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Messi es deseado por Man City y todos los grandes, pero su salario complica más que cualquier cláusula de pase

A todos los grandes clubes del mundo les encantaría contar con Lionel Messi. Simplemente, existen algunos jugadores que cuentan con demasiada calidad y despiertan emociones tales que se hacen imposibles de dejar pasar cuando están disponibles. Sin embargo, existe un problema importante con Messi. O, siendo más precisos, 100 millones de problemas importantes.

Cada vez que nos encontramos en la compañía de un ejecutivo importante de uno de los superclubes del balompié mundial, la conversación siempre termina girando en torno a Messi y la pregunta fantasiosa de si estarían dispuestos a intentar fichar al capitán del Barcelona, si éste decidiera dejar el Camp Nou. Una de esas figuras se río a carcajada batiente a finales del año pasado cuando le sondeamos con respecto a las posibilidades de que su club intentara fichar a Messi. "A todos nos encantaría tener a Messi", dijo el ejecutivo, "pero él gana 100 millones de libras esterlinas al año con el Barcelona; por ende, si decide salir, tendría que asumir un importante recorte salarial".

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A pesar de todos los talentos increíbles de Messi, su poder económico es lo único capaz de opacar su habilidad cuando éste tiene el balón a sus pies, si es que el argentino realmente desea dejar el Barcelona este verano.

Incluso en épocas normales, pagar a un jugador la mitad del actual salario de Messi sería todo un reto para todos los clubes importantes que sopesen sus posibilidades de contratarle. Pero en 2020, con los clubes de fútbol viendo cómo su flujo de caja se ha visto fuertemente impactado por la pandemia del COVID-19, las cifras de Messi no tienen sentido, incluso para organizaciones tan poderosas como Manchester City, Paris Saint-Germain, Bayern Munich y Manchester United.

El City parecería ser el destino obvio, debido a la conexión del club inglés con la historia reciente del Barcelona, con la presencia del técnico Pep Guardiola, el jefe ejecutivo Ferrán Sorano y el director deportivo Txiki Begiristain. Sin embargo, luego de haber evitado a último minuto un veto por dos años en Champions League, tras la revocatoria de una sanción impuesta por la UEFA por violaciones del Fair Play Financiero, las cuentas del club serán objeto de un seguimiento tan celoso que hará virtualmente imposible costear la transferencia de Messi.

Existe una forma de hacerla funcionar; por ejemplo, asegurar un auspiciador dispuesto a pagar lo que sea necesario para ver su marca vinculada con el club que fiche a Messi. Será difícil para la UEFA, o cualquier otro ente, argumentar que un patrocinio de 100 millones de libras esterlinas al año es inflado, porque simplemente no existe nada con qué compararlo.

Mientras tanto, distintas fuentes han indicado a ESPN que el United pierde entre 4 y 5 millones de libras esterlinas cada vez que escenifica un partido sin la presencia de seguidores que hayan pagado su entrada a Old Trafford, como consecuencia de la crisis del COVID-19. Sus rivales en la Premier League sufrirán un déficit similar: todos los clubes de Inglaterra deberán pagar un reembolso de aproximadamente 20 millones de libras esterlinas a las televisoras que cuentan con los derechos de transmisión. En el caso de clubes importantes como United y City, pronto contabilizarán ingresos perdidos en fechas de partidos por un rango cercano a los 50 millones de libras esterlinas. Ese es un hoyo financiero importante para cualquier empresa, y las pérdidas no se verán limitadas al dinero que ingresa a través de las taquillas y las cuentas de las televisoras.

Todos los grandes clubes de Europa se están viendo obligados a arroparse hasta donde les alcance la cobija este verano. Algunos dirán que el Chelsea está rompiendo el molde con sus transacciones para hacerse con los servicios de Hakim Ziyech y Timo Werner, pero luego de verse impedidos de invertir los €100 millones producto del pase de Eden Hazard al Real Madrid el año pasado como resultado de un veto de pases a nivel mundial, el club con sede en Stamford Bridge se encuentra utilizando recursos económicos que han reposado en una bóveda bancaria durante los últimos 12 meses. Ningún otro equipo ha causado furor en el mercado de transferencias y en gran medida, eso se debe a que muchos personeros vinculados al mundo del balompié creen que este deporte aún no ha asumido la imperante e inevitable corrección económica que tienen en frente.

Por ende, si Messi está realmente dispuesto a escuchar ofertas, bien sea como agente libre por opción contractual o como un jugador por el cual exigirán el pago de una indemnización importante (se entiende que su cláusula de rescisión está valorada en 700 millones de euros), el astro rosarino no pudo haber elegido un peor momento para buscar su salida del Barcelona. Si Messi tuviera 27 años y se encontrara en la cúspide de sus condiciones físicas, es probable que algún club ya haya considerado que el argentino valía la pena para asumir la importante inversión. Hacer cuentas para fichar a un joven de 27 años con muchos años por delante es muy diferente a intentar hacer una transacción por un jugador de 33 años.

Tal y como nos han demostrado Cristiano Ronaldo (35) y Zlatan Ibrahimovic (38), y siguen haciéndolo, la grandeza no tiene fecha de vencimiento; ciertamente, Messi le daría a cualquier club nuevo una inyección importante de estrellato y talento capaz de ganar partidos. Pero a sus 33 años, Messi ya no tendría valor de reventa, con el reloj acercándose al ocaso de su trayectoria, obligándolo a cosechar éxitos y trofeos de inmediato. Y en lo que respecta a la idea de un salario financiado por la venta de camisetas, todos los clubes se han dado cuenta desde hace largo tiempo que ese mito no siempre se correlaciona con la realidad.

El factor que genera mayores ingresos para los superclubes es, y siempre ha sido, el éxito en la cancha y ni siquiera Messi puede garantizarlo. El Barcelona no ganó absolutamente nada en la temporada recién concluida y no ha alzado la Champions desde 2015. Y no olvidemos que Messi fue incapaz de evitar la implosión culé en Roma en 2018, el colapso en semifinales en Liverpool en 2019 y su reciente derrota 8-2 a manos del Bayern en Lisboa.

Por ello, cuando sumamos todos los factores, es difícil esgrimir argumentos lógicos en lo financiero a favor del fichaje de Messi este verano, proveniente del Barcelona. A menos que, obviamente, Leo se sienta decidido y firme en su búsqueda de nuevos retos, al punto de estar preparado para aceptar cobrar la décima parte de su salario actual.

Si eso ocurre, Messi se catapultaría hasta convertirse en el primer objetivo de todos los equipos en la ventana veraniega. Pero no podemos esperar que eso ocurra con inmediatez. En estos momentos, es un futbolista que gana 100 millones de libras esterlinas al año incluso antes de discutir el precio de su pase. Buena suerte en los intentos de conseguir un club dispuesto y capaz de negociar para hacerlo posible.