BARCELONA --La Audiencia de Barcelona ha condenado al futbolista internacional argentino del FC Barcelona Leo Messi a un año y nueve meses de cárcel por tres delitos de fraude a Hacienda entre los años 2007 y 2009, una pena inferior a los dos años, por lo que con toda probabilidad no tendrá que entrar en prisión.
En la sentencia, que ha sido notificada este miércoles a las partes y que puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo, la sección octava de la Audiencia de Barcelona también condena a la misma pena al padre del futbolista, Jorge Messi.
Además, el tribunal impone al cinco veces ganador del Balón de Oro una multa de 2 millones de euros por defraudar a Hacienda, en relación al IRPF, en los ejercicios de 2007, 2008 y 2009.
El ministerio público solicitó durante la vista la absolución del jugador, al considerar que su intervención fue “puramente formal” y se limitaba a seguir las indicaciones de su padre, para quien la acusación pública, en cambio, reclamó 18 meses de cárcel.
Sin embargo, la Abogacía del Estado, que representa a la Agencia Tributaria, solicitó 22 meses y 15 días de prisión para cada uno de ellos. La familia Messi depositó en su día cinco millones de euros en el juzgado y se ha puesto al corriente en el pago de tributos.
En concreto, la Audiencia condena al astro argentino a un año y nueve meses de cárcel por tres delitos contra la Hacienda Pública, castigados cada uno con siete meses de prisión, al apreciar la atenuante de reparación del daño.
Al padre del futbolista, Jorge Messi, la Audiencia también le impone una condena de 21 meses de cárcel, aunque en su caso la multa a satisfacer es menor, ya que se sitúa en 1,5 millones de euros.
En el juicio contra los Messi, el Fiscal acusó únicamente al padre del futbolista, para quien solicitó 18 meses de cárcel, mientras que la Abogacía del Estado pidió una condena para ambos de 22 meses y 15 días de cárcel por haber defraudado a Hacienda un total de 4,1 millones de euros entre 2007 y 2009.
El ministerio público sostuvo en el juicio que el mecanismo de defraudación consistió en "simular" la cesión de los derechos de imagen del jugador "a sociedades puramente nominales radicadas en paraísos fiscales", como Belice o Uruguay, y "complementariamente", formalizar contratos entre esas mismas empresas u otras domiciliadas también en el extranjero, como el Reino Unido o Suiza.
El objetivo era que los ingresos no pasaran nunca por España y, por lo tanto, se eludía el pago de los correspondientes impuestos. Para ello, las empresas interesadas en la explotación comercial de la imagen de Leo Messi debían contratar sus servicios a través de sociedades radicadas en el extranjero.
ACUSADO CON DUREZA
Durante la última sesión del juicio, el pasado 2 de junio, sorprendió la dureza del abogado del Estado, Mario Maza, que, a pesar de sostener de que no quería comparar al futbolista con un mafioso, aseguró: “Es lo mismo que el capo de una estructura criminal. Encima está el jefe, el mandamás, que no se entera de los avatares. Leo Messi no se ocupaba de reunirse con los abogados, sino de jugar al fútbol y rendir en los partidos (...) A Leo Messi solo le interesa el resultado final y eso era la no tributación de los derechos de imagen”.
El abogado de Messi, Enrique Bacigalupo, defendió que su cliente no estaba al corriente de los negocios entorno a él y que de ello se ocupaba su padre, solicitando la absolución del jugador.