Al Atlético le queda rezar para que las palabras de Filipe Luis no tengan mayor consecuencia luego de que el defensa acusara al arbitraje de la UEFA nada más y nada menos, de “proteger al Barcelona” al tiempo que se quejó del trabajo del silbante Felix Brych, quien expulsó a Fernando Torres al minuto 35, acción que, para los rojiblancos, condicionó el partido en que cayeron por 2-1 ante el cuadro azulgrana en la ida de cuartos de final de la Champions League.
Y es que el Comité de Control y Disciplina de la UEFA suele entrar de oficio emitiendo duras sanciones a las acciones que considera que “atentan contra los principios generales de conducta de la UEFA”, como las quejas subidas de tono contra los silbantes.
Por motivos similares, impuso cinco partidos de sanción a José Mourinho en 2011, entonces técnico del Real Madrid, por quejarse del silbante tras la ida de semifinales, precisamente ante Barcelona, en que el técnico y uno de sus jugadores habían sido expulsados. El portugués además tuvo que pagar 50,000 euros de multa.
En 2014, Manuel Pellegrini, técnico del Manchester City, fue sancionado con dos partidos más uno posible en caso de reincidencia por afirmar que el arbitraje, también en un partido contra el Barcelona, había sido “imparcial”.
Y aún arriesgándose a una sanción y con la vuelta por delante, el brasileño dijo que “hay temblores con que se les pueda eliminar (al Barcelona)” y que no sabía “lo que hay que hacer para que les expulsen a sus jugadores como a los nuestros”.
Las palabras de Filipe Luis causaron tal revuelo que, según la COPE, se llevó una fuerte reprimenda por parte de su técnico, Diego Siemeone, quien le habría pedido que fuera “más inteligente”.
El brasileño no fue el único indignado en el cuadro rojiblanco; sí el que se expresó sin filtros – hasta Simeone terminó admitiendo que “no estoy diciendo todo lo que quiero decir” y que tenía “que pensar” antes de hablar en la rueda de prensa posterior al encuentro.
No solo fue la inferioridad numérica durante más de una hora lo que enfadó al Atlético, si no a quién les fueron a expulsar, y la manera en que sucedió. Perdieron al jugador fetiche. El que hasta ese momento fungía de eje del equipo y hacía de todo – desde el pase pintado al centro del área hasta la oportuna intercepción pasando por el tanto con el que el cuadro rojiblanco había tomado la delantera; el décimo en su cuenta personal en 14 partidos contra el Barcelona.
En 219 partidos con el Atlético de Madrid, Torres no había visto una sola tarjeta roja. Pero dos faltas absurdas, una entrada a Neymar y un rodillazo por la espalda a Busquets, le acarrearon esas dos amarillas que despertaron la furia de Filipe y la tristeza generalizada en las filas del Cholo. Empezando por el ‘9’. Si el Atlético es eliminado – en parte por su culpa – es muy probable que no pueda volver a disputar la Champions con el equipo de sus amores.
“Es uno de los peores días de mi carrera. Me siento muy responsable de que el equipo no haya ganado”, dijo el delantero a la televisión, antes de brincar de la tristeza a la indignación y al igual que Filipe, señalar parcialidad del árbitro y, ya de paso, mostrarse crítico con la decisión de la UEFA de obligar a ambos equipos a jugar con sus segundas equipaciones para evitar cualquier confusión.
“Que dejen de cambiar el color de las camisetas y miren más de poner un árbitro a la altura de este partido”, espetó, igual que Filipe, sin detenerse a considerar que aún quedan 90 minutos en la eliminatoria, aunque no los vaya a jugar. Y otros cuatro partidos antes de Milán, si es que sobreviven.