El regreso de James Rodríguez a Sao Paulo comenzó a planearse en la mañana del 20 de febrero, horas antes de que se confirmara que el colombiano, que había pedido la rescisión de su contrato, cambiara de opinión.
Según informa ESPN, el centrocampista buscó por la mañana a Rafinha, uno de los líderes del plantel y compañero suyo en su etapa en Bayern Munich. James quería escuchar del lateral cómo entendía el acercamiento con el grupo para comunicar su deseo de reintegración.
El grupo “sintió” la ausencia de James, por voluntad propia, de la delegación tricolor en el título de la Supercopa ante Palmeiras. Se disculpó con el grupo por su postura.
“Por supuesto, lo que no estuvo bien fue que cuando no fue a Belo Horizonte, nos dio un poco de pena, pero pidió disculpas, eso es importante”, dijo Muricy Ramalho, coordinador técnico del São Paulo, en una entrevista con el periódico Canal “Arnaldo y Tironi” en YouTube.
La conversación con el resto de los jugadores y también con el cuerpo técnico se produjo por la tarde. James escuchó de todos que su relación no cambiaría nada, algo que le dio confianza para, en una reunión ahora con los directivos, pedir dejar de lado la rescisión y volver al grupo.
Hay otro trasfondo importante para entender el “regreso” de James. Desde su anuncio de salida, no ha recibido ninguna propuesta. La apertura del mercado de fichajes a mediados de año podría incluso ser importante en este contexto.
En la práctica, la situación de James en el plantel sigue siendo la misma. No hay garantías de que sea titular, como quiere. La lucha por la titularidad dependerá, por supuesto, de su actuación.
El esquema actual de Carpini, al igual que el de Dorival, no lo ha favorecido. Apenas ha disputado 14 partidos, con un gol marcado.
Su contrato se extiende hasta junio de 2025. James sólo podrá regresar al campo si se clasifica para los octavos de final del Campeonato Paulista, ya que no estaba inscrito para la fase de grupos.