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Raúl Allegre 6y

Los golpes con intención de lastimar no tienen cabida en la NFL

Muchas gracias a todos los seguidores en Twitter que me han ofrecido remedios para el mal que me ha aquejado en los últimos días. Hasta el momento nada ha funcionado, pero he disfrutado algunas de las pócimas. El siguiente paso, ya que no viajo ni tengo que salir al aire, es darle una oportunidad al tequila… por supuesto con moderación.

Hablando de males, vaya partido de "Monday Night Football" que nos tocó entre Pittsburgh y Cincinnati. No fue sorpresa la violencia que vimos. La mala sangre que existe entre estos dos equipos data desde 1983, cuando Keith Gary de Pittsburgh le jaló la careta a Ken Anderson de Cincinnati volteándole la cara 180°. La intensidad bajó durante los años de mediocridad de Cincy, pero regresó en 2005, en el partido de comodines cuando Kimo von Oelhoffen le dio un golpe en la rodilla a Carson Palmer rompiendo varios ligamentos. Continuó en 2009, con el bloqueo de Hines Ward que le fracturó la quijada a Keith Rivers que dio paso a la regla de los golpes a jugadores indefensos. El partido de comodines de la temporada 2015, fue otro ejemplo. Vontaze Burfict dio golpes duros a Ben Roethlisberger, quien salió en camilla, y a Antonio Brown, quien sufrió una conmoción y no pudo jugar el siguiente partido de playoff.

Ayer vimos primero una lesión seria de Ryan Shazier quien no puede culpar a nadie sino a él mismo por taclear con la corona del casco a un rival. Técnicamente le pudieron marcar un castigo por "targeting". Contacté a Alberto Riverón, el supervisor de oficiales para confirmar. Más tarde vimos el golpe de JuJu Smith-Schuster a Burfict, quien había dado un partido excelente. Burfict no pudo continuar. El golpe de Smith-Schuster es penalizado bajo la regla en honor de Ward, que prohíbe un golpe a un jugador indefenso en el área del cuello o la cabeza. Además, Smith-Schuster recibió otro castigo por conducta antideportiva por parase sobre Burfict y mofarse de él, casi al estilo Cassius Clay sobre Sonny Liston. Sólo faltó el movimiento del brazo derecho en señal de burla.

George Iloka también fue suspendido por el golpe violento que le propició a Antonio Brown cuando este recibió un pase de touchdown. Iloka buscaba que Brown soltara el balón en el pase que empataba el partido, pero eso no justifica poner en riesgo la vida de un oponente. Iloka tuvo otra jugada al final del segundo cuarto cuando pudo interceptar un pase, y regresarlo para anotación, pero optó por golpear a Brown. En esa jugada, Iloka no voltea a ver el balón que de hecho le pega en el hombre.

He oído y leído comentarios respecto a la violencia en este partido. Algunos dicen que "así es el fútbol americano", que se trata de un deporte violento. No concuerdo. Muchos de los golpes pudieron hacerse dentro de la definición de las reglas teniendo el mismo resultado.

Smith-Schuster pudo bloquear a Burfict con el hombro en el pecho. Iloka pudo tratar de zafarle el ovoide a Brown al final sin ir casco a casco. El deseo de lastimar de Iloka le costó una intercepción y quizás una anotación que hubiera complicado el partido para Pittsburgh. Pittsburgh también obtuvo buena posición de terreno después del kickoff que usaron para el gol de campo de la victoria. Entiendo la enemistad entre equipos rivales. La viví cuando estaba con los Gigantes y enfrentábamos a Philadelphia y a Washington. En ese entonces, Buddy Ryan, que era un entrenador desquiciado, fomentaba el tratar de lesionar rivales. Esa actitud, y la de hoy en día entre Pittsburgh y Cincinnati, debe ser erradicada.

Otro ejemplo inexcusable fue el golpe de Rob Gronkwoski a Tre'Davious White de Buffalo. Para los que no lo vieron, Gronk se lanzó sobre White, quien después de una intercepción a un pase hacia Gronk, estaba tendido en el piso. Gronk lo aplastó con su vasta humanidad dándole además un codazo.

Gronk pidió disculpas públicamente y Bill Belichick ofreció las suyas a Sean McDermott, entrenador en jefe de Buffalo. En esa jugada también hubo castigos personales contra Danny Amendola, y Micah Hyde. Estas faltas, y la de Gronk, se cancelaron. Hubo otra más de Jerry Hughes por hacer contacto con un árbitro. Esta fue la única que se cobró. La NFL debe de enmendar su reglamento para que este tipo de faltas personales no se cancelen. ¡Tiene que haber consecuencias en el momento!

Gronk fue suspendido un partido por la falta que cometió. No sé qué tan sincera fue la disculpa de Gronk, porque está apelando su suspensión. Lo hace porque si falta a un partido, no sólo perdería 250,000 dólares del salario de la semana, sino también correría el riesgo de dejar de ganar hasta 5.5 millones de dólares en incentivos que tiene en su contrato y que están basados en el porcentaje de jugadas totales en que participe, y en el número de yardas por pase y touchdowns logrados en la temporada. Es obvio que el dinero puede más que la integridad personal y la sinceridad.

