Liverpool salió decidido a buscar su sexta victoria consecutiva en la Premier League en cancha de Tottenham, pero dos situaciones claves y polémicas en el primer tiempo le complicaron la misión, quiso aguantarlo, pero por sus propios errores cayó por 2-1 y dejó pasar la chance de ser líder.
Guglielmo Vicario tuvo que hacer una doble salvada para evitar que Cody Gakpo o Andy Robertson abrieran el marcador. Hubo una notoria superioridad red en los minutos iniciales, hasta que pasados los 20, el VAR decidió revisar una infracción de Curtis Jones sobre Yves Bissouma. A primera mirada, una dura falta, pero que no ameritaría algo más que una amarilla. Pero la cámara lenta y las fotos de la teconología condenaron al mediocampista inglés. El árbitro Simon Hooper decidió expulsarlo.
Pero si se miraba con más detenimiento la acción, la plancha de Curtis se dio luego de que pisara la pelota, que se escurrió y el pie cayó sobre la pierna rival.
Jurgen Klopp buscó reacomodar el equipo, que no se resintió por quedar con uno menos y la prueba fue que, menos de diez minutos después, llegó lo que pudo ser la ventaja red, con una gran definición de Luis Díaz. No obstante, de nuevo el VAR, al revisar el inicio de la jugada, determinó que el colombiano estaba en off-side, aunque la imagen de TV muestra que el pie de Cuti Romero (el último hombre de los Spurs) parecía estar en la misma línea que el de Díaz.
El 0-0 no duró mucho más y el que se puso en ventaja fue Tottenham, tras una buena acción ofensiva entre James Maddison, Richarlison y la finalización de Heung-Min Son. Con el 1-0 y el hombre de más, crecieron los Spurs que buscaron hacer el segundo rápido, aunque sin conseguirlo.
En inferioridad de condiciones fue que Liverpool se encontró con el gol que mereció en otro momento del partido y no se le dio. Pero como no estaba en su mejor tarde, la gran definición de mediavuelta de Gakpo lo dejó lesionado en la rodilla y tuvo que ser reemplazado en el entretiempo por Diogo Jota. El brasileño duró poco menos de 25 minutos en cancha, cuando fue expulsado por una falta sobre Destiny Udogie.
La sensación de injusticia que pudo dejar el primer tiempo, se esfumó en el segundo, cuando Alisson Becker tuvo dos atajadas salvadoras, Tottenham tomó las riendas del partido y Klopp intentó "bajar el telón" con las salidas de Joe Gomez, Luis Díaz y Mohamed Salah y el equipo se retrasó en el campo.
Liverpool aguantó todo lo que pudo, esa fue, básicamente, su misión en el complemento, pero no le alcanzó. La mala fortuna le jugó en contra nuevamente en el último ataque spur. Después de soportar el asedio de Tottenham en los seis minutos de descuento, Pedro Porro lanzó un centro desde la derecha e, increíblemente, Joel Matip, en lugar de despejar, la metió en contra de su propio arco.
La sorpresiva caída del Manchester City ante Wolverhampton le había abierto la puerta a los Reds para quedar punteros, pero entre polémicas y errores propios, dejó pasar una chance de oro y fue Tottenham el que ahora es de otra vez escolta en la Premier League.