BARCELONA -- El Barcelona de los grandes tiempos, a lo largo de su historia, tuvo 'casi' siempre una alineación que los aficionados recitaban de memoria.
Ocurrió en la segunda mitad de la feliz década de los 20 del siglo pasado, se repitió con el 'Barça de las cinco Copas' de principios de los 50 o con el equipo que conquistó la Liga en 1974 tras 14 años de sequía.
Tuvo también en la primera época de Venables, durante el esplendor del 'Dream Team' o en el punto culminante de la era Guardiola una base indiscutible de 8-9 futbolistas junto a la que se turnaban otros 4-5 para formar la base de los éxitos...
Y cuando se van a cumplir diez años de la marcha del hoy entrenador del Manchester City, en el Camp Nou se impone la sensación de que Xavi Hernández empieza a tener clara esa base. O, aún más, su alineación ideal.
Si los aficionados más veteranos siguen recitando de memoria aquellos equipos míticos del siglo pasado, junto a los noveles ya coinciden en esta buena nueva. El técnico que en su día fue piedra filosofal del mejor Barça que se recuerda y mantiene como mandamiento principal el gusto por el futbol ofensivo y de combinación aplaza, parece, la inviolabilidad del 4-3-3 y al reforzar el centro del campo encontró un once de plenas garantías. A pesar de que solamente se ha repetido en dos ocasiones desde que comenzó el curso.
El Barcelona se presentó frente a la Real Sociedad con la misma alineación que Xavi propuso en la final de la Supercopa frente al Real Madrid: Marc-André ter Stegen en la portería, Jules Koundé y Alex Balde en los laterales, Ronald Araújo y Andreas Christensen en el centro de la zaga, Sergio Busquets y Frenkie de Jong en el medio centro, Pedri de volante por la derecha, Gavi de volante y falso extremo por la izquierda, Ousmane Dembélé en el extremo diestro (con libertad para ir hacia dentro) y Robert Lewandowski en la punta. Solo han sido dos partidos y, sin embargo, han dado paso a una aceptación general.
GANAR EL CENTRO
Hubo un tercer partido, anterior a la Supercopa de España, en que la sanción a Lewandowski provocó que hubiera una sola variación: en la visita liguera al Atlético de Madrid jugó Ansu Fati en el puesto del delantero polaco. Pero esa variación táctica quedó de manifiesto el miércoles que puede dotar de un nuevo empuje al equipo azulgrana. Y eso que sigue siendo la excepción desde que comenzó el curso.
De hecho, solamente en una ocasión anterior al partido en el Metropolitano había juntado Xavi a los cuatro centrocampistas en su once inicial: fue el 23 de octubre y ante el Athletic Club en el Camp Nou, con un resultado (4-0) magnífico y con un XI en que Sergi Roberto y Éric García ocuparon los puestos de Araújo y Christensen en la defensa... Estando ambos, el uruguayo y el danés, lesionados.
El entrenador azulgrana, tras el partido liguero frente al Getafe, advirtió que ni las piezas (los nombres) ni el sistema son intocables. Mucho menos innegociables.
"También depende del planteamiento del rival”, relató un Xavi que mantiene que todos los jugadores de su plantilla "tendrán importancia" en esta segunda mitad del curso.
Pero observando el rendimiento de esos elegidos en los dos partidos de exigencia señalados puede adivinarse que serán ellos los que salgan a escena en los siguientes choques que se entiendan trascendentales.
La eliminatoria de semifinales de Copa, el duelo de Europa League frente al Manchester United, las visitas ligueras a Villarreal y Bilbao o el Clásico son choques, hasta finales de marzo, que pueden marcar el devenir de la temporada. Y no es apresurado sospechar quienes serán (si no lo impiden lesiones o sanciones) los once elegidos.
Un equipo de memoria. Ni más ni menos...