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Rodrigo Saravia y la experiencia de jugar en un país que respira fútbol

El mediocampista guatemalteco volvió al extranjero para jugar en el Plaza Colonia, de Uruguay, después de cuatro años

CIUDAD DE GUATEMALA -- Cuatro años después, el mediocampista guatemalteco Rodrigo Saravia ha vuelto a vivir la experiencia de ser extranjero. Lo ha hecho un pequeño país de Sudamérica, que no por pequeño deja de ser un animador en el fútbol Mundial.

De hecho, en unos días la Selección de Uruguay debutará ante Corea del Sur en la Copa del Mundo de la FIFA Qatar 2022, un evento que emociona a los poco más de tres millones de habitantes. En Uruguay se respira fútbol, la pasión se desborda y la exigencia en la cancha se lleva al tope.

Fue en ese país, campeón del mundo en 1930 y 1950, que Rodrigo Saravia plantó la bandera guatemalteca al jugar con el Plaza Colonia. Compartió camerino con el histórico Cristian ‘el Cebolla’ Rodríguez y fue parte de un torneo en el que los reflectores apuntaron a Luis Suárez.

Saravia jugó en Estados Unidos y en el 2017 dio el salto a Europa para jugar con el IK Frej Täby, de la Segunda División de Suecia. Volvió a Guatemala para jugar con Comunicaciones FC, donde tuvo una serie de altibajos. Pero, la última temporada fue un éxito. Se consagró campeón de la Liga Concacaf 2022 y saboreó el triunfo en el torneo local al levantar el título del Torneo Clausura 2022.

Fue el nuevo impulso para su carrera. El primer paso para un gran objetivo: mantenerse en el extranjero durante el proceso de Selección Nacional rumbo a la Copa del Mundo 2026. Tiene 29 años y confiesa que puede ser la última oportunidad de ir a un Mundial. Quiere estar al 100 y rosándose con el fútbol de primer nivel.

De momento el camino va bien. Alcanzó a jugar 9 de 15 partidos en el Campeonato Uruguayo Clausura 2022. Tiene contrato con la institución hasta el final de la temporada en junio del 2023. Así que su idea es volver en diciembre para hacer el reacondicionamiento físico, ganarse un puesto como habitual y pensar en una mejor opción al cierre de ciclo.

La charla

Por estos días Rodrigo Saravia se encuentra en Guatemala disfrutará de unos días con la familia y luego saldrá de vacaciones. Mientras, acepta charlar con ESPN Digital para compartir su experiencia en un país simple y sencillamente futbolero.

“Estoy contento, contentísimo, porque siempre quise volver al extranjero, lo luché durante cuatro años. Desde que llegué a Guatemala me lo planteé, nos lo planteamos con mi círculo cercano, y se me dio la oportunidad de ir a una liga, que no estaba en mis planes, por ser realista, simplemente por ser realista, yo veo a Uruguay muy alto, cuando piensas en Uruguay, piensas en jugadores que están en las ligas europeas y por ende uno asimila que la liga es difícil y es difícil entrar”.

“Cuando se me da la oportunidad nos tomamos dos días para tomar la decisión. Todos en mi círculo me recomendaron que tomara esa ruta, esa nueva experiencia. Me quedó contento con los meses que estuve allá, por el simple hecho que crezco mucho como persona, eso es lo más importante para mí. Secundario, también crezco en lo futbolístico, que también era la idea. Es una liga muy fuerte, muy intensa y ha tocado adaptarme muy rápido a ella. A uno que representa a su país en el extranjero, le toca esa linda presión de abrirle puertas a la demás gente y dejar una buena imagen”.

De su primera experiencia en el fútbol uruguayo, Rodrigo destaca la pasión con la que se vive el deporte. “Me encantó el ver lo que es el fútbol. Uruguay es un país de fútbol, en el que se respira fútbol y todo es fútbol, el 90% de su población sabe de fútbol. Me encantó jugar en el Campeón del Siglo -Estadio de Peñarol-, fue una experiencia lindísima, aparte que tuve una actuación muy buena”.

“Entrar al estadio y ver todo lo que es verdaderamente el fútbol. Las canchas son extremadamente lindas, hay ciertos estadios que no tienen una infraestructura buena, pero siempre le dan mucha importancia al campo, saben que ese es el escenario del futbolista. Me gustó el poder estar en una liga que exporta jugadores cada año y la posibilidad que tengo para dar un salto que es la idea inicial por la que voy”.

Acepta que lo más difícil, como todo cuando inicias una nueva etapa, fue el proceso de adaptación. Las primeras seis semanas alejado de su familia, pero supo sobrellevar el silencio de su apartamento con la compañía virtual de sus seres queridos y sintió el respaldo del equipo para salir a flote.

Aprende del 'Cebolla' Rodríguez

Destaca el crecimiento personal y profesional de su aventura por Uruguay. “Aprendí mucho, la velocidad en el fútbol, lo hablaba con ‘el Cebolla’ Rodríguez, yo le preguntaba muchas cosas, y una de las cosas que me quedó fue el tener referenciado donde están todos los compañeros, previo a recibir la pelota y a la hora de recibir ya hay que saber qué hacer. Es algo que ya practicaba y cuando alguien como él -Rodríguez- te lo dice, ya no hay que cuestionarse nada. Eso me ayuda a crecer”.

A futuro, la tiene clara. “A finales de año, en diciembre, iré a hacer una mini pretemporada con el equipo. Primero hay que agradecer por este año, cerrarlo y toca un nuevo año. Voy con mucha gana de comerme la oportunidad que siempre quise tener, pelear un puesto. Voy a dar lo máximo, tenemos un gran reto, que es sacar al club de la zona en la que estamos, y dar ese salto. Me fui a Uruguay con la gana de agarrar a ese equipo como un trampolín, sabiendo que ha sacado a muchos jugadores a mejores clubes”.

“Se vienen cosas lindas con Selección, muchos amistosos. Primero quiero estar y para eso tengo que estar haciendo bien las cosas en el club. Quiero seguir teniendo la experiencia en el extranjero. Mi idea es estar en el extranjero tanto tiempo hasta que venga la eliminatoria para estar a un nivel alto y competir de buena manera, sabiendo que podría ser la última eliminatoria para mí. Es la última oportunidad que yo estoy viendo para clasificar a un Mundial. Es el sueño que tengo desde que nací”.

Rodrigo Saravia, de 29 años, se siente fuerte, decidido de entregarse al máximo, con ganas de ‘día a día, ganarle al día’, una frase que significó mucho durante su estadía en Uruguay.