MIAMI -- El colectivo siempre es más fuerte que la suma de individualidades.
Aunque a la vez hay jugadores más importantes que otros, y Todd Gurley ha sido probablemente uno de los dos más importantes de todos para los Rams en las últimas dos temporadas.
De hecho, el corredor de Los Angeles fue nombrado el Jugador Ofensivo del Año la temporada pasada tras acumular 2793 yardas totales y 19 touchdowns.
Producto de su efectividad, los Rams lo premiaron con una extensión de contrato de cuatro temporadas y 60 millones de dólares.
La ecuación no cambió mucho en el inicio de esta campaña, dado que Gurley seguía vulnerando a cuanta defensiva le pusieran enfrente.
En los primeros 14 juegos, fue el catalista de la ofensiva de los Rams con 1851 yardas totales y 21 touchdowns.
Su producción era tal, que hasta ese entonces era considerado en la terna para el premio al Jugador Más Valioso junto a Drew Brees y Patrick Mahomes.
Acto seguido llegó una lesión de rodilla, que le impidió jugar en los últimos dos partidos de temporada regular, y la posterior contratación de C.J. Anderson.
El ataque terrestre de los Rams no sufrió con Anderson, que explotó en la escena con 403 yardas y dos touchdowns en sus primeros cuatro juegos.
“No lo podría haber hecho sin Todd”, declaró Anderson. “Desde el minuto uno me ha apoyado, y tener un compañero así ayuda mucho”.
Poco le importó a Gurley, que insiste que está 100 por ciento saludable, que su protagonismo bajó drásticamente cuando regresó.
“Yo he estado en sus zapatos, él quiere brillar y lo respeto”, explicó Gurley. “Tengo la fortuna de ya haber firmado mi contrato, y lo único que me importa es que gane el equipo”.
Más allá de que uno pueda pensar que esta es la actitud que todos los atletas deberían emplear, lejos está de serlo.
Gurley tuvo cuatro acarreos contra los 16 de Anderson, quien estaba viendo la NFL desde su sillón en noviembre, en el Campeonato de la NFC.
Sin embargo, no se escuchó ni una sola queja.
“No puedo estar más contento con la manera en que Todd manejó esta situación”, expresó el entrenador en jefe Sean McVay. “Es mi deber ahora buscar la manera de involucrarlo más en el partido porque lo vamos a necesitar”.
Si los Patriots tienen una deficiencia a la defensiva, es detener a los corredores rivales cuando se involucran en el ataque aéreo. Gurley tiene grandes manos, y ahora además tuvo una semana extra para recuperar aún más su rodilla, que él nunca ha usado como excusa.
“Si ganamos el título, no me importa cuántos acarreos tengo, ni quién es el MVP”, concluyó Gurley.
Sinceramente, no recuerdo un jugador con status de superestrella comportándose de una manera tan loable.
Y cuando alguien piensa en el equipo antes qué en su propia persona, sólo pueden suceder cosas buenas.
Gurley ya es el MVP en libro.