BARCELONA -- Cuando se mantiene en el aire su futuro deportivo, a tres meses de acabar su contrato con el Paris Saint-Germain, Lionel Messi reapareció este viernes en el escenario del Barcelona, donde primero el vicepresidente deportivo Rafa Yuste y después el mismo Xavi Hernández proclamaron, sin disimulo, su esperanza de verlo de regreso al club.
¿Y Messi? Leo mantiene la incógnita, y el silencio, sin dejarse llevar por todas las especulaciones que se multiplican a su alrededor. Por más que ese retorno al Barcelona, a pesar de la delicada situación financiera del club azulgrana, vaya ganando enteros, el crack argentino contempla como desde el Camp Nou todas las voces claman por su vuelta.
"Sería un Last Dance a semejanza de Michael Jordan en los Bulls... Sí claro, ojalá se diera”, sentenció el entrenador azulgrana, durante una rueda de prensa en la que 8 de las 23 preguntas que se le formularon se refirieron a Messi.
"Me encantaría que volviera y es un tema que estamos trabajando, pero no depende de mí, depende de su felicidad y si quiere regresar. Desde luego, si llega el caso seré el primero que sumaré para que venga”, resolvió Xavi, sorprendentemente cercano y optimista en cuanto a un fichaje que ha pasado de imposible a deseado... Y hasta probable.
Las palabras de Xavi llegaron inmediatamente después de las proclamas, más sorprendentes aún, del vicepresidente Rafa Yuste, quien habló de "enamoramiento", se refirió a un "final feliz de la historia" y llegó a admitir que el Barcelona trabaja un plan de viabilidad para hacer posible este regreso.
"Le he visto crecer, sé la magnitud que tiene como futbolista y le conozco bien personalmente... Desde luego que sería una gran noticia su vuelta pero esto depende de muchas cosas y, la principal, por encima de todo, está su voluntad personal".
PIMERA PERSONA
Llegados a este punto queda lo principal: Leo Messi es dueño de su futuro y será él, en primera persona junto a su familia, quien decidirá el camino a tomar cuando acabe la temporada.
Regresar al Barça, hacer realidad ese The Last Dance de azulgrana, se entiende como una posibilidad cada vez menos imposible pero centrada únicamente desde un punto de vista sentimental porque económicamente el club azulgrana no podrá, llegado el caso, ofrecerle un contrato semejante al que pueda obtener en otro lugar.
A tres meses de acabar la temporada no se espera que Messi se manifieste a corto plazo públicamente. Y aunque todo queda en sus manos, en Barcelona el sueño, dos años después de la pesadilla, va tomando forma.
Por difícil que pudiera parecer...