RÍO DE JANEIRO (Enviada especial) -- Boca Juniors llegó a Río de Janeiro y fue recibido por cientos de hinchas que se acercaron a la puerta del hotel en donde se hospedará el plantel de cara a la final de la CONMEBOL Libertadores frente a Fluminense. La Ciudad Maravillosa ya se prepara para una invasión de fanáticos xeneizes, que paulatinamente se van asentando en tierras cariocas.
Si bien el grueso de hinchas llegará entre el jueves y el viernes, los que ya están en Río se convocaron en las inmediaciones del Hilton para acercarles su apoyo a los jugadores y al cuerpo técnico.
Al realizar el trayecto desde Copacabana (zona donde mayoritariamente se alojan los simpatizantes de Boca) a Barra da Tijuca se puede comprender la decisión de la ubicación geográfica del alojamiento: es una zona pintoresca pero muy retirada, prácticamente cercada por los embotellamientos.
Esta región está muy bien conectada con el aeropuerto y los propios cariocas la describen como “el paradero de los nuevos ricos”. Estéticamente es muy vistosa, con playas privilegiadas, condominios cerrados y construcciones muy modernas. Según un lugareño de 75 años, que vivió toda la transformación del barrio, “levantaron un Miami donde antes no había más que polvo y arena”.
Moverse en Río es un caos. Pero llegar a Barra un día de semana es particularmente complicado, con traslados que se realizan obligatoriamente en auto porque las distancias entre puntos de interés son enormes. Eso genera un tránsito exorbitante, que traduce un recorrido de 40 kilómetros a dos horas de viaje, o más inclusive.
Si bien centenares de hinchas se las rebuscaron para asistir a la bienvenida, la mayoría de los presentes eran quienes estaban alojados en las cercanías, mientras que fueron miles los que no pudieron acercarse por falta de movilidad y complicaciones con los traslados.
Este miércoles por la noche salen cerca de 85 micros desde La Bombonera y se sumarán a la caravana otros 15 ómnibus más. Todo ese público xeneize desembarcará en El Kiosko Buenos Aires, en la Fan Zone de Copacabana, donde está previsto el banderazo para el viernes, a las 16 horas.
El sábado 4 de noviembre, Boca buscará sumar la séptima Libertadores a su vitrina y en Río de Janeiro esperan una movilización descomunal para alentar al equipo que comanda Jorge Almirón.