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Cody Gakpo y una premonición hecha gol

MÚNICH (Enviado especial) – No fue producto del azar. Fue una obra estudiada, premeditada y ejecutada a la perfección por Cody Gakpo, el MVP del 3-0 sobre Rumania que clasificó a Países Bajos a los cuartos de final de la Euro 2024.

"Tengo que complicarle mucho la vida. Tengo que buscarle en el uno contra uno. Será una dura batalla. Estoy deseando que llegue", anticipó el delantero de 25 años sobre su enfrentamiento ante Andrei Ratiu. Pero claro, no alcanza con tener la información para lograr desbaratar el plan. Se necesita estar sumamente atento y preciso para contrarrestarlo.

Tanto el lateral derecho de Rayo Vallecano, como sus compañeros, sufrieron a un Gakpo imparable. Encarador, veloz, inteligente para desprenderse de la pelota en el momento oportuno. Capaz de levantar con cada uno de sus arranques a esa marea naranja ubicada detrás de uno de los arcos del Allianz Arena.

Consciente de que debía explotar ese mano a mano, abrió el marcador a los 20 minutos: Jerdy Schouten limpió la jugada en mitad de cancha, Xavi Simons abrió a la izquierda y el atacante de Liverpool se ocupó del resto. Le enganchó al medio a Ratiu, sacó un fuerte derechazo al primer palo y salió a festejar su 12° grito en 28 partidos en la Selección con un integrante del cuerpo técnico.

Rumania resistió hasta donde pudo

Hasta ese momento, Rumania estaba mucho mejor plantada. Con presión alta para complicarle la salida desde el fondo al rival, con intensidad, al ritmo de su gente que alentó todo el partido. El corte en la cabeza que sufrió Ianis Hagi a los pocos minutos, luego del codazo de Denzel Dumfries, le quitó ritmo. Y el 0-1 golpeó fuertemente a los de Edward Iordanescu.

La Oranje se llenó de confianza. Dumfries llegaba al fondo cada vez que se lo proponía, Xavi Simons tiraba un centro de rabona, Memphis intentaba un córner olímpico y Gakpo seguía siendo una pesadilla. El principal pecado fue haber dejado tanto tiempo con vida a una Rumania que, aunque no podía agarrar la pelota ni sabía cómo acercarse a Verbruggen, seguía cerca en el marcador.

Mientras tanto, el nacido el 7 de mayo de 1999 en Eindhoven mostraba más de su repertorio. Una corrida sensacional desde su campo, que terminó con un remate que Florijn Nita despejó al corner, un tanto anulado por offside a instancias del VAR y un taco que casi termina en el gol de Joey Veerman.

A los 82, el árbitro alemán Félix Zwayer se equivocó al cortar la contra de Rumania por una falta inexistente de Nicolae Stanciu, que encima fue amonestado, y en la jugada siguiente, el ingresado Donyell Malen estampó el 2-0, gracias al pase de…Gakpo. Después de un lateral, el número 11 peleó y pasó entre Dragusin y Racovitan por la línea de fondo, y le cedió la pelota al futbolista de Borussia Dortmund, que solo tuvo que empujarla.

Ya había aportado demasiado en la tarde de Múnich. Koeman lo reemplazó por Weghorst y se llevó una gran ovación. En el descuento, Malen le puso cifras definitivas al partido en una corrida espectacular, en la que ni los objetos que le arrojaron desde la tribuna rumana lograron detenerlo.

Un futbolista hecho a la medida de la Oranje

El propio Gakpo habló de “decepción” tras la derrota frente a Austria y fue muy autocrítico antes del duelo de 8vos. de final: “No dimos la talla”. La mejor respuesta la dio en la cancha, donde marcó su 3° tanto en el certamen para alcanzar a Musiala, Mikautadze y Schranz como máximo artillero.

El ex PSV se sumó a Liverpool en 2023, por más de 40 millones de euros, y si bien no logró convertirse en una fija, en la última temporada disputó 3014 minutos en 53 partidos, anotó 16 goles y se consagró en la Copa de la Liga inglesa. Un anticipo de lo que se vendría en la Euro. Luego de la salida de Jürgen Klopp, seguramente se ilusione con el nuevo ciclo de Arne Solt, a quien enfrentó en Países Bajos.

Desde su debut en la Eurocopa 2020, Gakpo ganó protagonismo y se lució con tres goles en el Mundial 2022 (a Senegal, Ecuador y Qatar), antes de la despedida en 4tos. ante el campeón Argentina. En Alemania ya alcanzó esa cifra y quiere más.

Países Bajos estiró su racha positiva ante Rumania en Múnich, ciudad en la que perdió la final del Mundial 1974 ante el dueño de casa y donde levantó su única Eurocopa en 1988, tras vencer por 2-0 a Unión Soviética.

Párrafo aparte para la hinchada de Rumania. Más allá de las bengalas y los objetos arrojados al campo que seguramente generarán una sanción, alentaron de principio a fin a sus jugadores incluso un rato largo después de la finalización del partido.

Un encuentro que destrabó Cody Gakpo y su premonición hecha gol.