Nota del editor: Nota actualizada el 24 de octubre de 2021.
BARCELONA -- El primer Clásico de la historia entre Real Madrid y FC Barcelona se disputó un 13 de mayo de 1902, en el Hipódromo de La Castellana, primer campo en el que jugó el equipo merengue, encuadrado en la que se conoció popularmente como Copa de la Coronación (oficialmente Concurso Madrid de Foot-ball Association) y que es considerada el precedente de la actual Copa del Rey.
En un tiempo en que el fútbol era un espectáculo exótico y minoritario importado desde Inglaterra y que ni imaginaba poder hacer competencia a las Corridas de Toros, el gran fenómeno de masas de la época, o las carreras de caballos, aquel torneo se convirtió en la semilla del deporte Rey, gracias a la astucia de Juan Padrós, fundador y primer presidente del entonces Madrid Football-Club, que logró el interés público por la presencia de Alfonso XIII en persona en la que fue una de sus primeras apariciones públicas con motivo de su coronación como Rey de pleno derecho.
El torneo, en el que tomaron parte cinco equipos, se llevó a cabo incluido en los actos de proclamación de Alfonso XIII tras la regencia de su madre María Cristina y fue conquistado por el Club Bizcaya (equipo combinado entre jugadores del Vizcaya Athletic Club y el Bilbao Foot-ball Club) que venció en la final al Barcelona por 2-1 el 15 de mayo.
Barça y Real Madrid se enfrentaron en la segunda semifinal, después de que en la primera el Bizcaya eliminase al New Football Club de Madrid (club disuelto un año después) por 8-1, y la victoria sonrió al equipo azulgrana, que se impuso por 3-1.
La trascendencia de aquel partido no fue para nada la que alcanzaría con el paso de los años ni fue considerado como un encuentro de rivalidad entre clubs de las dos principales ciudades de España, aunque la presencia en el torneo del Rey de España y de Mateo Sagasta, presidente del Gobierno en aquel momento, provocó una gran expectación, lo que provocó que la asistencia al estadio, que solamente tenía tres filas de sillas alrededor del campo, desbordase todas las expectativas, cifrándose en casi 2 mil 500 espectadores la asistencia.
Una de las curiosidades del partido, y de todo el torneo, fue la numerosa presencia de público femenino y se explicó en que el precio de la entrada, 50 céntimos, solo debían abonarlo los hombres, mientras que las mujeres tenían entrada libre y eso motivo que muchas señoras de la burguesía madrileña acudieran al estadio más interesadas en la presencia de la realeza que de los propios encuentros.
El gran éxito de público en el estadio y el eco mediático que la disputa obtuvo en los medios de la época provocó la creación, un año después, de la Copa del Rey, el torneo futbolístico oficial más antiguo en España.
EL DUELO
Las crónicas del partido dieron cuenta de una victoria rotunda del Barcelona. El Real Madrid, nacido como Madrid Football-Club (no sería Real hasta 1920) el 6 de marzo de aquel mismo año, apenas si había jugado un par de encuentros entre sus integrantes previamente mientras que el Barça, fundado en noviembre de 1899, ya contaba con una organización a todos los niveles muy superior, llevaba disputados 32 partidos desde su fundación y acudió al torneo con un equipo muy compacto en el que se incluían a cinco extranjeros mientras que en el equipo merengue solo se alineó el inglés Arthur Johnson.
El Madrid formó en aquel primer duelo frente al Barça con Sevilla en la portería, Manuel Giralt, Molera, Gorostiazaga, José Giralt, Spottorno, Palacios, Johnson, Neyra, Armando Giralt y Celada; mientras que el once del Barcelona lo formaron Reig, Witty, Llobet, Terradas, Mayer, Valdés, Parsons, Steinberg, Gamper, Ossó y Albéniz.
Steinberg por partida doble y Gamper anotaron los goles del Barcelona, siendo Johnson el autor del gol madridista.
‘Este partido, desde el principio estuvo muy reñido, defendiéndose muy bien los madrileños contra los de Barcelona, que desde el primer momento se observó les llevaban considerable ventaja en facultades físicas y en experiencia del juego’ escribió en su crónica el diario El Imparcial, dando cuenta de la superioridad de un Barça que, entre el público ya comenzó a notar alguna que otra señal extraña.
