Es 28 de mayo de 2016. Atlético de Madrid busca sacarse la espina de Lisboa, donde dos años antes había estado a segundos de consagrarse como campeón continental, y ganar la primera UEFA Champions League de su historia. Del otro lado, una vez más, Real Madrid, su rival de ciudad, el club más ganador de todos.
En la tanda de penales, que define al campeón europeo, la Casa Blanca no falla y obtiene su undécima Orejona, de las 15 que ya tiene hoy. Allí, los 'apuntados' son Juanfran, quien marró su lanzamiento, y Jan Oblak, uno de los mejores arqueros del mundo, que no atajó ningún penal.
El esloveno, en el Atleti desde 2014, suma 444 partidos vestido de rojiblanco. Ese día, en el Estadio Giuseppe Meazza de Milán, optó por esperar a sus rivales, pero la estrategia le salió mal: Lucas Vázquez, Marcelo, Gareth Bale, Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo eligieron el mismo lado y Oblak, agazapado en el medio del arco, apenas eligió un palo, el correcto, en el remate del lateral brasileño. Los cinco disparos fueron gol.
CR7 fue el encargado de definir la tanda, haciendo más historia en Real Madrid. Oblak observó en primera fila cómo se escapaba, otra vez, la Champions.
“Desde afuera siempre es fácil hablar y criticar, sobre todo cuando ya se dieron los resultados. Cada uno tiene su propia opinión, yo intenté atajarlos hoy (contra PSVy, meses después), en la semifinal y siempre que hay un penal. En la final de Milán no lo logré y desde fuera se puede decir que tenía que haber hecho una u otra cosa, pero nadie sabe cómo es cuando estás ahí, cómo te mira el jugador que va a tirar, si podés tirarte antes o no... En la final de Champions, yo intenté aguantar al máximo y luego tirarme. Tuve mala suerte, pero como dije es fútbol”, reflexionó el arquero.
Ahora es 1° de julio de 2024. A 650 kilómetros de Milán, puntualmente en el Deutsche Bank Park de Fráncfort, Alemania, Portugal y Eslovenia juegan por un lugar en los cuartos de final de la Eurocopa, certamen que se puede ver en vivo por Disney+.
Allí, como de costumbre, Oblak, uno de los futbolistas eslovenos más importantes de todos los tiempos, es figura, al punto de totalizar seis atajadas y llevar el partido, empatado sin goles, a los penales. Eslovenia cerró la Euro invicta, con cuatro empates (1-1 con Dinamarca y Serbia, 0-0 con Inglaterra y Portugal).
Pero uno de esos seis remates es especial. Vanja Drkusic baja a Diogo Jota sobre el final del primer tiempo extra y el elenco luso tiene una posibilidad de oro para abrir el marcador. Cristiano Ronaldo, el mismo que ocho años antes había definido la eliminatoria, se para frente al balón.
Su elección es la misma: a la derecha, es decir, la izquierda del arquero, a media altura. Pero Oblak, quizás con ese histórico penal en la cabeza, adivina. Se lanza sin dubitar y despeja el balón que el actual delantero de Al-Hilal había esquinado. La algarabía de antaño de CR7 ahora son lágrimas, incluso con el partido en marcha. Y Oblak, tranquilo, fiel a su estilo, apenas festeja. No es efusivo y rápidamente piensa en el córner. Sabe que falta mucho.
Finalmente, el héroe del partido es su colega Diogo Costa, portero de Portugal, que en el segundo suplementario le saca un mano a mano antológico a Benjamin Sesko y, luego, en la tanda, tapa los tres penales de Eslovenia, algo inédito. Oblak vuelve a adivinar la ubicación del disparo de Ronaldo, pero no llega. También cede ante Bruno Fernandes y Bernardo Silva, y la clasificación es de los ibéricos.