Autor de un bello gol desde el mediocampo en su partido de debut ante Escocia, el delantero sufrió de niño durante los partidos. Cada vez que fallaba, su padre le gritaba en el borde de la cancha
Patrik Schick, uno de los máximos goleadores de la Eurocopa junto a Cristiano Ronaldo, Wijnaldum y Lukaku con tres goles marcados, es la principal apuesta de la República Checa para avanzar a los Octavos de Final. Para ello, los checos necesitan un buen resultado ante Inglaterra, este martes en la última jornada de la fase de grupos.
Autor de un bello gol desde el mediocampo en su partido de debut ante Escocia, el delantero sufrió de niño durante los partidos. Cada vez que fallaba, su padre le gritaba en el borde de la cancha.
Sin embargo, cuando tenía 12 años, el niño se rebeló. "Jugamos un torneo de sala en Praga. Mi papá volvió a negar con la cabeza y gritó algo. Me volví hacia él y le mostré el dedo medio. Ese momento cambió algo en mi mente. Pensé: ¿quién juega realmente al fútbol aquí? ¿Él o yo? Ciertamente lo hago yo", dijo Patrik en una entrevista.
Fanático de David Beckham, del que poseía varios carteles y algunos libros, el joven empezó a mirar cada vez más a Cristiano Ronaldo tras ver al portugués en la Eurocopa 2004.
"Es un gran jugador, tiene mucha movilidad y habilidad. Me recuerda a Ibra. Cuando llegó al Leverkusen demostró que es un buen jugador y ha marcado la diferencia. Marca goles en partidos importantes", dijo Wendell, compañero de Schick en Bayer Leverkusen, a ESPN.com.
"Debido a su tamaño y fuerza, a los entrenadores les gusta usarlo como delantero centro. Pero es un jugador rápido que puede salir del área y lograr hacer otras funciones", explicó el brasileño.
Después de pasar por todas las categorías del Sparta de Praga, su club de la infancia, fue cedido y terminó la temporada como uno de los más destacados del equipo.
Luego, fue fichado por la Sampdoria de Italia por tres millones de euros. Tras casi ser contratado por la Juventus, el delantero fue comprado por 42 millones de euros por la Roma. El problema es que no pudo desbancar a Edin Dzeko y pasó la mayor parte de su tiempo en la banca.
"Hablamos mucho sobre el período en Italia. Comentó que para los atacantes es más difícil porque es un fútbol muy táctico y un poco más defensivo de lo que es hoy", dijo Wendell.
En 2019 fue cedido al RB Leipzig, club en el que marcó 10 goles en 22 partidos. En la temporada actual, fue comprado por 25 millones de euros a mediados del año pasado por el Bayer Leverkusen, que había vendido a Kai Havertz al Chelsea.
A pesar de ser un poco más cerrado con sus compañeros, Schick tiene una buena relación con los brasileños del equipo.
"Una buena persona, me dio mucho apoyo durante mi recuperación, siempre venía a hablar conmigo. Una buena persona, muy importante para nuestro equipo, llegó la temporada pasada y ya ganó su espacio", dijo Paulinho del Leverkusen a ESPN.com.