Tal consideración se hizo patente en la crónica publicada por el semanario Catalán Los Deportes, donde se pudo leer: ‘Los jugadores, ya sean ingleses, alemanes, suizos o barceloneses, se quejaron de la falta de atención entre los espectadores, quienes aplaudieron cuando los jugadores del Barcelona se cayeron y cuando su propio equipo anotó, en silencio reinaba cada vez que el Barcelona jugaba bien o marcaba un gol’.
DE LA AMISTAD... A LA ANIMADVERSION
No volvieron a enfrentarse ambos equipos hasta cuatro años después. Curiosamente también un 13 de mayo, de 1906, con motivo de un amistoso celebrado en el viejo campo de la Calle Muntaner de Barcelona y que venció también el Barça por 5-2 ante más de 4 mil aficionados.
‘Hay que hacer justicia a los elegantes jugadores del Madrid Football Club. Juegan admirablemente, han logrado hacer del Foot-Ball un juego científico. Su aplomo, colocación y serenidad hace de sus elementos un 'team' de primera fuerza, sobre todo cuando no se les opone un 'team' de maestros como el que Barcelona les opuso el domingo’ escribió en su crónica el diario Mundo Deportivo.
Tras aquel segundo encuentro, en el que la deportividad y ánimo del público repartido a ambos equipos porigual, se celebró un banquete entre representantes de los dos clubs en el que, de acuerdo a las crónicas, “la más cordial amistad y alegría fue la nota predominante. Los brindis adecuados y afectuosos abundaron”.
La rivalidad, la animadversión y el carácter de Clásico como se conoce hoy en día al duelo entre barcelonistas y merengues tardaría aún mucho tiempo en hacerse patente. Se cita el caso Di Stéfano como el detonante definitivo para explicarlo, en 1953, pero su enemistad comenzó a ser una realidad en 1943, con ocasión de la eliminatoria de Copa, en pleno inicio de la dictadura del General Franco.
El Barcelona ganó por 3-0 el partido de ida disputado en Les Corts ante 38 mil espectadores, en que se destacaron los pitos de la hinchada contra los jugadores del Real Madrid, un hecho que provocó gran molestia en la capital y rodeó de gran pasión el duelo de vuelta, encendido por la prensa local que calificó aquel suceso como un insulto.
El club azulgrana se encontró desde su llegada a Madrid con un ambiente muy hostil y los jugadores sufrieron no pocas intimidaciones hasta la entrada en el estadio. Acabando el partido con la mayor goleada de la historia, 11-1, a favor de los merengues, un resultado que provocó gran revuelo en las dos ciudades y motivó que a Juan Antonio Samaranch, muchos años después presidente del COI y entonces periodista de El Mundo Deportivo, se le retirase el carnet de periodista por la crónica que del partido escribió en el diario.
“¡11-1! Con 3-0 a su favor en la ida está eliminado el equipo que más posibilidades tenía para llegar al título de Campeón de España. No se martiricen pensando en las causas de estos hechos los incondicionales del Barcelona. Es un buen consejo. No hay que buscar culpables, porque no los hay en el equipo. Ya hemos dicho que el Barcelona no jugó ni bien ni mal. No existió. No se le vio en toda la tarde: era lo mejor que podía pasar en aquellas circunstancias. Así han quedado las cosas y hasta aquí podía llegar. Para ellos es la final. Son lo mismo 11 que 50. Pero esto ha sucedido a costa de perder Madrid y el Madrid aquella fama de caballerosidad de que tanto y tantas veces nos hablaban esos cronistas de gran renombre y prestigio, que más bien en lugar de dar ánimos como era su obligación han sido lo que han inducido a crear el estado de ánimo para superar el 3-0 favorable al Barcelona con un resultado y una descortesía mucho mayores” escribió en una crónica que quedó para la historia…
Y que fue el germen de una enemistad que con los años creció a la misma velocidad que la grandiosidad de un enfrentamiento que hoy centra la atención de todo el mundo. Algo que, hace ahora 119 años, el 13 de mayo de 1902, nadie hubiera imaginado.