Es uno de los subproductos de la falta de liquidez en el fútbol, provocada por la pandemia de COVID, y ha creado una situación sin precedentes en toda Europa. En ningún momento de la historia reciente se han encontrado tantas figuras de los grandes clubes en el último año de sus contratos, como es el caso de cara a la campaña 2021-22.
¿Quieres delanteros? ¿Qué hay de Paulo Dybala, Alexandre Lacazette o Kylian Mbappé? Y bien podrías sumar a Erling Haaland a la lista: no está en el último de su contrato, pero debido a que su cláusula de rescisión, que entra en efecto al final de la próxima temporada --rondaría los €70m-- es tan inferior a su valor de mercado, también podríamos agregarlo.
Y ese sólo es el grupo de delanteros estelares menores de 30. Si quieres hombres con un poco más de experiencia, y también de primerísimo nivel, tienes a Karim Benzema, Luis Suárez o, así es, Cristiano Ronaldo. Gareth Bale también, si es de tu gusto...
¿Prefieres mediocampistas? Están Leon Goretzka, Franck Kessie, Thomas Delaney, Marcelo Brozovic, Sergi Roberto, Isco y Paul Pogba. Ninguno supera los 30 años. Si no tienes problema con la veteranía, puedes agregar a Luka Modric, Axel Witsel o Ángel Di María.
¿Te inclinas por los defensores? ¿Qué hay de Raphael Varane, Andreas Christensen, Antonio Rudiger, Nacho, Alessio Romagnoli, John Stones, Serge Aurier o Dani Carvajal?
¿Quieres arqueros? También tenemos de esos... André Onana, Samir Handanovic y Hugo Lloris, por nombrar algunos.
Solía haber una regla bastante simple en la gestión de equipos de fútbol: Excepto por situaciones excepcionales con jugadores muy veteranos o de menor nivel, nunca permitías que tus figuras llegaran al último año de sus contratos. Lo que había que hacer era renovar antes de llegar a ese punto, o mover al jugador, intentando sacarle lo máximo posible.
La lógica era sencilla. Si el jugador se acercaba al último año de su contrato, tenía todo el poder de negociación. Podía presionar para conseguir el salario deseado sabiendo que, si el club no aceptaba, contaba con la agencia libre. Y los agentes libres casi siempre consiguen mejores compensaciones cuando firman con un club nuevo porque éste no debe pagar el pase.
Desde el punto de vista del club, un jugador con un año de contrato por delante generalmente no vale mucho en el mercado abierto. Para que el pase se concrete, el jugador debe aceptarlo, y no aceptará irse a un nuevo club elegido por su viejo club a menos que obtenga el contrato que desea. No cuando podría irse a cualquier lado si sólo espera una temporada más.
Además, cuando los jugadores son transferidos con un año de contrato por delante, inevitablemente se consigue menos dinero por ellos dado que el nuevo club debe ofrecerles un aumento de salario sustancial. Lo que significa que queda menos, ya que todo sale de la misma bolsa.
La falta de liquidez por la pandemia es una de las principales razones por las que nos encontramos en esta situación. Según la Asociación de Clubes Europeos, los clubes han perdido más de €9000 millones en las últimas dos temporadas.
Podrás imaginar las razones. Los estadios cerrados significan cero ingresos por entradas o ventas los días de partido. Muchas ligas también tuvieron que reembolsar a los canales de televisión debido al parate total del fútbol en marzo de 2020. Y, como la economía mundial sufrió un gran golpe, los patrocinadores y el ingreso comercial también se plancharon y, en algunos casos, disminuyeron.
Pero más que nada, la falta de liquidez creó incertidumbre, y eso siempre es lo peor para cualquier negocio. Cuando conoces la magnitud del golpe que recibirás, puedes prepararte. En este caso en particular, los clubes no sólo no sabían nada (más allá de que sería enorme) sino que tampoco sabían cuánto duraría. Y cuando eso sucede, uno se vuelve muy conservador.
Así que los clubes no estaban tan dispuestos a pagar de más para renovar contratos. Pero, por otro lado, como todos estaban sufriendo, también sintieron que podían darse ese lujo.
Tomemos el ejemplo de Goretzka, de Bayern. Tiene 26 años, viene de una buena temporada, es querido y, como imaginarás, el club quisiera conservarlo. Después de todo, más allá de Joshua Kimmich, es el único mediocampista central creíble y experimentado que tienen (a menos que quieras contar a Corentin Tolisso, quien suele lesionarse y además se queda sin contrato el próximo verano). Sin embargo, no sólo está a menos de un año de la agencia libre, sino que los clubes no están haciendo fila.
O el de Pogba. Puede que divida opiniones, pero el hecho es que casi siempre ha sido una figura regular en el conjunto de Ole Gunnar Solskjaer, y si se va, Manchester United tendrá que reemplazarlo. Y si espera, el jugador de 28 años simplemente podría irse como agente libre después de haberlo fichado por €105m en 2016. Y, sin embargo, no ha sido seriamente vinculado con ningún club.
¿Mbappé? El director deportivo de Paris Saint-Germain, Leonardo, dijo hace tres meses que definitivamente recibiría un nuevo acuerdo. ¡Estupendo! Pero no ha sucedido aún. Y el tiempo corre. Y con cada día que pasa, el atractivo de esperar a que el contrato venza aumenta. Si esto hubiera ocurrido hace cinco años, su cara estaría en todas las portadas de diarios españoles como Marca y AS, y quizá Manchester City o Chelsea estarían viajando a París con regularidad. ¿Ahora? Casi no es noticia.
Y luego está el abuelo de todos: Cristiano. Juventus supuestamente quiere un mínimo de €25 millones ($29,6m) por él, con su contrato actual gana más de €60m ($75m) por temporada, y tiene 36 años. Bien.
Por otro lado, Juventus dijo recientemente que proyecta pérdidas de €300m ($355m) en dos años, así que bien podría otorgar un descuento. Además, el año pasado convirtió 36 goles y este mes ganó el Botín de Oro de la Eurocopa 2020. Y, como probablemente sabrás, comercialmente, Ronaldo vale oro.
Sin embargo, sigue donde está, y todo esto apunta a una ventana de pases distinta a la de cualquier otro verano: una donde los jugadores tienen todo el poder. Puede que a los clubes no les importe mucho esperar, pero a medida que se vaya acercando el 30 de junio de 2022, empezarán a ponerse nerviosos.
Dado que una transacción importante tiende a provocar una reacción en cadena, todo esto podría cambiar para la fecha de cierre de la ventana, a fines de agosto. Pero no cuentes con ello. En cambio, puedes esperar la madre de todas las ventanas de pases el año que viene, no tanto por el valor de los pases, sino por la magnitud de los salarios.
Una vez que el equilibrio de poder cambia, es difícil revertirlo.