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Super Bowl 50 es la oportunidad perfecta para cimentar un legado

SAN FRANCISCO -- La trama parece ser, en realidad, bastante sencilla: el Super Bowl 50 servirá para cimentar el legado de uno de los mejores mariscales de campo de la historia.

No estoy hablando de Peyton Manning. Hablo de Cam Newton.

Antes de seguir adelante, es crucial hacer la siguiente aclaración. En ningún momento he negado que Manning sea uno de los mejores mariscales de campo de la historia. Es un Top-10 seguro en la historia del deporte, sin lugar a dudas, y su ingreso o no al Top-5 depende de la opinión personal de cada quien. Si Manning decide que el Super Bowl 50 será su último partido de fútbol americano en la NFL, se retirará con uno de los currículos más impresionantes en el rubro estadístico.

En ese sentido, su legado ya está cimentado. Perder el Super Bowl 50 no afectará su posición dentro de la historia, ni mucho menos sus oportunidades de ingresar al Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional en Canton, Ohio, en su primer año de elegibilidad. Ganarlo probablemente tampoco lo afectará demasiado en el sentido inverso. Si eres de la opinión de que Manning está por debajo de los Dan Marinos, John Elways, Joe Montanas y Tom Bradys de la historia, un triunfo este domingo en el Super Bowl 50 hará poco para cambiar tu opinión. Escribí en el mismo sentido hace dos años, después de que los Denver Broncos cayeran en el Super Bowl XLVIII ante los Seattle Seahawks. El lugar de Manning está seguro en la historia de la NFL, y ese lugar es un asiento de primera fila.

Sin embargo, para Newton la cosa es distinta.

Empecemos por el principio. Newton fue un prospecto de cinco estrellas a nivel preparatoria en Westlake High School de Atlanta. Llovieron las ofertas de becas universitarias, incluyendo Oklahoma, Georgia, Virginia Tech, Mississippi, Mississippi State y Maryland, pero al final se decidió por Florida, donde inmediatamente ganó el puesto de N° 2 como suplente de otro futuro ganador del Trofeo Heisman, Tim Tebow.

Un incidente extradeportivo --se encontró que Newton había comprado una computadora portátil usada a otro estudiante-- lo llevó a abandonar el programa, no ser echado, y vino una desviación hacia Blinn College en el pequeño pueblo de Brenham en Texas.

En Blinn, bajo la guía del entrenador en jefe Brad Franchione, Newton condujo a los Buccaneers al título nacional NJCAA del 2009, cuarto en la historia del programa, al tiempo que realizaba las mismas tareas que el resto de sus compañeros, incluyendo pintar las gradas del minúsculo estadio.

Después de un nuevo proceso de reclutamiento que lo vio aterrizar en Auburn --no sin controversia, luego de que se descubriera que su padre habría pedido 120,000 dólares para que aceptara enrolarse en Mississippi State--, Newton llevó su nivel de juego a otro nivel. El pasador se convirtió en el jugador más eléctrico de la NCAA, y se hizo acreedor del Heisman, el Maxwell Award, el Walter Camp Award, el Davey O'Brien Award, el Manning Award, fue designado Jugador Colegial del Año por The Associated Press, elegido All-American de primer equipo por 10 publicaciones de renombre, y fue designado miembro del equipo ideal de la SEC en el 2010.

A eso siguió un proceso de draft en el que los Carolina Panthers realmente nunca hicieron un buen trabajo de tratar de esconder que buscarían convertir a Newton en su mariscal de campo franquicia con la primera selección global.

Por supuesto, Newton no tardó demasiado en dejar su huella. Fue designado Novato Ofensivo del Año, quebrando varias marcas para jugador de primer año que dejó su contrincante del domingo, Manning, en 1998. A eso hay que sumarle una larga lista de récords de la NFL y de los Panthers que ha acumulado en poco tiempo.

Con Newton al volante, Carolina ha ganado tres títulos divisionales al hilo --del 2013 a la fecha-- en una NFC Sur que nunca antes había visto a un campeón repetir. En las primeras 16 campañas de existencia de la organización, los Panthers calificaron a postemporada en cuatro ocasiones. Lo han hecho tres veces en los cinco años de Newton.

Aun así, lo mejor podría estar por delante. Un triunfo el domingo --además de hacerse con el premio a Jugador Más Valioso el sábado-- colocaría a Newton en el súper exclusivo club de aquellos que han ganado un título colegial, un trofeo Heisman, un JMV y un anillo de Super Bowl; un club que solamente tiene a un miembro: Marcus Allen. A diferencia de Newton, sin embargo, el campeonato colegial de Allen en USC se consiguió cuando era suplente de Charles White, en 1979.

Además, eso ingresaría a Newton en otro club extremadamente exclusivo; uno que comprende únicamente a Joe Namath y Joe Montana. Si los Panthers ganan el Super Bowl 50, se convertiría en apenas el tercer mariscal de campo en liderar a su equipo universitario a un título nacional, y después a su equipo profesional a un título de Super Bowl. Por supuesto, lo que separaría a Newton de Namath y Montana es que ganó un Heisman, y además también fue campeón a nivel JuCo.

Si hablamos de jugadores que se hicieron con el Heisman, ganaron un título colegial y uno profesional, contamos a Tony Dorsett, Charles Woodson y Reggie Bush; Newton sería el primer mariscal de campo de esa lista.

Los ganadores de un título universitario, un Super Bowl, y una designación de JMV son Ken Stabler, Brady, y Montana, mientras que Paul Hornung es el único --aparte de Allen-- que ha ganado el Heisman, un título colegial y un Super Bowl.

Todos los jugadores mencionados arriba son miembros del Salón de la Fama, o en su defecto, futuros miembros, con excepción de Bush. El hecho de que Newton se pueda anotar en esa clase de listas --incluso si no sucede en el Super Bowl 50-- es extraordinario, y todavía más si sumamos que se trata de un campeón de JuCo que además fue elegido primero global.

Con todo y eso, Newton sigue siendo blanco de críticas ridículas, como ha sido por buena parte de su carrea. Todavía recuerdo aquel reporte mediático previo al draft del 2011 que sentenciaba: "Su sonrisa no parece genuina".

El dabbing se ha vuelto el talón de Aquiles preferido para los críticos recientemente, pese a que no existe ninguna diferencia esencial al gesto del cinturón de un Aaron Rodgers --por mencionar cualquier cosa--, para atacar el gusto de Newton por el juego. ¿No era acaso esa alegría por el fútbol americano una de las cualidades que más se le aplaudían a Brett Favre?

Está por concluir la quinta temporada de Newton en la NFL. Descontando lesiones, no existe motivo para suponer que no pueda tener una carrera larga y productiva. Le falta mucho trabajo por delante a Newton para construir un legado del tamaño de los monstruos citados arriba, incluyendo el pasador que estará al otro lado de la banca, pero su carrera como mariscal de campo de fútbol americano --si empezamos a contar desde la preparatoria hasta el momento-- realmente no tiene paralelo. Un triunfo en el Super Bowl 50 añadiría una estrella dorada más al currículo que cualquier chico que juegue este deporte desearía conseguir.

Quizás es momento de dejar de preocuparse tanto por lo que hace después de anotar touchdowns y poner mayor atención en lo que hace para anotarlos. En ese momento, podríamos comenzar a apreciar a la clase de atleta que hemos tenido frente a nosotros.