BARCELONA -- El Barcelona se jugará la Champions, la Liga y la Copa del Rey con Messi, Griezmann y Ansu Fati. Y cruzando los dedos Quique Setién para que no sufra ningún otro contratiempo. El Barça de los mil millones de presupuesto tiene déficit de delanteros. Vivir para ver.
La enésima lesión de Dembélé deja al descubierto una falta de planificación indigna en un club que traspasada la mitad del curso no tiene donde agarrarse y al que no le queda más que rezar para que Ansu Fati siga en estado de gracia o que Messi, quien lleva varias semanas con molestias, no acabe por romperse, lo que ya provocaría un cataclismo en el Barça.
Algo se ha hecho mal en el Camp Nou para encontrarse en esta situación límite en el mes de febrero. Luchando por los tres títulos con una plantilla bajo mínimos, sin delantero centro, con solo dos delanteros con ficha del primer equipo y confiando toda la suerte en que Ansu Fati siga rompiendo records y pase de ser un chaval de 17 años con un futuro esplendoroso a un crack de 17 años con toda la presión del mundo.
El Barcelona, si da de baja en la Federación a Dembélé, podría fichar a un delantero para sustituirle… Aunque la elección se reduciría a un jugador de la Liga (difícil acordar la cesión de un futbolista con otro club) o que estuviera en paro, lo que ofrece unas opciones paupérrimas a estas alturas de la temporada. Lo cual conduce a la conclusión de que la temporada se deberá acabar con lo puesto… Más lo que pueda tomar el entrenador del equipo filial. Desde luego, algo se ha hecho mal.
El club se pasó el mes de enero buscando un sustituto a Luis Suárez, a quien no se espera hasta mediados de mayo, y descartó cualquier opción saludando la recuperación de Dembélé, a quien el entrenador pensó tener a disposición con dos semanas de antelación a lo previsto, llegándose a especular con que pudiera tener minutos este jueves en Bilbao o, en cualquier caso, estuviera en plenitud el domingo para jugar frente al Betis en el Villamarín. Ni una cosa ni la otra, el delantero de cristal volvió a romperse a lo bestia… Y dijo adiós a la temporada.
El ‘fichaje’ anunciado por Setién no será tal. Y, peor aún, el Barça encarará la parte decisiva de la temporada con solo tres delanteros, toda vez que el club forzó la salida de Carles Pérez y acabó dejando la plantilla con solo 16 fichas del primer equipo, confiando en un futbolista que acumulaba nueve lesiones desde su llegada al club en el verano de 2017 y en quien puso una esperanza que, otra vez, se ha evaporado.
Este es el Barcelona de los mil millones de presupuesto. Alguien debería explicarse.