Tigre perdió 2-1 sobre el final este jueves en Paraguay ante Libertad, en el partido de ida de la repesca por un cupo en los octavos de final de la Copa CONMEBOL Sudamericana, pese a que estuvo en ventaja y se paró firme y sin miedo en territorio foráneo.
El Matador arrancó con todo, llevándose puesto al conjunto paraguayo. Sus primeros pasajes fueron excelentes, a tal punto que sobre los 7 minutos de juego abrió el marcador, aunque luego el gol sería anulado de forma muy polémica por el árbitro Cristian Garay que, VAR mediante, sancionó una mano involuntaria de Agustín Cardozo en la mitad de cancha.
Ese gol lo había anotado el paraguayo Blas Armoa, tras una gran jugada colectiva por izquierda.
Armoa tendría revancha a los 35 minutos, tras otra buena construcción por izquierda del Matador.
Y no la desaprovecharía.
Cruzó el remate y salió a festejar. Esta vez ni el VAR ni nadie le pudo opacar la celebración.
Si bien a esas alturas Libertad había equilibrado el trámite, Tigre cristalizaba su buena performance.
El segundo tiempo fue el opuesto exacto del primero.
El que salió encendido tras el descanso fue Libertad. Tuvo premio rápido, cuando a los 6 minutos Lorenzo Melgarejo le rompió el arco a Tigre tras recibir un muy buen centro rasante de Héctor 'Tito' Villalba.
El equipo argentino supo digerir el golpe, se recompuso y, si bien por momentos pareció enamorarse del empate, no resignó el hambre de gol.
Ahora parado decididamente de contrataque, pero con la personalidad suficiente para que eso no se transformara en encerrarse contra su propia área.
De hecho, Mateo Retegui casi genera el gol del triunfo cuando presionó alto al arquero rival, el uruguayo Martín Silva, le quitó el balón y lo cedió a un compañero que llegaba de frente al arco.
La jugada se terminó ensuciando pero fue bien clara.
El final fue apasionante, casi de palo a palo.
En esas situaciones extremas, los jugadores con oficio suelen hacer la diferencia.
Esta no fue la excepción, porque Oscar 'Tacuara' Cardozo -que había ingresado minutos antes- anticipó a todos en un centro de pelota parada y, con un cabezazo contundente, anotó el tanto de la victoria a los 43 minutos de la segunda etapa.
Tigre perdió, pero con las botas puestas y en un partido que estaba para cualquiera.
La experiencia seguramente le servirá para la revancha, si es que en su casa logra sostener este nivel pero con un mayor grado de contundencia.