SEVILLA - La normalidad es la tónica dominante en los alrededores del Ramón Sánchez Pizjuán, donde se ha desplegado un amplio dispositivo policial y no se han producido aglomeraciones a la llegada de las expediciones del Sevilla y del Betis para el derbi de esta noche, con el que se reanudará LaLiga a puerta cerrada.
El estadio sevillista y todo su entorno, con vallas perimetrales en sus inmediaciones, está blindado por la Policía Nacional y, aunque varias decenas de aficionados se han dado cita en la avenida de Eduardo Dato para esperar a los equipos, no ha habido concentraciones masivas ante la vigilancia de los agentes.
Estos seguidores, todos con mascarillas de protección y camisetas o bufandas mayoritariamente del Sevilla, se situaron en esas zonas próximas al estadio, donde cumplieron con las indicaciones de la Policía, con agentes y también unidades de Caballería, para que circularan y no se quedaran apostados en el acerado.
El Betis, que llegó en dos autobuses al haberse reducido su capacidad a 25 ocupantes como máximo, fue recibido con abucheos por un número reducido de estos aficionados, desperdigados en pequeños grupos y en general guardando la distancia de seguridad.
Estos silbidos habituales en los partidos de máxima rivalidad sevillana en el Sánchez Pizjuán, aunque en esta ocasión sin las miles de personas que se concentran junto a él en los momentos previos a un derbi, se convirtieron en aplausos y gritos de ánimo al llegar, seis minutos después, los dos autobuses con el equipo del Sevilla.
Tampoco hubo aglomeraciones junto a los hoteles donde se concentraron ambos equipos -el Sevilla en el barrio de Nervión y el Betis en el de Heliópolis-, ya que apenas acudieron seguidores, con lo que las dos aficiones cumplieron con el llamamiento hecho por sus clubes y las autoridades para que se quedaran en casa.
Además, contribuyó a esta medida de prevención y de seguridad frente al coronavirus el hecho de que todos los bares próximos al estadio están cerrados.
La mayoría de los seguidores de los eternos rivales sevillanos seguirán el partido por televisión en sus casas o en establecimientos de otras zonas de la ciudad, siempre que hayan reservado sitio ante la alta demanda y las restricciones de ocupación aún en vigor para evitar la propagación de la COVID-19.
Más de 620 personas, entre ellas 500 policías nacionales y miembros de otros cuerpos y servicios, integran el dispositivo de seguridad para el derbi Sevilla-Betis, que se activó el pasado miércoles y seguirá en funcionamiento hasta las horas posteriores al partido.