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Crónicas sudafricanas: Ke Nako

CIUDAD DEL CABO -- La semana amanece soleada en la punta meridional del continente africano. Es lunes por la mañana en la bellísima Ciudad del Cabo y la capital legislativa de Sudáfrica ha comenzado la cuenta regresiva rumbo a la patada quasi oficial de la Copa del Mundo 2010: el Sorteo de Grupos, que se llevará a cabo aquí el próximo viernes.

Las calles de Cape Town ya lucen las banderas del Mundial y de la FIFA, los carteles promocionales ya empiezan a lucir, y todo el mundo parece hacer un esfuerzo por contagiarse de la fiebre futbolera. Pero al termómetro le cuesta subir. Y alcanza con bajarse del avión para sufrir, al menos, un leve desencanto.

"Ke Nako", dice la promoción oficial pegada en las puertas del aeropuerto, dando la bienvenida a los primeros visitantes.

-¿Y qué quiere decir Ke Nako?, le pregunto al coordinador de buses en la terminal aérea.
-Mmmm... no estoy seguro -me dice-. Creo que significa "bienvenido", en algún dialecto. Voy a averiguar.

Y allí va el hombre. Le pregunta a un policía. "No sé", le responden. Ahora busca a un maletero. "No lo puedo ayudar", recibe como respuesta. E insiste, con personal de seguridad. El resultado es el mismo: nadie sabe lo que significa el slogan oficial.

"Es que aquí se manejan once dialectos diferentes", me explica un sudafricano que espera conmigo el transporte. Él tampoco sabe. La intriga crece.

Después de cinco minutos y un par de negativas más, un empleado aeroportuario da en el blanco: "Yo sé lo que significa. Quiere decir 'Ya es hora' en idioma Zulu", nos dice. Su compañero lo escucha y pone cara de "¿Eso era?" antes de reconocer que él tampoco tenía idea de la respuesta.

Es hora, sí, de que Ciudad del Cabo se ponga a tono con el Mundial. El escenario lo merece: pocas veces una sede mundialista ha tenido tanto encanto natural como el que se encuentra aquí. La combinación entre las fantásticas playas, la inmensidad del océano azul, las formaciones montañosas dominadas por el Table Mountain y un estadio impactante que está en el centro de todo, te deja sin aliento.

Pero aún no se siente ruido de pelota.

En el Centro Internacional de Convenciones, donde se realizará el sorteo, se empiezan a levantar las vallas de seguridad. En la rotonda de entrada al complejo, 31 banderas ondean con fuerza. Sólo falta allí la del país organizador. Luego, están las del resto de los seleccionados clasificados. Curioso: la de Estados Unidos está pegada a la de Corea del Norte. ¿Habrá choque de polos políticamente opuestos en Sudáfrica 2010? Curioso II: las banderas de México y Argentina también están pegadas. ¿Habrá revancha por lo ocurrido en Alemania 2006?

Pero a las banderas, que rodean el monumento de Bartolomé Díaz, nadie les presta atención. No hay ojos para admirarlas. Hasta ahora, el único que marca su presencia mundialista en Ciudad del Cabo es el viento, que las hace sacudirse.

"En esta época no llueve mucho, pero siempre hay mucho viento", me había advertido mi compañero de transporte, el que no sabía lo que significaba Ke Nako. Y tenía razón.

Aquí es casi verano, pero el viento convierte a esta tarde en una de otoño. ¿Y si sopla así también durante el Mundial? Habrá que venir abrigado hasta los dientes. ¿Y si te vuela así en pleno invierno, cuando se dispute la Copa? Entonces jugar en el Estadio de Green Point será un desafío. ¿Y si te congela ahora, qué va a pasar en junio?

Bienvenidos al primer Mundial africano, que parece tener muchas más sorpresas preparadas que las que todos calculaban. Y por ahora su temperatura futbolera está bajo cero.