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Diego Hernández en ESPN: de su barrio Villa Española con los cuentos de su abuelo sobre Obdulio Varela a sus sueños en el Botafogo

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Diego Hernández: "Me gustaría dejarle la puerta abierta a otros uruguayos como el Loco Abreu" (1:11)

El futbolista uruguayo, nuevo jugador del Botafogo, también recordó en ESPN cómo vivió siendo un niño el histórico penal del Loco ante Ghana por el Mundial de Sudáfrica 2010. (1:11)

El uruguayo Diego Hernández, nuevo jugador del Botafogo de Brasil, conversó en exclusiva con ESPN sobre su trayectoria, recordando los cuentos de su abuelo sobre Obdulio Varela, su paso por las juveniles de Peñarol, las hormonas de crecimiento que debió inyectarse como Lionel Messi y lo que significa ahora defender a un club en el que el Loco Abreu dejó una huella.

Tras debutar como profesional en setiembre del 2020 y jugar tres años en la Primera de Wanderers (‘mi casa, mi gente’), Hernández fue transferido al Botafogo de Río de Janeiro firmando un contrato por tres años.

“Sé que el Botafogo es un cuadro grande, pero también familiero y eso me gustó, era lo más parecido a Wanderers en ese sentido y fue también por lo que le dimos para adelante. Espero que me vaya bien; es una adaptación brava porque el brasileño es un fútbol moderno, muy dinámico y con muchos partidos, pero voy a intentar adaptarme bien, consolidarme, jugar y dar lo mejor de mí”, destacó el nacido el 22 de junio del 2000.

Luego comentó sobre los buenos recuerdos que dejó Abreu en Botafogo: “Sí es una mochila, pero lo tomo más por el lado de que un uruguayo dejó las puertas abiertas, entonces me gustaría ir, rendir y dejarle las puertas abiertas a otros compatriotas”.

“¿Dónde estaba en el penal de Abreu ante Ghana en el 2010? Yo siempre viví en Villa Española, pero mi padre vivía en el barrio Cerrito y me iba los fines de semana a pasar con él. Y me acuerdo que cuando el Loco pica el penal, nosotros pateamos todo, mesa de luz, todo, salimos llorando. Nunca lo imaginamos. O sea, sí imaginamos que lo podía picar pero no en esas circunstancias, la verdad que fue un monstruo”, rememoró entre risas Hernández.

De cara a este nuevo desafío en su carrera, su primera experiencia en el exterior, el futbolista también subrayó el respaldo de su gente más cercana: “La familia es lo más grande, por suerte me toca una familia que siempre está, estando más en los momentos malos que en los buenos, eso se valora más porque en los momentos buenos te rodea mucha gente a diferencia de los malos, que son los más en este deporte”.

“Y después mi familia también está en decisiones mucho más grandes, por ejemplo estaban muy informados y metidos en esta decisión de ir a Botafogo que capaz es el quiebre de mi carrera, es una decisión muy grande y ellos estaban al tanto y sabían todo”, enfatizó.

EL BARRIO VILLA ESPAÑOLA Y LOS CUENTOS DE SU ABUELO CON OBDULIO VARELA

Si el estadio del Botafogo es el Nilton Santos, en alguna oportunidad Hernández podrá ser local jugando en el mítico Maracaná, escenario donde la Selección Uruguaya ganó el Mundial de 1950.

A propósito, el jugador recordó que su abuelo conocía a Obdulio Varela, capitán de ese equipo charrúa que vivía a pocas cuadras de la casa del abuelo de Hernández en el barrio Villa Española: “Sí, eran amigos. Incluso Obdulio luego de ganar el Mundial vino a comer asado a casa con otros jugadores. Mi abuelo Walter, fallecido en diciembre del 2020, era muy dado con todo el mundo, dejó una huella por cada lado que pasó, algo que es difícil”.

“Yo le preguntaba sorprendido por Obdulio Varela: ‘Abuelo, la frase esta…’ Y él me las contaba y un montón de cosas más. No sólo sueño con hacer un gol en el Maracaná, sino tener un buen presente y si Dios quiere un buen pasaje en Botafogo”, afirmó Hernández.

E indicó sobre Villa Española: “El Villa es mi barrio, siempre agradecido por todo. Tengo varias anécdotas, amigos, gente del club de cuando jugué ahí de chico en AUFI (Asociación Uruguaya de Fútbol Infantil), llevo esa gente en el corazón”.

LA IMPORTANCIA DE LA DOCTORA MENDOZA Y LAS HORMONAS DE CRECIMIENTO DE MESSI

En su adolescencia, Hernández debió someterse a un tratamiento con hormonas de crecimiento, proceso recomendado por la doctora Mendoza: “Ella debe ser una de las personas que están en ese arbolito que uno dibuja dónde están las personas más importantes de mi vida. Es una doctora que en su trabajo se la jugó, y hoy estoy donde estoy capaz que también por algunas decisiones personales de ella”.

“Ella fue la primera que me lo dijo (que necesitaba un tratamiento con las mismas hormonas que se inyectó Lionel Messi), y me hizo tomar conciencia. Hice dos años y medio de tratamiento, pero durante el primer año no crecía mucho hasta que la doctora me agarró, y se puso firme conmigo en una charla fuerte donde me hizo entrar en razón. A partir de ahí empecé a pincharme yo, eso era lo importante porque para que el cuerpo se desarrolle mejor tenía que hacerlo yo por un tema sicológico”, señaló.

Y agregó: “Costaba pincharse. El primer año no podía, me apoyaba la aguja y no entraba. Hasta que hablé con la doctora y me dijo ‘si no te pinchás, no jugás más’, y lo tuve que hacer, no me quedaba otra”.

SUS CARACTERÍSTICAS, REFERENTES Y SU FESTEJO BAILANDO: “SIENTO QUE EL FÚTBOL ES ALEGRÍA”

El zurdo futbolista comentó que le gusta jugar tanto por derecha como por izquierda del ataque, e indicó que incluso en su última etapa en Wanderers jugó detrás del nueve, algo que ‘también me gusta porque se llega mucho al área y te quedan pelotas lindas’.

Destacando que sus principales características son la velocidad y el uno contra uno (teniendo además una formidable pegada), Hernández dijo al ser consultado sobre sus referentes futbolísticos: “Messi está allá arriba de la ola. Después miro mucho a Antony, a Vinicius, me gustan mucho los extremos a pierna cambiada”.

A propósito de los brasileños, Diego festeja sus goles como uno de los tantos nacidos en ese país: “Me gusta bailar porque siento que el fútbol es alegría, miro por ejemplo a Vinicius y a Paquetá, jugadores que bailan y la verdad me representan porque para mí el fútbol es alegría, es estar en un ambiente lindo aunque a veces lo normalizamos”.

“Creo que es muy lindo el tema de estar alegre, hacer un gol y bailar y que al otro día tus compañeros te hagan bromas o que te digan que para el próximo hagas otro baile. Eso me gusta y es lindo”, concluyó Hernández.