BARCELONA -- A tres jornadas de concluir la Liga, a cuatro semanas de acabar el curso, a diez semanas de comenzar la próxima temporada… El Barcelona sigue sin dar señales de tener atado el futuro. Ni tiene cerrada (empieza a dudarse que incluso encaminada) la renovación de Messi, invita a pensar que sigue sin decidir el sucesor de Luis Enrique y no se sabe ni a quien fichará ni quien dejará la plantilla.
“La temporada siguiente empieza a ganarse, o perderse, en abril”, es una sentencia histórica de Johan Cruyff, quien siempre avisó de la necesidad de trabajar en la temporada posterior mucho antes de acabar la presente.
“Los fichajes hay que firmarlos en julio pero tienen que estar cerrados en marzo”, aseguraba el añorado holandés, quien así, siendo entrenador, manager y jefe plenipotenciario de una época determinda, concretó incorporaciones de la talla de Laudrup, Koeman, Stoichkov, Popescu, Hagi, Luis Enrique… O que anduvo presto en un conflicto del Milan con la FIFA para reclutar a Luis Figo.
A todos esos futbolistas, y a otros, sí, cuyo rendimiento no fue el esperado, los trabajó el Barcelona muchos meses antes de acabar la temporada en curso porque eran los nombres pedidos por Cruyff.
El caso de Luis Enrique, su último fichaje, es significativo puesto que el asturiano fue convencido a mediados de marzo (en 1996), en abril pasó una revisión médica secreta en Madrid y el primero de julio, como si nada, se presentó como futbolista del Barça… Para ser dirigido por Robson tras el despido de Johan.
En la actualidad… En la actualidad la sospecha es que el Barcelona de la temporada 2017-18 está en pañales. Como poco. Se multiplican los nombres de futbolistas que “podrían interesar” para reforzar una plantilla en la que hay no pocos señalados. Aunque ninguno de ellos, de esos señalados, acabe contrato y se sepa que se agarran a su contrato para hacerse valer.
ESPERANDO
Si un día se habla de Coutinho al siguiente se nombra a Verratti; a Bellerín le sigue Cancelo o Henrichs y se especula alegremente con Dybala, Isco, Theo o Deulofeu sin conocer ni tan solo qué opinión puede tener ese nuevo entrenador del que no se sabe el nombre.
“Sabemos quien será el entrenador, aunque no lo sabe ni él mismo en este momento” es una de las frases más inverosímiles que se le han escuchado a Robert Fernández, el secretario técnico, al que sigue un discurso mucho más ambiguo desde el club.
“Aún no está decidido”, se traslada desde las catacumbas del Camp Nou. Todo ello a diez semanas, aproximadamente, de comenzar la próxima pretemporada.
¿Inaudito? Tanto como comprobar que la presencia en Barcelona de Jorge Messi, quien llegó en vísperas del partido ante la Juventus, no ha servido para concretar la renovación de Leo, que siempre está cercana pero nunca acaba de concretarse.
Que Messi seguirá en el Barça es tan evidente como es preocupante que el club no haya sido capaz de trasladar ese mensaje tan esperado de su renovación, que de hecho es la noticia que más espera el aficionado azulgrana.
EL NUEVO JEFE
Del entrenador ya no se sabe a qué atender. Ernesto Valverde es el favorito en las apuestas. Favorito absoluto pero no único atendiendo a la candidatura de Ernesto Unzué, de quien se ha especulado tiene el apoyo de algunos pesos pesados del vestuario, algo que podría tener una importancia capital en la decisión final.
Alrededor del Camp Nou ganan adeptos las opciones de Ronald Koeman, de Òscar García, Laurent Blanc y hasta de Phillipe Cocu, por más que sea Valverde, cuya salida del Athletic se contempla decidida, quien más números tiene para sustituir a Luis Enrique.
“Sea Valverde o sea quien sea, el club y el interesado ya lo tienen que saber y tener decididas muchas cosas. Otra cosa es que no lo sepa la opinión pública” explicó a ESPN una fuente muy cercana al club y que reconoció que el secretismo con que se trabaja el nuevo proyecto es absoluto. “No lo sabe nadie más allá de los colaboradores directos del presidente” concluyó.
Y así, se espera más que sospecha, debería ser la realidad. Que el Barcelona ya sepa que Mathieu no seguirá en la plantilla aunque no lo sepa ni el propio futbolista francés, que el club tenga decidida la marcha de Arda Turan aunque el turco, a través de su representante, traslade su intención de seguir.
Y que el club, por encima de todo, esté trabajando con Robert Fernández y con el conocimiento directo del nuevo entrenador, en los fichajes que llevará a cabo el Barça en verano. Porque pensar lo contrario y descubrir que no hay nada atado invitaría a una alarma a la que nadie quiere atender.