Jason Silva no aprende. Primero fue por conducir con licencia falsa, luego por manejar en estado de ebriedad e intentar sobornar a Carabineros, y ahora, por tercera vez en este 2019, protagonizó problemas con la ley al ser detenido por una falsificación de un permiso de circulación y trasladado a la 20ª Comisaría de Puente Alto.
El exfutbolista de Palestino y Colo Colo, actualmente sin club, fue formalizado este miércoles en el Juzgado de Garantía de esa comuna por el delito de falsificación de instrumento público y quedó con medidas cautelares de firma quincenal y arraigo nacional durante 100 días que durará la investigación.
Este nuevo polémico episodio es uno de los tantos que ha sumado el jugador. Uno de los que recuerda y lamenta su mala conducta es el emblemático entrenador Hernán "Clavito" Godoy, quien lo dirigió el año pasado en San Marcos de Arica, el último club que defendió Silva.
"No me extraña su situación. Esos jugadores no cambian nunca y (Jason Silva) ya no lo va a hacer, si ha caído tres veces preso, por estado de ebriedad y falsificación de documentos. Este no tiene vuelta ya", reconoce el experimentado estratego, de 78 años, en diálogo con ATON Chile.
"Es un chico que no ha querido enderezarse, pese a todos los problemas que ha tenido. El entorno y ambiente en que se desenvuelve desgraciadamente no lo hacen cambiar, y pasa a ser como noticia espectacular porque está preso, porque maneja sin licencia", añade.
Sobre la llegada del volante al conjunto santo en 2018, el DT recuerda: "Cuando se fracturó un jugador mío el tobillo, autorizaron para hacer el cambio por reglamento. Entonces un dirigente me dijo que se lo habían recomendado mucho, seguramente un empresario. Yo no lo conocía mucho y como me advirtieron que no se portaba bien, entonces le dije: 'bueno, bajo su responsabilidad, porque no tiene muy buenos antecedentes. Pero si no hay otro, traigámoslo'".
"El primer problema fue que pidió que le llevaran su auto último modelo que tenía y el dirigente, como es pudiente, le llevó por tierra el auto. Después, el club le arrendó un departamento y en el primer día se pegó una farra con amigos y mujeres, le pegaron al guardia...lindo jugador llevábamos", completa.
Pero Clavito no se queda ahí y agrega: "Yo lo quería echar al otro día. Además era mal educado, se sentaba mal, se pasaba comiendo las uñas, un flaite, entonces dije que no lo iba a aguantar. Pero como había que justificar su llegada, y después le hacía empeño para jugar, lo intenté colocar de '10', pero le gustaba jugar por la orilla. Nunca jugó lo que podía haber hecho".