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¿Volverá Messi al Barcelona? Él quiere, pero podría ser muy complicado

Con el telón de fondo de sus problemas actuales (y podemos elegir entre las acusaciones de intentos de influir en decisiones arbitrales, la precaria situación financiera o tener que abandonar el Camp Nou por dos temporadas por reformas para definir cuál es más perjudicial), sería fácil desestimar rumores de que el Barcelona está tratando de repatriar a Lionel Messi como poco más que útiles tácticas de distracción para desviar la atención de su situación cada vez más sombría. Humo, espejos y Messi, si se quiere.

Por eso, enterarnos de que toda la idea de regresar al Barça está siendo impulsada por el propio Messi (como me siento cada vez confiado de que es el caso) es un giro interesante en la trama culé.

Como casi siempre ha ocurrido, el capitán de la selección Argentina, flamante campeona del mundo, tiene el mundo a sus pies. El Paris Saint-Germain quiere renovar su contrato, que expirará este verano, temeroso ante la idea de verse despojado de una de sus joyas con la marcha del rosarino. El dinero no es obstáculo cuando el PSG se propone algo.

El Inter Miami de la MLS ha trabajado por largo tiempo en una propuesta a Messi que incluye la adquisición de una significativa porción accionaria del club y jugar con él en su debido momento. Sin embargo, Messi también está consciente de otra oferta importante (que superaría los $300 millones según informaciones periodísticas) si decide jugar en Arabia Saudita y tener otra serie de batallas con Cristiano Ronaldo, actual figura del Al Nassr, y otros soporíferos duelos de "¿quién es el mejor?" mientras los saudíes compiten para hacerse con la sede del Mundial 2030.

Pero fue el genio de 35 años, que dejó el Camp Nou entre lágrimas hace casi dos temporadas tras un aluvión de trofeos, goles y genialidad en general, que decidió que su primera opción sería volver a "casa".

Cuando el actual vicepresidente barcelonista Rafa Yuste confirmó los "contactos con el entorno de Messi" hace dos semanas, éste enmarcó su respuesta como si él, personalmente, tuviera una espina clavada por la forma en la que terminó el asunto. De cierta forma, sonaba como si Yuste quería persuadir a Messi para que viviera una experiencia "Last Dance" al mejor estilo de Michael Jordan, porque "las historias bonitas deberían tener finales felices". Sonaba como si el Barça, a pesar de estar inmerso en medio de un lío institucional que amenaza con acabarlo todo, tuvo la visión, la humildad y el atrevimiento de intentar arreglar la horrible y fría fractura que ellos mismos infligieron en la relación entre el club blaugrana y su hijo pródigo.

(Por si olvidaron lo ocurrido: en 2021, Messi accedió a una reducción salarial del 50% para ayudar al Barcelona a renovar su contrato a punto de vencerse. Suspendió sus vacaciones en Ibiza y voló hasta Barcelona creyendo que se había llegado a un acuerdo. No tardó en descubrir que el presidente del club Joan Laporta cambió abruptamente de posición, no había ninguna renovación y que, en efecto, el Barça se desprendió sin miramientos del mejor futbolista de su historia).

Dos meses después de su afligida comparecencia ante los medios para despedirse de la afición culé, Messi habló sobre el asunto durante una entrevista con el diario Sport de Barcelona. "Nadie me pidió que jugara gratis en el Barça", expresó. "Se me pidió que me rebajara el sueldo un cincuenta por ciento y lo hice sin ningún problema. Estábamos en disposición de ayudar más al club. Las ganas y el deseo mío eran de quedarnos en Barcelona. Nadie me pidió jugar gratis, pero al mismo tiempo me parece que está fuera de lugar las palabras que dijo el presidente. Me dolieron, porque creo que no tiene necesidad de decir eso. Es como sacarte la pelota de encima y no asumir sus consecuencias, ni hacerse cargo de las cosas. Esto hace pensar a la gente o genera un tipo de dudas que creo que no me merezco".

Las declaraciones de Yuste, emitidas poco después de que Messi llevara al seleccionado albiceleste a conquistar el santo grial de la Copa del Mundo, hicieron entender que el Barcelona había comprendido el error cometido y, al menos, intentaban enmendar el asunto. Pero no fue así. Por el contrario, se reveló que Messi tomó la decisión de enviar un mensaje al director técnico Xavi Hernández.

Según informaciones periodísticas, Messi le dijo a su excompañero, con quien ganó el triplete en 2009 y 2015, que su primera opción (con la venia de Xavi el entrenador y si el club consigue un mecanismo financiero para que funcione) sería volver a su mansión mediterránea, donde evaluaría su capacidad para mantenerse en aptitud física para competir en el Mundial 2026 y quitarse la metafórica espina del costado.

No cito textualmente la respuesta de Xavi a Messi. Sin embargo, puedo asegurarles, en un 100%, que el actual DT blaugrana tiene puntos de vista sumamente firmes y claros sobre el régimen de entrenamientos que heredó pocos días después de que Messi diera esa entrevista al Sport en noviembre de 2021.

