Entrenador de un Barça lanzado en LaLiga, Cruyff fue ingresado de urgencia por un amago de infarto que lo mantuvo seis semanas alejado del banquillo
BARCELONA -- Johan Cruyff ingresado de urgencia. Ocurrió el 26 de febrero de 1991, hace 34 años, un martes por la tarde, horas después del último entrenamiento del Barcelona previo a un partido de Copa contra Las Palmas y que se recibió con gran alarma en el entorno del club.
Cruyff sufrió una insuficiencia coronaria, un amago de infarto, que lo mantuvo hospitalizado varios días y amenazó con afectar a un Barcelona que en aquel momento dominaba con solvencia la clasificación de Primera División.
Operado de urgencia, Carles Rexach, su inseparable ayudante, se hizo cargo de la dirección del primer equipo de forma inmediata mientras el hospital en el que quedó ingresado se convirtió en el centro neurálgico de todo el barcelonismo.
Cercano entonces a cumplir 44 años y en la que era su tercera temporada al mando del Barcelona, Cruyff disfrutaba de su mejor momento deportivo en el club... Aunque, fumador empedernido, su salud ya le había dado algunos avisos en las semanas anteriores.
"Esto es tremendo" reaccionó Josep Lluís Núñez, entonces presidente del Barça y recordando que diez años antes el club había sido golpeado por un secuestro, de Quini, que se llevó por delante todas sus aspiraciones en LaLiga.
Las primeras impresiones insinuaron la conveniencia de un retiro, al menos provisional durante unos meses de Cruyff, que diez días después de ser operado abandonó, el siete de marzo, el hospital para seguir recuperándose en su domicilio, habiendo perdido hasta 15 kilos de peso y especulándose alrededor del club que los designios médicos respecto a quedar apartado de toda actividad hasta la siguiente temporada se cumplirían...
No fue, sin embargo, así. "Me encuentro mejor, pero me sentaré en el banquillo cuando me lo permita mi cuerpo aunque en dos meses espero practicar deporte" reveló Johan en aquel momento, mientras el Barça, con Rexach, había enlzado ya tres victorias consecutivas (6-0 a Las Palmas en Copa, 1-0 al Tenerife en Liga y 2-3 al Dynamo Kiev en Recopa).
El holandés permaneció al margen de toda actividad durante otras tres semanas, hasta finales de aquel mes de marzo en que el equipo goleó (0-6) al Athletic en San Mamés o sentenció (1-1) su clasificación en la Recopa ante el Dynamo.
Se incorporó al trabajo la primera semana de abril y tras el 1-3 en Burgos reapareció en el banquillo el 10 de abril, en la ida de semifinales de la Recopa frente a la Juventus (3-1) en un Camp Nou rendido a su persona.
El Barça ganó aquella Liga tras cinco años de dominio del Real Madrid de la Quinta del Buitre (y Hugo Sánchez) e inició lo que se llamó la era dominante del Dream Team, bajo el mando y dirección de un Johan Cruyff convertido ya en personaje de culto en el club azulgrana.
