<
>

La increíble historia de donación de médula que unió para siempre a Estudiantes con Gremio

Ana Inés Meza, hincha de Estudiantes. Montagem ESPN/Divulgação/Getty Images

Siete años antes del partido que Estudiantes jugará este sábado 9 de junio ante Gremio en Brasil por la última jornada de la fase de grupos de la CONMEBOL Libertadores, el club de La Plata comenzó a ganar una eterna conexión con el país. Más precisamente, uno de sus fanáticos...

La fecha es noviembre de 2017. En esa fecha, Ana Inés Meza, una mujer platense que vivía en Ushuaia, descubrió que padecía leucemia linfoblástica aguda, un tipo de cáncer de la sangre. El tratamiento de esta enfermedad implica un trasplante de médula ósea.

Después de algunas sesiones de radio y quimioterapia que no dieron el resultado esperado, comenzó la carrera por encontrar un donante. Las primeras pruebas se realizaron con familiares y ninguno resultó compatible con las necesidades de Ana. Entonces, se aceleró la necesidad y su drama aumentó.

En 2018, la búsqueda se extendió a un donante no emparentado, es decir, alguien fuera del círculo de conocidos. Alguien completamente desconocido. Después de buscar en Argentina y apelar al banco mundial de donantes de médula ósea, surgió una esperanza inimaginable.

Una brasileña de Rolim de Moura, una ciudad de poco más de 55 mil habitantes en el estado de Rondônia, tenía un 90% de compatibilidad con Ana. Era esa donante entre 40 mil (tal la probabilidad estimada) que podía cambiar el destino de la exjugadora de hockey sobre césped hincha de Estudiantes.

Valleska Macedo había calificado como donante en 2015 y hasta 2018 no había recibido ninguna llamada. Hasta que un día llegó el momento y, tras las pruebas de compatibilidad realizadas, Valleska y Ana quedaron unidas para el resto de sus vidas.

La argentina sabía que la distancia que la separaba del donante, sumada a diversas cuestiones burocráticas internacionales, complicaba el proceso. Es decir, iba a necesitar más tiempo en su intenso tratamiento de quimioterapia. Aun así, perdió la esperanza.

“De hecho, después de enterarme que no había posibilidades de que mi hermano fuera mi donante, me quedé conmocionada, pero seguí confiada en que al final algo bueno pasaría”, dijo Ana Inés Meza, directamente desde La Plata para ESPN Brasil.

El tiempo de búsqueda de donantes no emparentados puede llevar de seis meses a un año, pero en solo tres meses apareció Valleska. “Confieso que no esperaba que me llamaran algún día, pero cuando me llamó REDOME (Registro Nacional de Donantes Voluntarios de Médula Ósea) estaba muy ansiosa y con muchas ganas de ayudar, porque si hay un llamado y una posibilidad, es es porque alguien lo necesita de verdad”, dijo Valleska.

El 30 de noviembre de 2019 pasó a la historia como el día en que Estudiantes regresó a su estadio después de 14 años de peregrinar por otras canchas. Y también como el día en que Ana celebró su vida. No hubo mejor fehca para agradecer.

“Doná médula, salvá vidas. Gracias a mi donante pude regresar a UNO”. Esta frase, escrita en una bandera exhibida en el Estadio Jorge Luis Hirschl o simplemente UNO, de Estudiantes de La Plata, fue la manera que Ana encontró para agradecer a Valleska, a quien todavía no conocía personalmente.

De ese modo, y aún sin saberlo, puso en marcha una campaña que incluso contó con el apoyo del club argentino. “Mi trapo se hizo muy conocido en Argentina. Di entrevistas, se tomaron muchas fotos y terminó viralizándose. Después de ese día comencé a recibir muchas llamadas sobre qué había que hacer para saber si era compatible y si también podía ayudar a alguien. Fue entonces cuando surgió la campaña ‘Pincha hasta la Médula’, con la idea de concientizar a la gente sobre la importancia de registrar donantes”, explicó.

En 2020 irrumpió la pandemia y el encuentro entre ambas que se iba a realizar en Buenos Aires no fue posible. La expectativa creció día a día. Mientras tanto, las videollamadas y el intercambio de mensajes continuaron y comenzó a surgir una relación de hermandad.

El año pasado, finalmente, las dos pudieron reunirse, con el fútbol en el centro, como tantas veces. Ana contó que acordaron que quien ganara la final de la Copa América 2021 disputada en Brasil recibiría a la otra en su país y en su casa. Entonces, Valleska fue quien viajó a Argentina y finalmente pudo darle un abrazo a su nueva hermana: “Fue emocionante conocer a Ana y a toda su familia, todos fueron muy cariñosos conmigo y con mi esposo, fue indescriptible”.

Y, por supuesto, hubo intercambio de regalos, ¿adivinen qué? Camisetas de fútbol: para Ana, una del São Paulo, equipo favorito de Valleska y, para la brasileña, una del tetracampeón de la Libertadores, Estudiantes de La Plata. “Eso no podía faltar, ¿no?”, añadió Valleska sonriendo.

La historia futbolística que involucra a los dos no termina ahí. El marido de Valleska es hincha de Grêmio, rival del cuadro platense en la Libertadores. Y ahora, Ana, ¿qué pasará si gana Grêmio?: “Quiero que gane Estudiantes, pero no estaré triste si gana Grêmio”, dijo la argentina, también sonriendo.

Valleska, por su parte, muestra la misma solidaridad. “Quiero que gane el equipo de mi hermana argentina, quiero que gane Estudiantes. Por ella”.

“Ahora somos hermanas, estaremos juntas por el resto de nuestras vidas”, concluye Ana, sin olvidar el pedido de que las personas se registren y califiquen para ser donante de médula ósea.