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El drama arbitral opacó lo positivo de Real Madrid vs. Valencia

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"Ha pasado algo inédito": Ancelotti (2:45)

El entrenador del Real Madrid explicó todo lo que vivió en el final del empate frente al Valencia. (2:45)

La polémica invadió al planeta futbol después del partido en Mestalla, pero también hay un lado positivo que rescatar


El derroche esplénico de sinsentidos que hemos visto después del empate 2-2 entre Real Madrid y Valencia este sábado en Mestalla (todo debido a que se le negó a la Casa Blanca un ultra dramático gol en el alargue cuando el árbitro pitó para marcar la conclusión del encuentro) ha sido tan tonto, fuera de lugar y risible como el partido fue atronador, divertido y memorable. Algo que no parece importarle a esta brigada furibunda, en su mayoría conformada por quienes orbitan alrededor de este poderoso club, es que no solo han estado totalmente equivocados en su clamor lleno de rabia. En realidad, solo consiguen enturbiar las aguas en torno a lo que pasó realmente.

Por si no lo vieron, el Valencia perdió su ventaja 2-0 cuando el Madrid despertó y al final del partido, el árbitro principal Jesús Gil Manzano se ganó todas las críticas por haber seguido las reglas FIFA al pie de la letra.

Luego que Vinicius Junior empatara el marcador con sus dos goles (celebrando uno de la misma forma en que lo hicieron Tommie Smith y John Carlos al ganar sus medallas en los Juegos Olímpicos de 1968), Gil Manzano permitió que transcurriera todo el tiempo añadido, y un poco más, para soplar el silbato. Lo hizo antes de que Brahim Diaz le pasara el balón a Jude Bellingham, que remató para convertir lo que hubiera sido el gol ganador... si el partido no hubiese terminado. Hubo una disputa en la cancha, Bellingham vio una tarjeta roja por sus fuertes comentarios al árbitro, hubo una escaramuza en el túnel y se desató un torrente de despropósitos en torno al equipo merengue en los medios deportivos españoles y las redes sociales.

Las reglas de este deporte no dicen absolutamente nada con respecto a que el árbitro esté obligado, o se le recomiende que permita terminar una jugada, bien sea con gol o despeje, antes de pitar el final de un tiempo o partido. Algunos creen que debería ser así, por "práctica común" más que por ley. Pero hablando personalmente, no vi nada más que alivio en las caras de los jugadores y cuerpo técnico del Madrid cuando Gil Manzano pitó para llamar al descanso en medio de un ataque muy prometedor del Valencia cuando iban ganando 2-1. Por lo tanto, considero que las reacciones del Madrid están llenas de hipocresía cuando el zapato estaba en el otro pie unos 50 minutos más tarde.

Laboré como comentarista del partido y puedo decir que el primer sonido del pitazo final de Gil Manzano se escuchó muy claramente antes de que Brahim pateara para pasar el balón con el que Bellingham convirtió un tanto que vio anulado con angustia. Además, el árbitro había jugado el tiempo definido de alargue y un poco más: no solo estaba en su derecho de hacerlo. Tenía razón.

Después del encuentro, el técnico madridista Carlo Ancelotti sugirió que había pasado algo "más allá del conocimiento humano". Que conste en actas que creo que el entrenador italiano es uno de los más grandes de la historia del futbol, sinceramente: pertenece al Monte Rushmore del balompié. Pero su diatriba no solo fue desacertada. Estaba equivocado.

Recuerdo un incidente idéntico en un partido del Mundial Argentina 1978 entre Brasil y Suecia. (En aquel entonces, Ancelotti ya era un jugador establecido en el Parma y estaba a punto de fichar por la Roma). Peor aún, Carletto, ¿no recuerdas que le pasó lo mismo a Karim Benzema cuando lo entrenabas en el Madrid en 2014?

Era el Mundial de Brasil. Un 20 de junio, siendo precisos: Francia tenía ventaja 5-2 sobre Suiza cuando Benzema soltó un tiro desde el ala derecha, pero el árbitro Bjorn Kuipers anuló el gol porque había pitado el silbato final cuando el balón estaba en el aire. Otros han comentado "goles" más recientes en los segundos agónicos del encuentro, anulados por árbitros del futbol español que consideraban que el tiempo se había agotado.

