En un ambiente de mucha tensión por no conseguir los resultados esperados, Antonio Álvarez, presidente de Barcelona, analizó la situación actual del club y la prioridad del tema económico.
En la Asamblea de Socios, el directivo recalcó su meta: “Prefiero que la gente me señale y diga que no fui campeón en mi período, pero bajé la deuda, construí el centro de alto rendimiento y generé una plusvalía en la marca Barcelona construyendo el Mall. Prefiero no ser campeón, pero bajar a 20 millones el déficit de Barcelona, y eso estoy buscando”.
Álvarez habló de su amor por el equipo y que él solo quiere dar una mano: “Yo solo he venido a ayudar porque amo mi club. Estoy peleado con toda mi familia porque he usado la herencia de mi familia en el equipo y eso tiene que terminar. Tienen que acabar las mecenas en el club, y estamos trabajando para eso".
El principal directivo lanzó su dardo y manifestó que reducir la deuda es más importante que acabar la temporada con un trofeo en sus vitrinas: "Dicen que tuvimos un año de mierda por culpa nuestra, está bien. Les pido perdón porque Barcelona tuvo que ser campeón en su centenario, pero vale recalcar que no es campeón hace cinco años y tiene una deuda de 54 millones de dólares. No es excusa, pero no voy a hipotecar el club por un título".
Ante la consulta de un socio por una candidatura en la política del país, Antonio Álvarez aprovechó para aclarar la situación: “Fui candidato alterno, ni siquiera sé dónde fui candidato alterno. Lo hice para que no me metan preso y para tener inmunidad, porque sabemos que el presidente de la República es una persona que persigue a todo el mundo. Yo no soy político”.
A pesar de que es el año del centenario, el presidente de Barcelona dejó claro que su objetivo es reducir el déficit de la institución guayaquileña y el título pasó a un segundo escalón.
