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Racing lo dio vuelta con un genial Juanfer Quintero, derrotó a Corinthians y avanzó a la final de la CONMEBOL Sudamericana

Lo hizo en casa. Racing Club dio vuelta el marcador en el Cilindro de Avellaneda, venció 2-1 a Corinthians gracias a un genial Juan Fernando Quintero en la revancha de las semifinales de la CONMEBOL Sudamericana 2024 y así pasó a su primera final de un torneo internacional después de 32 años. Venían de empatar 2-2 en la ida en Brasil.

Racing, dirigido por un ídolo y exjugador como Gustavo Costas, concretó la chance histórica de volver a jugar una final internacional luego de más de tres décadas y lo hizo en una noche inolvidable, ante su público, que desbordó su estadio. Por su parte, el Corinthians de Ramón Díaz se quedó con las ganas, siendo un club que ganó dos veces el Mundial de Clubes, una vez la Libertadores y una vez la Recopa, pero nunca alzó la Sudamericana.

Desde el arranque, Corinthians buscó tomar el balón y el protagonismo. Y rápidamente transformó su dominio en el arco rival, con el taco del neerlandés Memphis Depay para Yuri Alberto y el goleador, ante la apurada salida del arquero Gabriel Arias sobre su derecha, definió cruzado, de forma impecable para abrir el marcador. Así, a los seis minutos, el brasileño llegó a 10 tantos en la Sudamericana, siendo el máximo anotador del torneo.

De a poco, Racing empezó a hacer pie, a buscar asociaciones para tratar de atacar con criterio y ver la forma de juntarse el estratega colombiano Juanfer con Maximiliano Salas y Adrián Maravilla Martínez, el goleador del anfitrión. Pero un aspecto clave a tener muy en cuenta era el de no descuidarse atrás ante los contraataques del adversario. Sobre eso pedía atención Costas, a los gritos. Y a los 22 el argentino Rodrigo Garro casi aumentó la ventaja, porque encaró tras un grandioso pase de Depay y esta vez Arias se adelantó y salió a cortar firme, con mucha autoridad.

En una buena combinación, Salas desbordó por la izquierda, tiró un centro bajo y, al buscar barrer, el venezolano José Martínez la tocó con un brazo y el árbitro chileno Felipe González señaló el punto del penal. Y a los 36, Quintero, desde los 12 pasos, le dio la igualdad a Racing con un bombazo de zurda. Apenas tres minutos más tarde lo dio vuelta con una avivada clave: lateral de Salas, la peinó Maravilla y así habilitó a Juanfer, quien encaró y resolvió de lujo ante la salida del arquero rival, Hugo Souza. Al minuto, Arias volvió a salvar al dueño de casa, frente a Yuri Alberto. Y así se fue un intenso primer tiempo.

En el complemento, Racing buscó jugar con inteligencia con los espacios, ya que el Timao de Ramón estaba obligado a salir a conseguir el empate. A los 12 minutos, en gran subida por la derecha, Quintero se la sirvió a Salas, quien ingresando por el segundo palo pateó de sobrepique y la pelota se fue pegada al palo derecho del arquero visitante. Fue una gran ocasión para aumentar la ventaja y aportar tranquilidad, pero no se dio.

Luego dispuso de una ocasión Bruno Bidon, recién ingresado por Charles, pero remató alto. Por entonces, el partido se hizo más abierto, tratando la visita de conseguir ponerse a mano, metiendo cambios en pro de ese objetivo de ser más ofensivo y punzante y con Racing queriendo tener la pelota y a la vez ser letal en sus ataques. Se expuso más el Timao, con lógica, en un duelo atrapante y duro, como la semana previa en la ida en Brasil.

Faltando 15 minutos, Costas decidió cambiar a Juanfer, al que no le gustó ser sustituido, para ponerlo a Luciano Vietto. Allí el local resignó, de alguna manera, poder tener la pelota con más claridad y astucia, justo cuando Corinthians más necesitaba ir hacia adelante, urgido por seguir en desventaja. Igual, contó con otras chances y finalmente le puso el moño a la noche con una defensa firme y concentrada, con Marco Di Césare y Agustín García Basso sacando todo.

Así, Racing jugará la final de la Sudamericana el 23 de noviembre, en Paraguay, contra Cruzeiro, que dejó afuera en la otra semifinal a Lanús. Será otra cita con la historia. Y una posibilidad enorme de la Academia de volver a gritar campeón y justo en una cita de nivel internacional.