El 24 de julio de 2000 se cumplen veinte años de que se consumó El fichaje del siglo. Fue aquel de Luis Figo por el Real Madrid, y no cualquier otro, el trasvase futbolístico que más atención mediática provocó en España y se diría en el mundo entero. Dos meses y diez días después de jugar, sin sospecharlo, su último partido como azulgrana en Anoeta frente a la Real Sociedad, el portugués fue presentado en el Bernabéu por un eufórico Florentino Pérez como nuevo jugador merengue. Así acababa una historia que él nunca controló. Muy a su pesar...
El fichaje del jugador portugués lo comenzó a maquinar el aspirante a la presidencia del Real Madrid Florentino Pérez cuando todos los condicionantes estaban en su contra. El equipo merengue había conquistado el 24 de mayo la Champions en París, frente al Valencia, y Lorenzo Sanz no dudaba de su reelección por más polémicas que se sucedieran en el Bernabéu. Y fue entonces, al comienzo de la Eurocopa, cuando Florentino, de manera tan silenciosa como ágil, se puso manos a la obra.
Conocedor de los problemas que tenía Figo con su contrato en el Barcelona y de la negativa de Josep Lluís Núñez a aumentarle un salario que, advirtió, ya había aumentado diez meses atrás, Florentino se citó con el representante del jugador, José Veiga. Lo hizo por mediación de Paulo Futre, ex jugador del Atlético y quien ejerció de emisario entre las dos partes por una comisión, se aseguró en su momento, de casi tres millones de dólares.
En su encuentro Florentino se aseguró que Veiga tenía plenos poderes para negociar en nombre de Figo (eran amigos íntimos) y confirmado este extremo le extendió un contrato privado: Si ganaba las elecciones a la presidencia del Real Madrid, pagaría la cláusula de rescisión de Luis y le ficharía por cinco años, con un salario que doblaba al que recibía en aquel momento del Barcelona. Si llegado el caso el jugador se negaba a cambiar de club debía indemnizarle con 35 millones de euros. A la firma del contrato, además, Veiga recibía una cuantosa comisión, independientemente de lo que ocurriera a partir de ahí.
El representante habló con Figo, ya concentrado con la selección portuguesa en la disputa de la Eurocopa, y llegaron a la conclusión, informados por Futre y otras personas cercanas al Real Madrid, de que era poco menos que imposible que Florentino ganase las elecciones a Lorenzo Sanz. Firmando el documento Veiga ganaba una comisión excepcional, sin más... Y sin sospechar la que se le venía encima.
La explosión
Los colaboradores de Florentino Pérez esperaron como se les pidió a la conclusión de la Eurocopa para filtrar el acuerdo y el jueves 6 de julio, once días antes de las elecciones, el diario Marca llevó a su portada la noticia: 'Figo es la bomba de Florentino'. La explosión fue brutal.
"Solo puedo decir que sí he hablado con el candidato”, reconoció Veiga al tiempo que el aspirante a la presidencia sacaba pecho: "ya dije que traería a lo mejor del mundo”. Sanz se lo tomaba a broma: “No me lo creo... ¿También traerá a Zidane?”. Y en Barcelona se recibía la noticia con tanta incredulidad como estupefacción.
"No es dueño de su destino. Ha sido una jugada de poker, Figo se ha tirado un farol, convencido de ganar y puede acabar perdiendo”, comenzó a hablarse alrededor del Camp Nou al conocerse que sí existía ese documento y mientras el protagonista se recluía de vacaciones en Cerdeña, manteniendo un mutismo que no hacía más que confirmar las sospechas.
El doce de julio, por fin, rompió ese silencio en una entrevista al diario Sport en la que proclamó su fidelidad al Barça, aseguró que el 24 de julio "me presentaré en el Camp Nou" y dejó claro que por encima de firmas de terceros "yo soy el único dueño de mi destino". ¿Lo era?
La sorpresa
El 17 de julio Florentino derrotó a Sanz en las elecciones y aseguró que Figo "jugará en el Real Madrid". Los días siguientes, hasta las elecciones en el Barça del 23 del mismo mes, fueron un tormento de noticias, con el jugador otra vez mudo, los aspirantes a la presidencia azulgrana conscientes de que el nuevo presidente merengue lo tenía atado y el propio Figo intentando por todos los medios deshacer en entuerto... Porque ya sabía que no era tan dueño de su destino como había proclamado.
"Cuando Florentino ganó las elecciones Figo se echó a llorar. En la última cláusula se decía que tenía que pagar 35 millones de euros al Real Madrid. Se decía que tenía que pagar todas las cuotas de socios del Real Madrid si no fichaba”, descubrió años después Futre.
"Ni Veiga ni yo, que también estaba metido en esto, creíamos que Florentino fuera a ganar las elecciones. Cuando tres días antes de las elecciones vio donde se había metido, amenazas de muerte a sus hijas y todo lo que se estaba montando, empezó a recular. Y le dijo a su representante, José Veiga, que no iba al Real Madrid”, explicó el ex jugador del Atlético.
"Era o fichar por el Madrid o pagar 35 millones de euros. Pero estaba en Cerdeña y no quería ir. Fuimos Veiga y yo de Lisboa a Cerdeña. Figo y su esposa eran un poema. Ya no tenía salida. Estaba atado a la cláusula”, resumió...
El desenlace
Al cabo de los días Joan Gaspart ganó las elecciones en el Barcelona y una de sus primeras conversaciones fue con el portugués. “‘Mi representante ha firmado un documento con el Real Madrid. Si no ficho, debe pagar 5,000 millones de pesetas. No puedo dejarle tirado, pero si me garantizas que el Barça paga esa cantidad, me quedo’”, aseguró Gaspart que le dijo Figo desde Lisboa.
“‘Te iré a buscar al aeropuerto’”, le contestó el nuevo presidente azulgrana, intentando por todos los medios retener al jugador... Pero, siempre según la versión de Gaspart, Figo le exigió un aval bancario de 5,000 millones de pesetas (los 35 millones de euros) que el mandatario no tuvo tiempo de conseguir.
Y el 24 de julio Figo, que le había asegurado a Gaspart que tenía en su mano dos billetes, "uno a Barcelona y otro a Madrid", viajó desde Lisboa a Madrid para presentarse como jugador del Real, horas después de llegar a asegurarle al presidente del Barça que si hacía frente al pago de aquellos 35 millones de euros se quedaría en el Camp Nou por un salario incluso menor del que entonces tenía en su contrato (2.7 millones de euros anuales).
"¿Te sientes madridista?”, se le preguntó en la rueda de prensa celebrada aquella misma tarde en el Bernabéu. "Me siento portugués”, contestó, seco y con una cara de circunstancias evidente Luis Figo. Ya con Barcelona en llamas y convertido en un traidor, el portugués lucía como merengue muy a su pesar.
Figo no tardó en romper con Veiga pero lo hizo, tras ver que el Barcelona no le salvaría la papeleta, después de evitar que el representante tuviera que enfrentarse al pago de una cantidad inasumible... Y aunque con el paso del tiempo, incluso hoy, no deja pasar la ocasión de proclamar que aquel cambio de club "fue lo mejor que pude hacer", entonces, en julio de 2000, no pensó lo mismo.
"No fue el dueño de su destino"... No lo fue, pudiéndolo ser, por salvar a un amigo que aprovechándose de la situación se echó un farol. Que le explotó en la cara.