Para decirlo en términos conservadores, Xavi estaba totalmente sorprendido. Interpretó que todo estaba marcado por un ambiente displicente donde "mandaban las estrellas" y que necesitaba hacer reformas de raíz a la cultura diaria del club. Así que, cuando Messi planteó la posibilidad de volver, puedo garantizar que el primer criterio de Xavi, sin dudarlo, habría sido: "este es mi equipo, mi campo de entrenamiento... mis reglas: no importa quién seas". Estoy convencido de que Messi lo había previsto y aceptó las reglas de la "nueva era" de la Xavineta sin reservas.

Ahora bien, pongámonos por un momento en los pies de Xavi. Existe la tentación de decirle al club que se sentiría contento entrenando una plantilla joven, obediente y unificada, para utilizar sus recursos económicos en otros fichajes. Sin embargo, el técnico barcelonista es un orgulloso adicto al fútbol. Seguramente ha visto la mayoría de los 69 partidos disputados por Messi vistiendo la camiseta del PSG y se habrá dado cuenta de inmediato que el hombre que ahora está ansioso por volver a Cataluña ha marcado o asistido en 64 ocasiones. ¿Sabían eso?

¿Sabían que Messi ha sido responsable de un aporte de gol (31 marcados, 33 asistencias) por cada 93 minutos jugados con el PSG? Todo al mismo tiempo en el que, obviamente, no sólo fue capitán de una selección argentina que acarició la gloria mundialista, sino que también marcó siete tantos y sumó tres asistencias, con un aporte de gol por cada 69 minutos disputados en Qatar.

Sólo deténganse por un momento a pensar. Si intentaran fichar a un joven de 25 años con semejantes estadísticas, ¿cuánto habría que gastar? ¿Romperían el récord de los €222 millones pagados por el PSG para fichar a Neymar? Creo que todos lo haríamos sin chistar.

Durante su estancia en la capital francesa, Messi admitió: "No sé qué haré cuando expire mi contrato aquí. Sin duda, mi esposa y yo queremos volver a vivir en Barcelona, pero aparte de ello, no tengo planes claros. Siempre he dicho que me encantaría volver al Barça y hacer todo lo que esté a mi alcance para ayudar al club que amo a seguir creciendo. Creo que un puesto como el de secretario técnico encajaría bien conmigo. No puedo prometer que vaya a suceder, pero me encantaría volver al Barça, trabajando para asegurarme de que siga siendo uno de los clubes más grandes del mundo".

Sin embargo, consideremos los hechos puros y duros. LaLiga calcula que al Barcelona le faltan €150 millones para cumplir las normas de Fair Play Financiero sobre masas salariales. Esto explica por qué las renovaciones verbales de los contratos de jugadores como Gavi, Marcos Alonso y Ronald Araujo no han podido ser formalizadas e inscritas ante LaLiga. Es un poco simplista, pero el Barcelona deberá generar €150 millones, reducir €150 millones o hacer un poco de ambas cosas antes de poder inscribir esos nuevos contratos, y mucho menos pensar en recuperar a Messi o, de hecho, fichar a alguien más (aunque ya han acordado el traspaso gratuito del zaguero del Athletic Club Inigo Martinez).

Considerando que el club deberá asumir una sustancial pérdida de ingresos cuando mude temporalmente sus partidos al Estadio Olímpico de Montjuic, parece una tarea casi imposible. Por ello, no extraña ver que la ciudad de Barcelona está inundada con rumores de que el club ha pedido a LaLiga que tenga cierta "flexibilidad" ante este caso especial, porque el regreso de Messi beneficiaría al fútbol español en general, no sólo al Barça.

Antes de siquiera considerar la idea de que Messi tiene las condiciones, tanto mentales como físicas, para seguir aportando a este nivel tan alto (cumplirá 36 años en junio próximo) y antes de considerar si su inspiración para mantenerse competitivo hasta el Mundial 2030 será motivación suficiente para seguir jugando. Sin embargo, hay que confrontar la dura realidad de que dichos regresos no suelen ser buena idea.

Sin embargo, el presidente de LaLiga Javier Tebas se mantiene firme, indicando que es "prácticamente imposible" que el Barça haga nuevos fichajes este verano; entre ellos el de Messi, porque no cambiará sus normas para permitirlo.

"Espero que puedan hacer los movimientos necesarios para dejar espacio para que entre Messi, pero por supuesto que no vamos a cambiar ninguna regla para que fiche Messi. Eso es lo que esperamos que pase, porque soy hincha de Messi y me gustaría que Messi juegue en nuestra liga", dijo Tebas. "Pero no vamos a cambiar ninguna regla. Es complicado, pero creo que tienen la capacidad para hacerlo".

¿Lo ficharían en semejantes condiciones? ¿Podría el Barcelona fomentar las condiciones necesarias para cumplir el último sueño de Messi? ¿Podrá funcionar? ¿Estamos destinados a volver a cruzar este camino tortuoso hasta ver otra vez a Messi en lágrimas y desolado frente al altar, con el Barça dejándolo vestido y alborotado?

Las probabilidades van en contra de esta idea, pero también fue así cuando Messi llevó a Argentina a alzar la Copa del Mundo. De hecho, así ha sido durante gran parte de su asombrosa carrera. Sin embargo, ver que esta idea fue impulsada por el propio Messi nos ofrece un destello de una posibilidad en la que sigue sonando la música y estamos a punto de ver ese último baile.

Hora de salir a la pista, Leo.