así, entonces sabes cómo se siente. Has tenido que seguir adelante y seguir avanzando, simplemente siendo capaz de reutilizar ese dolor”.

Prescott agregó que la energía antes del partido era profesional. Schottenheimer indicó que había una concentración familiar mientras sonaba la música. En el campo, la defensa tuvo una de sus mejores actuaciones, cediendo solo un touchdown y 236 yardas. El quarterback de los Raiders, Geno Smith, fue presionado en 16 de 49 retrocesos. Fue derribado cuatro veces y golpeado 18 veces.

Los cuatro pases de touchdown de Prescott fueron para cuatro receptores: los wide receivers CeeDee Lamb, George Pickens y Ryan Flournoy, y el tight end Jake Ferguson.

Flournoy era uno de los mejores amigos de Kneeland. Su esposa y la novia de Kneeland, Catalina Mancera, también son muy amigas. Las parejas solían salir juntas.

Después de su touchdown, Flournoy miró brevemente hacia arriba, pensativo.

“Vamos a jugar por él durante toda la temporada”, dijo Flournoy. “Era nuestro compañero de equipo, nuestro hermano. Solo hay que seguir adelante, seguir jugando. Sabiendo que él está aquí con nosotros. Se ha ido, pero no se ha ido. Sigue con nosotros”.