James Rodríguez volvió a ser titular con Real Madrid en el triunfo por 2-1 ante la Real Sociedad, que lo deja como nuevo líder en España. Jugó con ganas y rebeldía.
El exilio duró 136 días con la pausa obligada desde mediados de marzo. Por LaLiga mucho más, pues jugó por última vez en octubre.
El rescate de Zinedine Zidane lo encontró en buena forma física junto con cabeza fría para volver en una posición que lo complicó sin poder tocar la pelota. Mientras jugó por la derecha su rendimiento se vio más afín en campo propio. Retrocedió para recuperar en la mitad y llegó con el tanque lleno cada vez que Dani Carvajal necesitó de su apoyo en marca.
Mostró rebeldía para ir por la izquierda, más cerca de Marcelo. Socio ideal, a diferencia de Federico Valverde que lo ignoró cuando avanzó. Toni Kroos también le confió los pases en corto de salida, mientras se inclinó por ese costado.
Su partido fue aceptable, más físico que jugado. Hace cuatro meses y medio las calificaciones por su rendimiento lo lapidaron. Le contaron todos sus pecados. Ahora jugó 77 minutos con sensaciones positivas, aunque sabe que puede dar más para imponerse con su técnica. Dio un paso adelante. Ya lo merecía.