BARCELONA -- El partido de sus vidas. El Clásico que no se olvidará. La tarde en la que el Barcelona de Guardiola se doctoró y catapultó hacia una gloria que en las siguientes semanas le llevó a la conquista del primer triplete de la historia del club. Este 2 de mayo se cumplen once años de un 2-6 que, rompiendo todos los récords, provocó que el mundo del fútbol se rindiera a un equipo de leyenda.
Siempre quedará en los libros el 0-5 de 1974 pero nunca se olvidará que aquel 2 de mayo de 2009 el Barça de Guardiola, de Messi, Xavi, Eto’o, Henry, Piqué, Iniesta, Valdés y compañía asaltaron el Bernabéu con una goleada salvaje que rompió todos los pronósticos y que convirtió la soñada remontada liguera del Real Madrid en una pesadilla.
Cuatro meses y medio antes, el 13 de diciembre, el Clásico de la primera vuelta disputado en el Camp Nou había hundido al equipo merengue. Aquella jornada 15 fue la del debut liguero de Juande Ramos en el banquillo madridista, sustituyendo a un Bernd Schuster condenado después de encadenar dos derrotas (Getafe y Valencia) y convenir que no había nada que hacer en Barcelona.
Ganó el Barça por 2-0 (goles tardíos de Eto’o y Messi) y el equipo de Guardiola se disparó en la clasificación con 38 puntos, ocho por encima del Valencia y doce más que el Madrid, caído hasta la sexta plaza y expulsado de la pelea por el título... O eso se creía.
LA REMONTADA
Pero ocurrió que el Madrid encadenó a partir de ahí nada menos que 18 victorias y un solo empate (1-1 ante el Atlético), para alcanzar esa jornada 34 con una más que merecida esperanza de dar alcance al Barça, al que le había recortado ocho puntos para llegar al Clásico con solo cuatro de desventaja.
Faltando cinco jornadas, ganar el duelo directo del Bernabéu se entendía vital para los merengues, que ya habían superado el duro golpe que supuso el barrido sufrido en la Champions a manos del Liverpool y soñaban con acabar de un plumazo con ese Barça que tantos elogios despertaba.
“Nos jugamos la Liga y a eso vamos a ir a Madrid”, proclamó en la víspera Guardiola donde le esperaba un partido y un escenario encendido como pocas veces. Daba igual que Juande Ramos pusiera cordura recordando que el rival “es un grandísmo equipo” porque alrededor del Bernabéu la confianza se mezclaba con la euforia. Sin pensar en nada más que una victoria histórica...
EL APLASTAMIENTO
... Y sí, fue histórica. La victoria del Barça. El aplastamiento, el barrido, la locura. El todo. Explotó el estadio madridista con el 1-0 de Higuaín antes de llegarse al cuarto de hora pero en dos minutos Henry y Puyol le dieron la vuelta al marcador y poco después de la media hora Leo Messi colocó el 1-3 que dejaba claro el mando del partido.
Al corazón y rabia del Madrid respondió con brillantez el Barça, convirtiendo el césped en un rondo mayúsculo por el que Sergio Ramos, Gago, Marcelo, Robben, Raúl, Heinze y demás deambulaban sin opción a alcanzar un balón siempre en poder del rival. Y cuando Ramos devolvió en el segundo tiempo la esperanza con el 2-3, la respuesta inmediata de Henry (2-4 a los 58 minutos) acabó con cualquier discusión.
La última media hora del Clásico fue un divertimento azulgrana y una pesadilla merengue, que se hundió con el 2-5 de Messi y entró en la mayor depresión con el golazo final de Gerard Piqué. Un 2-6 sin discusión que dejó el título sentenciado.
Se cumplen once años de aquel atropello a partir del cual el Barça solo tuvo que descontar los días para conquistar la Liga... y al que siguió el Iniestazo, cuatro días después en Stamford Bridge para plantarse en la final de la Champions que cerró una temporada de ensueño, dos semanas después de ganar la Copa del Rey.