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Gol y sacrificio: Santiago Giordana fue el alma de Millonarios en la obtención de la Superliga

Llegó con todas las papeletas de goleador, con un buen registro en 2023 y con una misión: fortalecer una zona que Alberto Gamero pedía a gritos engrosar. La presencia de Leo Castro ya no era suficiente para el entrenador, que recibió con brazos abiertos al argentino Santiago Giordana, que empezó a pagar con creces en la Superliga que Millonarios logró ante Atlético Junior.

Ya había sumado minutos ante Independiente Medellín y, otra vez en el doble '9' con Castro, demostró que está para ser un fijo en el once titular de Millonarios.

De buen porte, salto temible y, sobretodo, sacrificio, Giordana se ganó una lluvia de aplausos del Campín tras una excelsa presentación a la que puso broche de oro con un gol que fue clave para romper el cero.

El argentino fue el complemento ideal de Leo en el frente de ataque. Al contrario de lo que podría aparentar su físico, no es solo un centrodelantero 'tanque', de área y solamente con juego aéreo como principal característica.

Ante Junior, Giordana demostró cualidades técnicas vitales para asistir a sus compañeros, filtrar pases y salir del área para generar conexiones, algo que sirvió en materia creativa para que el Azul rompiera la muralla del Rojiblanco.

El centrodelantero argentino se encargó de hacer estallar al Campín a los ocho minutos del segundo tiempo. Tras una acción fortuita y un rebote de por medio, Giordana olió sangre: capturó una bola perdida y dijo 'a esto vine': remató a pierna derecha y venció a Mele, que poco pudo hacer ante su definición.

El aporte del ex-Garcilaso no quedó allí. Cerca del final, fue partícipe vital del 2-0, anotado por su compañero de ataque, Leo Castro. La peleó fuera del área, se lanzó con todo al piso y recuperó una pelota que derivó en el centro y gol del ex-Pereira.

Celebró, se desahogó y dio un paso importante en este inicio en Millonarios. Giordana fue figura, el alma de un equipo que necesitó armarse de mucha paciencia para revertir el marcador ante el último campeón. Lo logró, festejó con su gente y Alberto Gamero se irá a dormir con la satisfacción de su tercer título al frente del Embajador.