El principal problema de Napoli en la serie de cuartos de final de la UEFA Champions League ante AC Milan fue la ineficacia, y una jugada sirve para describirlo: el penal que Mike Maignan le atajó a Khvicha Kvaratskhelia.
Solo dos veces había pateado al arco el conjunto napolitano cuando, a los 35 minutos del segundo tiempo, Fikayo Tomori tocó el balón con la mano y generó un penal.
Era la gran oportunidad de ir a buscar la épica en los últimos minutos para el local, pero el georgiano remató a la derecha del arquero francés, que se estiró y atajó el segundo penal de la noche, tras el de Alex Meret contra Olivier Giroud en el mismo arco.
Luego, en tiempo de descuento, Victor Osimhen de cabeza marcó el único gol de su equipo en la serie, que fue insuficiente.
Aquella jugada fue la última muestra de la superioridad defensiva y estratégica de Milan en este duelo cien por ciento italiano. El equipo rossonero jugará las semis de la Champions por primera vez desde 2007.