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El Barcelona confirma el regreso de Jordi Cruyff al club como asesor deportivo

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¿Acabó su ciclo o es parte de la renovación culé? (1:56)

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BARCELONA -- Jordi Cruyff vuelve al Barcelona, 25 años después de su tumultuosa marcha en 1996, recuperado por Joan Laporta para incorporarse al área deportiva del club, en un rol de asesor deportivo que, pudo saber ESPN Deportes, colaborará directamente con el director de fútbol Mateu Alemany una vez desvinculado del Shenzen FC de China, con el que mantenía contrato como entrenador hasta el próximo mes de diciembre.

De vacaciones en Barcelona desde hace dos semanas, Jordi mantuvo en los últimos días contactos con Joan Laporta en los que el presidente le confirmó su deseo de incorporarle al club lo antes posible, retardando su visto bueno definitivo por su intención de desvincularse del Shenzen en buenos términos.

Este mismo jueves acudió a mediodía a las oficinas del Camp Nou y el anuncio de su fichaje se hizo oficial tras la reunión de la Junta Directiva, en la que se confirmaría también la continuidad de Ronald Koeman, que cuenta con el apoyo del propio Jordi Cruyff, como entrenador del primer equipo.

El presidente del Barça, entregado sin disimulo a la figura de Johan Cruyff y todo lo que representa, ha valorado especialmente en Jordi tanto su experiencia en el extranjero, alejado de los grandes focos, como la discreción de la que siempre ha hecho gala, alejado de polémicas y con una excelente visión futbolística que considera imprescindible encajar en su proyecto.

Aunque en un principio se especuló con su entrada como secretario técnico o director deportivo, Jordi, se entiende, accederá como asesor futbolístico que tratará directamente con el presidente la línea futbolística del club.

EL LARGO CAMINO DE REGRESO
Jordi Cruyff se despidió del Barça el 19 de mayo de 1996, un día después del cese de su padre como entrenador y en un partido muy recordado frente al Celta en que el Camp Nou le despidió con honores en pleno divorcio con la entonces directiva de Josep Lluís Núñez. Tras su marcha se incorporó al Manchester United de Alex Ferguson, en el que no tuvo continuidad antes de seguir una carrera futbolística que terminó en 2010, cuando pasó a los despachos.

Hijo del legendario Johan Cruyff, Jordi nunca quiso utilizar el apellido en beneficio propio y se labró ya como futbolista una longeva carrera que tras una etapa en el Manchester United dejó huella en clubs como Espanyol o Alavés (con el que llegó a ser subcampeón de la Europa League), antes de comenzar su carrera como director deportivo en el AEK Larnaca de Chipre y doctorarse en el Maccabi de Tel Aviv, al que condujo al trono futbolístico de Israel tras una larga década de sinsabores.

Su carácter independiente no provocó que se apartase de los fundamentos futbolísticos de su padre. Al contrario, Jordi instauró en Israel un ideario innegociable y reclutó entrenadores como Òscar García o Peter Bosz, seguidores indiscutibles de aquella filosofía que después, desde el propio banquillo, él en primera persona mostró, primero en Israel y después en China, tras un breve paso por Ecuador marcado por la pandemia.

"Nunca me cerraré las puertas del Barça porque es mi casa, pero las cosas hay que tomarlas como vienen. Si tengo que volver algún día que sea por convencimiento, no por otra cosa" solía aclarar siempre que se le interrogaba por ese largo regreso al Camp Nou que nunca llegaba a producirse. La muerte de su padre, en 2016, coincidió con un acercamiento de la familia al club y aunque mantuvo las distancias profesionales con Bartomeu, con la llegada del periodo electoral su nombre entró directamente en escena.

Reclutado inicialmente por la candidatura de Víctor Font como Director Deportivo, Jordi se desmarcó pronto de Font y Laporta ya insinuó que contaba con él, sin llegar a especificar en qué puesto exactamente. Tras su triunfo en las urnas el retorno de Jordi fue tomando forma, discretamente y a la sombra de otras operaciones, hasta llegar a su punto final.