En general, el veneno que vino después ha rayado en lo ridículo. En diversos medios de comunicación se han utilizado reiteradamente hipérboles tales como "escándalo histórico", "el mayor escándalo en los últimos años", "vergonzoso" y "liga adulterada", todo ello sobre una decisión 100% correcta según las leyes del deporte.

Aparte del daño a la credibilidad de quienes se consolaron llorando, se ha causado un gran daño evitando centrarnos en lo importante. Pueden elegir lo que quieran para empezar, pero yo elijo lo positivo.

Vinicius encontró el ingenio, agudeza y fortaleza de carácter para marcar par de tantos en un partido que estaba casi perdido y en el cual, por lo demás, ofrecía una actuación bastante sosa. Es una característica importante en un jugador. Felicidades.

Cada uno tendrá su punto de vista; pero, en la constante y agonizante batalla lenta para encontrar la forma correcta de luchar y educar contra el racismo, el brasileño imitó el saludo del puño en alto de Smith, dirigiéndolo a los hinchas que le habían agredido en más de una ocasión. Y eso me pareció bien. Fue un gesto elegante, digno, con bases históricas. Y envió un claro mensaje que no le haría ganarse la expulsión o una tarjeta. Celebro lo que hizo.

¿Más cosas positivas?

Brahim debió asimilar el hecho que, a pesar de su maravilloso nivel de semanas recientes, el regreso del majestuoso Bellingham implicó que el dinámico volante tuvo que volver a la banca. Sin embargo, estuvo soberbio después de entrar en una alocada refriega después de una hora de acción con su equipo en desventaja 2-1. A pesar de que su "asistencia" para el cabezazo anulado a Bellingham en el minuto 99 no será válida, su juego en general (y el balón simplemente mágico que envió a Vinicius para su segundo gol) nos dice mucho de un joven en el mejor momento de su vida y con un nivel arrollador. La selección de España debe empezar a convocarlo y ponerlo a jugar de inmediato. De lo contrario Marruecos, seleccionado para el cual es elegible, podría atraer a un talento generacional para que los represente.

Ahora, hablaremos de los aspectos negativos que también fueron opacados.

En el primer tiempo, cuando el Valencia se jugaba la vida, el Madrid se mostró lento y aletargado. Mi opinión es que una parte de la furia desatacada cuando Gil Manzano les negó el gol de la victoria no solo se debió a la rabia competitiva, sino una consecuencia de la vergüenza de la que creían haberse librado después de esos primeros 45 minutos horrorosos.

Valverde y Kroos cometieron errores muy poco comunes, mientras que Vinicius y Carvajal (respectivamente) fueron culpables directos de los dos goles del Valencia. El plantel Che, conformado por futbolistas jóvenes y poco destacados, fue notablemente superior.

¿Fue un resultado desastroso?

No. El Madrid sigue siendo el gran favorito para ganar esta liga, pero el letargo irreconocible y los errores evitables pueden contextualizarse con varios pasajes de juego en sus dos empates contra Rayo y Atleti en los últimos cuatro encuentros de liga. Un bache, aunque preocupante.

Normalmente todo lo anterior (Vinicius, Brahim, el nivel errático del Madrid) habría asumido el gran protagonismo, pero la mayor parte del debate se trata de despotricar y rabiar sobre algo que no fue un problema real.

Sin embargo, siendo la naturaleza humana como es, el Madrid debería evaluarlo a nivel institucional. ¿Puede que su ataque a los árbitros esté provocando una reacción consciente o inconsciente? Sean ustedes los jueces.

Ahora llega una segunda cita con el RB Leipzig. El Madrid está en ventaja 1-0 en el global en su cruce de octavos de final de Champions League y debería clasificar. Es mejor equipo y no tendría problemas para avanzar. Pero un aspecto sumamente atractivo y meritorio (al menos para mí) del Madrid es cómo ha producido varios goles en los últimos minutos, al último segundo o en el alargue in extremis (dos contra Union Berlin, Napoli, Barcelona, Getafe, Almería, Atlético, Celta, entre otros) que han ayudado a rescatar o ganar encuentros esta temporada.

¿Esa furia y angustia contra Valencia tuvo algo que ver con el conocimiento interno de que vivir perpetuamente al límite, como lo han hecho tantas veces, es divertido y emocionante, siempre y cuando no te caigas?