MÉXICO -- Primer domingo de esta recién nueva temporada.
Si empiezo esta nueva serie de columnas que tanto extrañe en este receso de la NFL hablando de la importancia de los quarterbacks en la liga, no estaría aportando nada. Todos entendemos la diferencia entre un gran mariscal de campo, uno bueno y uno malo (que los hay).
Para retomar esta nueva serie, quiero compartir con ustedes la siguiente reflexión acerca de aquellos responsables de conducir sus respectivas ofensivas.
LOS REGRESOS
Quizá el regreso que más expectación género fue el de Andrew Luck que se perdió toda la temporada pasada tras lesionarse en la Semana 17 del 2016.
Su regreso al juego apenas fue confirmado hace unas semanas.
Luck terminó el partido ante los Cincinnati Bengals con dos pases de touchdown y una intercepción, pero dejó la sensación que ya está de regreso. Gran noticia para los Indianapolis Colts, que sin lugar a dudas lo extrañaron.
Con todo y Luck, los Bengals se llevaron el triunfo de manera merecida en Indianapolis.
Otro ansiado regreso era el de Ryan Tannehill, que si bien no es un mariscal de élite es sin duda el mejor pasador que ha tenido Miami desde Dan Marino, con mucho respeto para el legendario jugador de los Dolphins.
Tannehill terminó con dos pases de anotación, dos intercepciones y más de 200 yardas aéreas. Nada para escribir a casa, pero después de Jay Cutler (casi) cualquier cosa es mejor.
AARON RODGERS CON UNA SOLA PIERNA ES MEJOR QUE MUCHOS OTROS MARISCALES EN DOS
Con una lesión que sufrió en la rodilla izquierda durante la primera mitad del partido ante los Chicago Bears, Rodgers salió de la enfermería para lanzar tres pases de touchdown, dando una magistral exhibición para conducir a su primera victoria del año a los Green Bay Packers.
DECEPCIÓN
Deshaun Watson tuvo un impresionante año durante las primeras siete semanas de la temporada anterior --como novato con los Houston Texans-- y llegó estar en la discusión para el premio al Jugador Más Valioso de la NFL.
La versión que vimos de Watson este domingo está muy alejada de lo que mostró en el 2017. Sin ritmo, sin precisión y sin opciones. Un pase de touchdown, otro interceptado y el 50 por ciento de efectividad en sus pases completos.
CAMBIOS DE EQUIPO
Durante el receso de la temporada ocurrieron tres cambios de equipo notables entre los mariscales de campo.
Case Keenum llegó a los Denver Broncos procedente de los Minnesota Vikings y a pesar de tres intercepciones, lanzó tres pases de anotación. Claro, no es para hacer una fiesta pero al menos debutó con una victoria en Denver.
Alex Smith llegó de los Kansas City Chiefs a los Washington Redskins para debutar también con un buen triunfo en el que lanzó dos pases de touchdown, sin intercepciones. No hubo errores para un buen jugador "acusado" de no ganar juegos importantes. Veremos sin con el cambio de domicilio logra convencer a sus detractores.
Kirk Cousins se fue a los Vikings y cayó con pie derecho. Lanzó dos pases de touchdown sin entregas en la victoria sobre los San Francisco 49ers.
El "Capitán" Kirk ya tiene un mejor equipo del que tuvo en Washington y los hombres púrpura tienen al mariscal que quizás los lleve al jugar el "Súper Domingo".
LA SORPRESA
Si yo les hablo de un quarterback que lanzó cuatro pases de touchdown y anotó otro más por tierra, con más 400 yardas lanzadas, seguramente me darían nombres como Drew Brees, Rodgers o el de alguna otra figura prominente de la liga. Pues no.
Ryan Fitzpatrick, en reemplazo de Jameis Winston con los Tampa Bay Buccaneers, logró la mejor actuación de su carrera ante unos sorprendidos New Orleans Saints a los que les anotó 48 puntos.
Mucho tenemos que ver aún de esta temporada, pero hoy lo grandes protagonistas fueron los mariscales de campo.