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Los males que provocan los constantes fracasos en el fútbol guatemalteco

La Selección Nacional de Guatemala sumó tres grandes fracasos en el último mes

Guatemala quedó fuera de la eliminatoria mundialista y fue dos veces eliminada de la Copa Oro 2021. Primero en la ronda preliminar, al perder en penales con Guadalupe, y luego en la fase de grupos después de perder los primeros dos juegos.

Es solo el reflejo de lo mal que se encuentra el balompié guatemalteco sumido en el subdesarrollo, golpeado por una suspensión de dos años y por una pandemia.

A continuación, repasamos los males que provocan los constantes fracasos:

Sin industria

En pleno 2021 las instituciones de fútbol no funcionan como tal. A excepción de algunos, su estructura no da para más que tener equipos que peleen por ganar partidos. Es decir, no venden jugadores, no venden camisolas, no atraen gente a sus estadios y por eso se vuelven dependientes de Municipalidades, políticos, empresarios o benefactores locales, que solo buscan sus propios beneficios

La mayoría de equipos se valen de una junta directiva, un administrador y nada más. No cuentan con director deportivo, departamento de desarrollo técnico, mercadeo o comunicación. Aducen no tener recursos, pero tampoco crean mecanismos para obtenerlos en beneficio de su institución.

Corrupción

Es un flagelo que golpea al país y el fútbol no es distante. Desde los altos mandos, hasta las ligas menos mediáticas y sus equipos. Todos se ven amenazados por un sistema poco transparente, sin que las instituciones encargadas de fiscalizar hagan algo al respecto.

El último gran escándalo que sacudió al fútbol guatemalteco involucró a tres altos mandos de la Federación Nacional de Fútbol. Brayan Jiménez (presidente) y Héctor Trujillo (secretario) fueron condenados por la justicia estadounidense, después de ser acusados de recibir sobornos de empresas deportivas a cambio de otorgarles los derechos de retransmisión y marketing de partidos de fútbol de la Selección Nacional. También se vio involucrado Rafael Salguero.

A nivel de equipos cada vez es más común escuchar sobre comisiones y otros beneficios individuales en transacciones de material humano. Un problema que involucra a varios actores.

Entes sin acciones

Las Ligas solo organizan torneos, arman calendarios y aprueban reglamentos. En los últimos años su aporte al desarrollo del fútbol ha sido nulo. Tampoco cuentan con departamento de desarrollo, de aplicación técnica, menos de mercadeo y comunicación, entre otros para el buen funcionamiento de una entidad.

No legislan a favor de evitar las practicas que evitan el desarrollo del fútbol, tampoco promueven políticas basadas en estudios para que sus afiliados logren objetivos.

Infraestructura

Sin formas para agenciarse de fondos y viviendo al día, los equipos no pueden pensar en invertir en instalaciones. Son contados las instituciones del fútbol guatemalteco que cuentan con sus propias instalaciones. La mayoría son dependientes de la infraestructura municipal, lo pero es que no trabajan en conjunto para crear programas de desarrollo que favorezcan a las comunidades.

Tampoco las entidades del Gobierno se han preocupado por mejorar las instalaciones actuales y en funcionamiento. No lo ven como prioridad. Cada vez hay más canchas privadas y menos campos públicos.

Sin formadores

Se pretende desarrollar talento. La Federación ha impulsado un programa de visorias a nivel nacional en los últimos años, pero lo hace con la misma gente de siempre. El primer paso debería ser invertir en preparar a los formadores de talento. Potenciar a los técnicos, dotarlos de herramientas metodológicas para hacer un buen trabajo. Con la misma gente, se obtendrán siempre los mismos resultados.

Sin voluntad política, sin líderes

Lo más importante: todos saben los problemas y las soluciones, pero nadie está dispuesto a dar el primer paso. El fútbol guatemalteco está necesitado de líderes comprometidos con el fútbol. Desde los futbolistas, pasando por los entrenadores y los dirigentes.