BARCELONA -- Lionel Messi lo tenía todo preparado... Y le costó 73 minutos. Fue cuando soltó un obús desde fuera del área al que no pudo responder Herrera y significó el 4-0 definitivo con el que el Barça derrotó a Osasuna. Y que dio paso al homenaje particular del capitán azulgrana al mito desaparecido.
Con calma, Messi compartió la alegría de su gol con sus compañeros y en cuanto quedó solo se quitó la camiseta del Barça, dejando al descubierto una de Newell's, una réplica de la que lució Diego Armando Maradona durante siete partidos entre octubre 1993 y enero de 1994.
Messi levantó los brazos con la zamarra de los leprosos, con la misma publicidad que lució Maradona, con el 10 a la espalda y, de esta manera, le rindió su particular homenaje al desaparecido crack, de una manera tan especial: el equipo que compartieron en Argentina, Lio cuando era un niño y Diego cuando regresó tras su paso por el Sevilla.
Una aventura efímera que apenas duró tres meses y medio pero que, en la historia, muestra que los dos astros, además de la selección, pasarán a la historia por haber lucido la camiseta del Barça... y la de ‘Ñuls’.
Fue, la celebración íntima de Lionel, el cierre de una jornada que el Barça en pleno dedicó a Maradona. De entrada con una foto en la que se veía una antigua camiseta del Barça con el 10 en el Palco del Camp Nou. La imagen de Diego, de su época azulgrana, se pudo ver en los marcadores del estadio mientras se le rendía un minuto de silencio con un centro floral colocado en el césped.
Maradona, hace cerca de 40 años, jugó en el Barcelona y aunque aquello haya quedado muy oculto en su carrera deportiva, sigue presente en el Camp Nou. Y nadie mejor que Messi, su heredero verdadero, para rendirle el mejor de los homenajes.