BARCELONA -- Antoine Griezmann llegó a Barcelona nueve años después de que su nombre fuera tratado por primera vez en las oficinas del club y su aterrizaje en el Barça fue tan suave que pareció que ya conociera de antemano lo que allí se iba a encontrar.
“Es cercano, amable y atento. Desde el primer día mostró interés en todo, por saberlo directamente. Con un carácter encantador”, relatan desde la Ciudad Deportiva azulgrana, donde el encaje del francés ha sido inmediato.
Si futbolísticamente existían pocas dudas acerca de su calidad, sí ocupaba cuánto tardaría en habituarse al Barça, un equipo diametralmente distinto al Atlético de Madrid… Y sin embargo un mes escaso ha bastado para descubrir una adaptación tan “estupenda” a los esquemas de Valverde como al día a día en un vestuario que le recibió con los brazos abiertos.
Si su relación con los empleados del club no puede ser mejor, su encaje en Barcelona lo trata con mimo, junto a su familia, enfrascado como está en la búsqueda de una residencia mientras la afición da cuenta de su proximidad, solícito y paciente a la hora de firmar autógrafos, siempre con una sonrisa y ganándose su favor desde el primer momento.
“Nunca presta atención a tonterías”, sentencia una persona de su máxima confianza, recordando lo publicado meses atrás respecto a que la plantilla azulgrana era mayoritariamente contraria a su fichaje tras lo sucedido en el verano de 2018, con la polémica que despertó el documental ‘La decisión’ y que le ha acompañado no pocos meses. “La relación es perfecta” confirma un colaborador directo de la plantilla. Asunto cerrado. Confía el club…
Ese supuesto distanciamiento del vestuario nunca existió… De la misma manera que la acogida de la afición apartó del plano el miedo que existía desde el momento en que se concretó su fichaje, recordando que cuando la pasada temporada visitó el Camp Nou con el Atlético de Madrid tuvo un recibimiento especialmente hostil.
“Es un grandísimo jugador y esperemos que se adapte bien y nos pueda ayudar. En el Gamper el recibimiento fue positivo. Da igual el pasado. Da igual lo que hayas hecho si metes goles”, señaló Piqué en Estados Unidos, verbalizando el sentir de la plantilla y confiando en que no haya dudas con Griezmann desde el graderío. “Si tengo que pedir perdón, lo haré en el campo” bromeó en su presentación. Y ya comenzó a hacerlo.
Muy cercano, por razones obvias, a sus compatriotas Dembélé y Umtiti, a Griezmann le bastaron un par de entrenamientos y un partido al lado de Luis Suárez para descubrir que en el terreno de juego su entendimiento es igualmente sobresaliente y sospechar que por delante de Frenkie De Jong y al lado de Messi alcanzará esa perfección que buscaba al dar el paso de fichar por el Barça.
“Es atrevido, combina con precisión, juega perfecto al primer toque y no duda. No dudar nunca, en un delantero, es una virtud muy especial”, se destaca a la vista de su día a día en los entrenamientos y a lo observado en los partidos de pretemporada, en los que se ha descubierto ese descaro que de él se esperaba. Y que no ha decepcionado, sino todo lo contrario.
De hecho, esa es una virtud que siempre le ha acompañado. Ya desde que empezó a despuntar en San Sebastián, donde su falta de físico lo suplía con una serie de virtudes que le facilitaron su rápido e inesperado ascenso.
“Es listo, muy listo. Desde el primer día lo pudimos ver” recuerda Meho Kodro, quien trabajó con él cuando le trató en su paso al primer equipo de la Real Sociedad y para quien el Barça “ha acertado, sin duda” con el fichaje.
En Madrid, más allá de la reacción del club, desde el vestuario no hay ni una mala palabra contra Griezmann. “Buscó el momento más adecuado en su búsqueda de seguir mejorando; es joven, tiene talento y es un chico extraordinario al que quiero mucho” relató Simeone, su técnico en el cuadro colchonero y quien intuyó su éxito de azulgrana recordando el rendimiento que le ofreció de rojiblanco: “Sus números son tremendos: en cinco años se metió entre los cinco máximos goleadores de la historia del club”.
La historia de Griezmann en el Atlético ya quedó atrás, de la misma forma que lo hizo en 2014 su historia en la Real Sociedad. Cumplidos los 28 años y convertido, de momento, en el tercer fichaje más caro del Barça, su reto es conquistar el Camp Nou como en su día lo hiciera Henry, acaso el francés, hasta hoy, mejor recordado en el estadio azulgrana