El futbolista ha puesto una pausa a su carrera profesional para iniciar una etapa apoyando a la juventud de su comunidad en San Cristóbal Verapaz
ALTA VERAPAZ -- Han transcurrido cinco meses desde que Christopher Ramírez dejó el fútbol de forma profesional en la Liga Nacional de Guatemala y decidió trasladarse a su comunidad de San Cristóbal Verapaz en el departamento de Alta Verapaz, para comenzar un proyecto de formación en los jóvenes de la localidad.
De forma personal, Christopher Ramírez tomó la decisión de cambiar su rol dentro del terreno de juego y en base su experiencia y trayectoria a sus 29 años, se ha volcado en apoyar a la juventud de San Cristóbal Verapaz para que tengan una formación integral con talento, valores y disciplina.
Desde su casa de residencia, Christopher Ramírez conversó con ESPN Digital sobre la decisión que ha tomado al poner una pausa su carrera futbolística y tener un nuevo rol.
“Fue una decisión personal que tomé. Salí de Deportivo Mixco, habían algunas cosas que estaban pasando y se dio la salida. Después de que salí, regresé a San Cristóbal Verapaz y tomé la decisión de tener un respiro mental y emocional. Tenía días donde sentía mucho enojo o frustración por diferentes cosas y eso no era bueno para mi salud física y mental. Mucho menos por las metas y objetivos que tengo en Guatemala a largo plazo”, expresó Ramírez.
El exjugador de Deportivo Mixco, Xelajú MC Sanarate, Antigua GFC y Guastatoya, está cumpliendo el deseo que comenzó a construirse desde hace aproximadamente nueve años. “He estado muy ocupado con proyectos para beneficio de mi pueblo. Siempre he sido de la mentalidad de usar mi experiencia, trayectoria y la imagen que tengo, para hacer cosas buenas en mi pueblo. Ahorita estoy involucrado en apoyar a la juventud de San Cristóbal Verapaz y eso me llena el corazón. Estoy haciendo cosas muy importantes para apoyar y motivar a la siguiente generación. En San Cristóbal Verapaz es increíble el nivel de talento que hay en el pueblo y es un privilegio usar mi experiencia para ayudar a estos chicos”.
Ramírez confiesa que tomó de referencia ciertos modelos de Europa para poderlos aplicar en su comunidad para el beneficio de la juventud. “Esta visión de desarrollar jugadores jóvenes empezó hace ocho o nueve años. A los 18 años me fui para Holanda y fue mi primera experiencia en Europa. Vi como trabajaban y entrenaban, por lo que comencé a escribir diferentes ideas, formas de trabajo y formas de pensar. Después estuve en Alemania, Suecia y Bélgica. Vi como trabajan las fuerzas básicas y pensé que en Guatemala debemos desarrollar al jugador”.
La iniciativa comenzó en recaudar fondos para regalar pelotas de fútbol. Ahora, algunos meses después, el proyecto creció y apoya a alrededor de 400 niños y jóvenes con zapatos, sesiones de entrenamiento y principalmente en la enseñanza de valores y disciplina.
“Estaba en mi pueblo y me puse a pensar en que quería regalar unas pelotas a los chicos. Armé un logo y vendí playeras para comprar las pelotas de fútbol. Se siente muy bien ayudar y apoyar a la gente. Recibo mensajes de los padres de estos chicos que apoyo con una pelota, zapatos o sesiones de entrenamientos. Son alrededor de 400 niños y agarro un grupo con jugadores que entrenan conmigo y los exijo en un buen ambiente. Ellos nunca lo habían vivido y eso crea mucha alegría. También genera responsabilidad, porque me confirma que es un camino necesario. Entiendo la importancia de lo que estamos haciendo y es un gusto ver a los jugadores entrenando fútbol y tratando de llegar a donde yo he llegado”, indicó Christopher Ramírez.
Para Ramírez no hay duda en que los jóvenes son las personas indicadas para fomentar un cambio en su estilo de vida. “Lo más importante es trabajar con los jóvenes, porque ellos son la siguiente generación. Lastimosamente los que son más grandes, tienen su forma de pensar y es difícil que ellos cambien. Los jóvenes aún están aprendiendo y tienen una mejor actitud para tomar los valores y lo que queremos enseñar”.
Por último, Christopher Ramírez no descarta la oportunidad de volver al fútbol profesional en un futuro. “Está en mente y corazón. Lo que estoy haciendo acá es importante, pero también hablo mucho de poner el ejemplo. Tengo 29 años, hay interés de varios equipos, sigo entrenándome y físicamente es el mejor punto donde he estado. Sí pienso que es una posibilidad muy alta”.