BARCELONA -- Europa volvió a darle un bofetón al Barcelona. Cayó con la cabeza alta en Old Trafford, nada que ver con lo sucedido la pasada temporada frente al Eintracht, pero a fin de cuentas volvió a ser expulsado. Desde que fuera aplastado en Anfield en la primavera de 2019 no alcanza el equipo azulgrana una semifinal continental y esta vez, nuevamente en la Europa League, le cerró la puerta el Manchester United en el primer cruce.
La decepción debe ser clara cuando es la cuarta eliminación continental en dos temporadas para el Barça de Xavi. Le ocurrió dos veces en la fase de grupos de la Champions y lo repitió en la Europa League, en los cuartos de final la pasada campaña ante el Eintracht y en el play off, de buenas a primeras, contra el Manchester United.
Después de tantas expectativas, el golpe fue duro. Enfrente había un rival mayúsculo y que atraviesa un momento de forma magnífico esta temporada. Le plantó cara en una primera mitad soberbia y acabó doblando la rodilla porque, también, el United tuvo más y mejor puntería. No se debe olvidar que Lewandowski marcó de penalti... Y no volvió a rematar a la portería de David de Gea.
El Teatro de los Sueños fue una pesadilla para el líder de LaLiga, que volvió a demostrar que Europa le queda grande y que los grandes del continente están todavía un paso, o dos, por delante suyo. No le valió de apenas nada su excelente primera mitad ante los diablos rojos porque la empanada con que regresó al césped tras el descanso fue demasiado pesada.
Dominó con solvencia y hasta grandeza en los primeros 45 minutos, sin que se echase en falta la ausencia de Pedri y Gavi... Hasta que se notó. Se notó porque cuando el cansancio hizo mella los cambios no resolvieron, demostrándose de alguna manera que en el Barça hay piezas imprescindibles. Y entre ellas, no se debe dejar de lado, existe una llamada Dembélé, cuyo peso específico y trascendencia sigue siendo muy superior al de Raphinha, que en un partido de máxima exigencia quedó muy por debajo de lo esperado.
Toca mirarse al espejo y entender, y reconocer, que el Barcelona es un equipo en crecimiento que no está todavía a la altura. No fue, en general, inferior al Manchester United pero los detalles, la insistencia, la fortaleza y el vértigo le expulsaron, otra vez, de Europa.