Los golpes duros pero limpios son parte del juego. Los jugadores saben a lo que se exponen, pero los golpes con intenciones de lastimar no tienen cabida en este gran deporte.

La semana pasada me enteré de la decisión de Ben McAdoo de mandar a la banca a Eli Manning para el partido contra Raiders después de escribir la nota semanal. Pude opinar al respecto en "NFL Live".

Este domingo habrá una reunión de ex jugadores de los Gigantes de NY. Era tanto el furor por la falta de respeto de McAdoo a Eli, que se planeaba que todos los que asistieran a dicha reunión portarían una camiseta con el número 10. El lunes, John Mara, dueño, presidente y director general de los Gigantes tomó cartas en el asunto y despidió a McAdoo y al gerente general Jerry Reese.

En el segmento 'Do Your Job' de "NFL Live", hablé de cómo Reese, McAdoo, la línea ofensiva y los compañeros le habían quedado mal a Eli. Reese por no reforzar la línea ofensiva ni firmar a un buen corredor. McAdoo por tener un esquema que no le va a Eli y varios jugadores por fallar en momentos críticos. La marca de 2-9 de hace una semana no era totalmente culpa de Eli, pero así se percibió con la decisión de McAdoo. Eli no es el mismo que ganó dos Super Bowls, pero sigue siendo un excelente quarterback. Si lo rodean de jugadores capaces y un sistema que vaya con sus facultades todavía sería productivo.

McAdoo trató de convertir a Eli en Aaron Rodgers usando el mismo esquema ofensivo que tienen en Green Bay. Eso es buscarle la cuadratura al círculo. No funcionó. Es triste que el mejor quarterback en la historia de una franquicia tan ilustre como los Gigantes termine su carrera en este equipo de esa manera. Será titular el domingo contra Dallas. Ya lo confirmó Steve Spagnuolo, el entrenador en jefe interino. Pero Eli no continuará, o no debe continuar en los Gigantes. Hace varias semanas escribí en este espacio que el lugar ideal sería en Jacksonville, reuniéndose con Tom Coughlin. Eli, gracias por los remontes de marcador al final de dos Super Bowls contra Bill Belichick, Tom Brady y el resto de los Patriotas. Esos anillos son para siempre. El jugar para el mismo equipo no.

Sorprendente la victoria de Seattle frente a Philadelphia. Los Halcones Marinos son un hueso duro de roer en casa, pero este año habían sido derrotados en sus dos últimos partidos como locales contra Washington y Atlanta. Pudieron haber ganado ambos encuentros, pero cometieron muchos castigos y errores.

Contra Philadelphia vimos a un equipo más disciplinado y enfocado, en particular a la defensiva. Dos de los tres miembros de la "Legion del Boom" están fuera el resto de la temporada junto con Cliff Avril. Pensábamos que defensivamente todo estaba perdido. La actuación del domingo por la noche demuestra que no es así. La defensiva de pase no tiene el mismo nivel, pero pudieron neutralizar a la ofensiva más prolífica de la liga. Philadelphia, con la segunda mejor ofensiva terrestre, no llegó a las 4 yardas por acarreo y Carson Wentz tuvo sólo un touchdown con una intercepción.

Russell Wilson siguió demostrando que es candidato a jugador más valioso. De los 30 touchdowns ofensivos del equipo es responsable de 29. Con Pete Carroll, son un equipo que cierra fuerte cada temporada. Desde 2013, tienen marca de 29-10 a partir de noviembre. Un juego no define una temporada, pero ayuda a generar confianza. Ahora tienen que viajar a Jacksonville y recibir a los Carneros de Los Angeles en las próximas dos semanas. Estos juegos definirán si tienen con qué para calificar y llegar lejos.

Sin lugar a dudas, el equipo más completo de la NFL es Minnesota. La manera de jugar es un ejemplo de cómo se complementan en las tres fases del juego. Tienen una ofensiva que convierte el 46 por ciento en tercera oportunidad lo cual ayuda en el tiempo de posesión. Contra Atlanta vimos cómo pudieron cerrar el partido en el último cuarto con series ofensivas de 15 jugadas que culminó en touchdown, y otra de nueve para terminar el encuentro. Su defensiva puede presionar y defender el pase mejor que nadie. Matt Ryan no pudo superar las 200 yardas por pase y Julio Jones fue dominado por Xavier Rhodes. Los equipos especiales dan buena posición de terreno, aunque podrían tener un mejor pateador. Por el momento son el equipo N° 1 en la NFC y controlan su destino.

Finalmente, felicidades a Frank Gore, uno de mis jugadores favoritos de todos los tiempos. Tuvo 61 yardas por tierra y promedió 4.7 yardas por acarreo Jacksonville. Con esas yardas rebasó a Jerome Bettis y LaDainian Tomlinson, ambos miembros del Salón de la Fama, y se colocó en el quinto lugar entre corredores con 13,697 yardas por tierra.

Sin más, ¡Rumbo a Minnesota!

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