La tricolor vive uno de los momentos más difíciles en su historia moderna
Si queremos ver una selección de Costa Rica férrea en defensa, con jugadas planificadas al ataque, orden en el medio campo, y haciendo presentaciones destacables a nivel internacional hay que buscar en la internet y echar para atrás el casete, pues a hoy, la escuadra centroamericana es una decepción, llegando al punto de ser un combinado que cada partido decepciona más a su afición.
Costa Rica clasificó a la Copa del Mundo de Qatar 2022 tras una envión emocional muy considerable, una inspiración que nació desde lo más profundo del corazón de la hinchada nacional que empujó a los ticos a una nueva edición de la cita más importante del mundo futbolístico.
Pero, La Sele futbolísticamente estaba quedada, y se notó con la participación en la Copa del Mundo, goleados, y con una victoria que se debió más a una genialidad individual que trabajo colectivo.
Las cosas como son, Costa Rica a este momento es más pena que gloria, y en el ocaso no se ve que vaya a salir el sol pronto en la tormenta que con el debut de Copa Oro se ha intensificado, en lugar de bajar la tempestad.
La solidez defensiva de la que tanto presumía la selección nacional ya no existe, los errores en zaga son reiterativos, frente a Panamá los dos goles con los que vencieron cayeron tras inocentadas de los zagueros centrales, Kendall Waston y Francisco Calvo, quienes tuvieron un partido para el olvido, sin ninguna duda, parecieron novatos.
Futbolísticamente, Costa Rica no se sabe a qué juega, en partes del partido se tiene la pelota, pero con los pies no existe la fineza de los años anteriores cuando con una genialidad se podían descifrar cerrojos.
La tricolor no se ha caracterizado por mostrar siempre un poderío ofensivo considerable, no se avasallaba al rival debajo del marco, al contrario, siempre las ocasiones a gol son escasas, pero Costa Rica era efectivo, en los últimos encuentros los remates a marco han sido inexistentes, los ticos se olvidaron de anotar, y ahora ver a los nacionales resulta aburrido, y muchos dirán que hasta nocivo para la salud por la cólera que genera el poco trabajo acumulado que el equipo que dirige Luis Fernando Suárez así refleja.
Cuando el agua estaba hasta el cuello, los jugadores más experimentados en la tricolor aparecían para comandar con liderazgo, a hoy, futbolistas insignes como Celso Borges, Joel Campbell y Kendall Waston no responden, ya no existe ni la cohesión de grupo que antes era ejemplo.
En el partido frente a Panamá hubo dos escenas que dejaron clara la frustración que vive la tricolor, las dos se dieron ya cuando el cotejo llegaba a su final, y el resultado era obvio que iba a ser a favor de los canaleros.
Luis Fernando Suárez abandonó a la tricolor y se retiró al camerino cuando el partido aun no terminaba, dejó a su asistente técnico, John Jairo Bodmer dirigiendo, ¿Algo más que agregar? El timonel colombiano ya no sabe qué hacer con los ticos, se le nota golpeado anímicamente, y sus ideas de juego ya no son productivas, además, su relación con la afición se rompió, ya no tiene credibilidad, y no solamente por los malos resultados en cancha, sino por las decisiones que ha tomado, principalmente en la escogencia de jugadores y en el poco trabajo acumulado que se le ve a la tricolor.
La otra escena que dejó perplejos a los aficionados fue el mandar a callar de Celso Borges hacia un aficionado tico que estaba presente en el DRV PNK, una escena que no es característica en el Mariscal de Costa Rica, un jugador leyenda, que siempre con su intelecto sabe mostrar inteligencia emocional, pero ahora, la frustración se le desborda.
Quizá Celso no esté acostumbrado a ver a la selección tan mal, un combinado tico que puede presumir ser de los de peor nivel en los últimos 20 años, y ello no es debatible, pues la tricolor ahora dan ganas de llorar.
Los responsables de este descalabro tricolor no son solamente los jugadores, los dirigentes actuales de la Fedefútbol tienen amplia cuota de responsabilidad, encabezados por Rodolfo Villalobos, el presidente del Comité Ejecutivo que está en esa posición, pero desde hace mucho tiempo no es querido por gran parte de la afición tica, por ello, un cambio en la cúpula de este órgano sería lo más idóneo, pues Costa Rica no puede caer más bajo de lo que está.
Costa Rica vive un momento histórico, pero para nada positivo, los tiempos de Brasil 2014, y las grandes presentaciones internacionales ahora son un recuerdo, y al igual que el fútbol es de etapas, quizá pronto la escuadra tica vuelva a mostrar su mejor nivel acostumbrado, mas, no se ve por dónde la confianza se vuelva a generar pronto.
Urgen cambios, y al igual de la pasividad que muestra Luis Fernando Suárez para dirigir, también hay mucha parsimonia en la Fedefútbol, donde actualmente los dirigentes no ponen el pecho a las balas, y las explicaciones no existen.
La tricolor aún sigue en competencia en la Copa Oro, se debe jugar frente a El Salvador y Martinica, sin embargo, con la presentación de ayer quedó claro que no se está para competir por el título, quizá lo mejor para el fútbol nacional, pues se necesita un remezón muy considerable para que Costa Rica vuelva a ser ejemplo, y no un equipo que da pena.
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