La imagen del Real Madrid lanzando centros sin sentido para buscar una remontada imposible ante el Arsenal desnudó a un equipo lleno de estrellas, pero que carece de juego de conjunto.
El Real Madrid ‘murió’ condenado por la ansiedad y su nulo juego colectivo. Un equipo hecho y derecho —el Arsenal— desnudó de pies a cabeza al conjunto de estrellas solistas que carece de armonía.
La humillación en los Cuartos de Final de la Champions League es la consecuencia de una temporada marcada por la irregularidad y que se sostenía de algunos resultados positivos que no eran producto de la eficiencia.
El Madrid es capaz de competir y de ganar ante prácticamente cualquier rival, amparado en sus figuras, en las genialidades que brotan de los botines de los Mbappé, Vinícius, Bellingham, Rodrygo, Modric, Valverde, Courtois y un largo etcétera.
Sin embargo, la ausencia de un juego de conjunto eficaz tarde o temprano le pasaría factura. La primera y muy alta es quedar fuera de su torneo, pero no sólo eso, la forma en la que fue eliminado resultó penosa: sin competir, carente de recursos, apelando a una remontada a base de centros al área sin el menor sentido.
Vinícius y Mbappé suelen ser los futbolistas más consistentes del equipo, y a ellos se abraza en exceso Carlo Ancelotti, con el alto riesgo de que tengan una mala noche y con ello las esperanzas por competir en instancias decisivas se esfumen.
Ambos delanteros fueron poco menos que fantasmas en la eliminatoria ante el Arsenal, apenas con algunos chispazos gracias a su explosividad, pero poco más. Basta resumir que en 180 minutos el Madrid le hizo un gol a los ‘Gunners’, el cual fue producto de un error en la salida del rival y no mérito por alguna jugada elaborada o una acción individual.
Con la constelación de estrellas que tiene en su plantel resulta hasta ridículo pensar que algo le falta a este Madrid, pero por increíble que parezca sí carece de una pieza fundamental: Toni Kroos.
Real Madrid no pudo conseguir la remontada ante un Arsenal que volvió a vencerlo en la vuelta con un marcador global de 1-5
El alemán era el equilibrio, el engrane que hacía funcionar al resto al conectar los circuitos defensivo y ofensivo. Ni Valverde que ya no sabe si es lateral, mediocampista o extremo y que padece marcados altibajos, ni Camavinga, ni Tchouaméni, ni Modric, ni Ceballos han podido ejercer de Kroos.
En la lateral derecha luego de la grave lesión de Dani Carvajal, apareció otro punto débil, pues ni mezclando a Lucas Vázquez y Fran García surge un futbolista decente para ocupar la posición.
Si acaso esas son las debilidades del Real Madrid esta temporada, pero no puede pasarse por alto la responsabilidad de Ancelotti, un genio, un ganador, un entrenador histórico, un gran gestor, pero que ha sido incapaz de implantar un estilo, un sello que caracterice a un equipo plagado de figuras.
Va de nuevo, este equipo le puede ganar a cualquiera por la riqueza de su materia prima, más no por un funcionamiento colectivo que lo avale. Y esa carencia no es culpa más que del entrenador.
La Temporada no está perdida, pues en LaLiga los cuatro puntos que le separan del Barça a falta de siete partidos no parecen definitivos, y la Copa del Rey se definirá en un choque directo.
Algo puede rescatar el Madrid, aunque con la eliminación en la Champions League quedó claro que la fórmula de apostar por los solistas no siempre resulta exitosa.