Alemania siempre es candidato. Con suplentes o titulares, los germanos son potencia, tienen claro a qué juegan y lo demuestran en cada competencia.
La gran potencia europea, a la cual Chile enfrentará el 22 de junio en el Kazán Arena, de la ciudad de Kazán, pasa por un momento de prueba pensando en Rusia 2018. De hecho, en esta Copa Confederaciones, el entrenador Joachim Low presentará un plantel con muchas caras nuevas.
La idea es clara: darles descanso a los habituales titulares y comenzar a probar nuevos valores pensando en alternativas para lo que viene.
Se dice que los procesos largos suelen dar sus frutos, y en los casos donde la paciencia le gana a la ansiedad y la desesperación por los resultados esto se comprueba. Low se hizo cargo de Alemania luego del Mundial de 2006 en lugar de Juergen Klinsmann.
Tras perder en las Eurocopas de 2008 y 2012 la chance de ser campeón y en Sudáfrica 2010, logró desquitarse a lo grande en Brasil 2014, donde fue campeón tras vencer a la Argentina.
Esta vez no estarán figuras como Neuer, Höwedes, Hummels, Khedira, Boateng, Mesut Ozil, Müller, Gotze y Cross, entre otros. Si darán el presente otros, como Mustafi, Julian Draxler, Ter Stegen, Hector, Sané, Lars Stindl, Sandro Wagner o Marvin Plattenhardt.
Sin dudas, no será un rival menor. Si algo destaca a Las Aguilas, además de la fortaleza física y el orden táctico, es haber sumado en los últimos años una técnica más depurada.
Ese plus la convierte en un rival durísimo, en cualquier circunstancia.