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Gane o pierda el SB LIII, Tom Brady es ya la referencia para los QBs del futuro

Sí. Tom Brady viene de perder en su última aparición en un Super Bowl y para quien lleve la cuenta, suma tres derrotas en el juego por el título de la NFL.

Al mismo tiempo, es el quarterback con más victorias en el Super Bowl, está a un triunfo de conseguir su sexto anillo de campeón y por sí solo suma más apariciones en el Super Bowl que los siguientes pasadores más ganadores en ese juego, Terry Bradshaw y Joe Montana, cada uno con cuatro.

Hagamos a un lado las comparaciones. Este texto no tiene la intención de dar razones para catalogar a Brady como el mejor quarterback en la historia de la NFL, pero sí la de dimensionar el tamaño de su legado.

Tan pronto decida retirarse, Brady será la figura con la que se compararán a los pasadores del futuro, incluso a varios que dan actualmente sus primeros pasos en la NFL.

La realidad es que Tom Brady cimentó su legado el 5 de febrero en Houston, cuando guió a los Patriots a recuperarse de un déficit de 25 puntos al inicio del tercer cuarto para vencer 34-28 en tiempo extra a los Atlanta Falcons en el Super Bowl LI.

Además de su eficiencia como pasador y de la labor de todo un equipo a su alrededor, Brady mostró el temple, carácter y sangre fría que un líder en cualquier deporte debe tener para guiar a todo un grupo de jugadores.

Esto ya había pasado antes. ¿Recuerdan cuando Montana guió a los San Francisco 49ers a vencer a los Cincinnati Bengals en el Super Bowl XXIII con una serie ofensiva que inició con 3:04 por jugar en el último cuarto y que concluyó con un pase de touchdown a John Taylor con 34 segundos en el reloj?

¿Quién es la figura con la que siempre se compara a Brady en la –inútil—discusión sobre el mejor quarterback en la historia? Así es… con Montana.

A diferencia de Brady, Montana prácticamente no enfrentó adversidad alguna y eso no le quita mérito alguno a sus conquistas.

Otro hecho que dimensiona correctamente la figura de Montana en la historia de la NFL es el impacto que tuvo en los Kansas City Chiefs, a los que guió a la Final de la AFC en la temporada de 1993 con un roster menos talentoso de los que tuvo en San Francisco.

Lo mismo ha sucedido con Brady en New England. A diferencia de los primeros equipos con los que ganó anillos de campeón, sus apariciones en el Super Bowl las ha hecho con equipo con menos talento en el roster.

Si bien es cierto que Montana o Bradshaw terminaron invictos en el Super Bowl, la realidad es que, mientras más veces se llega a este punto, mayor la probabilidad de perder y Brady suma tres derrotas.

Sin embargo, el quarterback ha hecho su trabajo en esos tres descalabros. Brady dejó a los Patriots arriba en el marcador en las dos derrotas ante los New York Giants (ediciones XLII y XLVI) y ante los Eagles (XLII), logró poner al frente a New England en el último cuarto, luego de ir abajo en la pizarra en todo el juego.

Las manchas en su legado
El aspecto negativo en la carrera de Brady puede ilustrarse con un balón desinflado. El problema es que su legado también estará ligado al escándalo por espiar a rivales de los Patriots.

Sin embargo, Brady parece haber superado cualquier duda razonable con los logros que ha alcanzado desde que los Patriots fueron disciplinados por videograbar a coaches asistentes de los Jets en 2007 y por el escándalo de la presión de los balones en el Juego de Campeonato de la AFC en 2014.

Los ojos vigilantes de los rivales, de los detractores y de la NFL han estado sobre los Patriots y Brady desde entonces y New England mantiene el hábito de extender su campaña o salir de vacaciones hasta febrero.

Varios afirman que es Bill Belichick el artífice del éxito del quarterback, pero, al final, quien es el responsable de la ejecución en el campo es Brady y para bien o para mal, juega en la posición más importante, a la que se le da el mayor crédito en las victorias y la que recibe la mayoría de las críticas en las derrotas.

Trece viajes a la final de conferencia, nueve al Super Bowl y cinco anillos de campeonato indican que Brady sabe responder en los momentos de presión. A veces perderá, pero en esas ocasiones ha hecho lo necesario para ganar.

Ahora va por su sexto Trofeo Vince Lombardi. Si lo gana, seguramente irá por el séptimo. Si no lo consigue el próximo domingo, regresará con la firme intención de conseguirlo como lo ha hecho ya en tres ocasiones.