Adrián Gutiérrez, historiador de las barras, señaló que el encono entre ambas aficiones se deriva de la lucha por no descender
MÉXICO -- Adrián Gutiérrez, historiador mexicano de las barras bravas en el futbol mundial, y exmiembro y fundador de la barra de apoyo a las Chivas: La Legión 1908, afirmó que las barras de Querétaro, Atlas y Atlético de San Luis son las más peligrosas del balompié mexicano, aunque esto se origina por su rivalidad con los grupos de los equipos de la región; contra ellos se derivan las grandes disputas, o 'broncas'.
Adrián Gutiérrez, explicó: "Anteriormente, las barras de América y Tigres eran barras muy violentas, aunque en la actualidad, las de San Luis, Querétaro y Atlas están fuera de control. Son de las más peligrosas del futbol mexicano" .
Para sustentar lo antes señalado, dijo que "la barra de mayor riesgo no es en específico la de Querétaro. Los enfrentamientos regionales con Celaya y con San Luis Potosí; los enfrentamientos en Segunda y en División de Ascenso, son lo que creaban la rivalidad entre San Luis y Querétaro, que han tenido problemas. Ó el San Luis-Celaya, San Luis-Necaxa... Normalmente, los grupos de aficionados siempre buscan un grupo antagónico con quién tener una rivalidad, eso es de manera natural".
Indicó: "Todos los grupos siempre tienen que tener su grupo antagónico para sentir que tienen un clásico, para sentir que tienen una rivalidad, y al ser ignorados por los equipos grandes, en este caso no el Atlas, que tiene un clásico de 106 años con Chivas, buscan equipos con quiénes rivalizar por el ascenso".
"En este caso, desde el 2007 fue el Atlas-Querétaro, porque estaban los dos metidos en asuntos de descenso y Atlas manda dos veces a Gallos al descenso, ahí se da la rivalidad. Querétaro-San Luis se da en partidos de Segunda División y también por no descender. Lo mismo que con Celaya".
Asimismo, destacó: "Nunca había habido un problema entre Querétaro y América, o entre Querétaro y Cruz Azul, o entre Querétaro y Tigres, por ejemplo, sino que esto se presenta con los equipos con los que rivalizan por el descenso, y con los que ellos mismos crean sus propios clásicos y su propio antagonismo".
LEJOS DE IGUALAR A SUDAMÉRICA
Adrián Gutiérrez, dijo que no sabe "porqué aquí se empeñan en imitar a las barras de Sudamérica, cuando deberían voltear a ver más a Europa".
También aseguró que pese a lo sucedido el sábado en La Corregidora, "estamos muy lejos de llegar a límites como lo que pasa en estadios de Argentina, Chile y Brasil".
Fue más especifico al respecto: "Los equipos en Argentina, en Chile, no tanto en Brasil, son de barrio. Son equipos de clubes donde la gente se identifica con el club de su colonia y dónde sustituyen a la pandilla... En una ciudad como Buenos Aires, o Santiago de Chile, podemos encontrar diez equipos de Primera División y otros diez equipos en divisiones de ascenso. Entonces, eso se convierte mucho en 'mi barrio, mi colonia', y muchos de esos barrios son de clase baja".
"La Boca es un equipo de un barrio de clase baja; Avellaneda, que tiene tres equipos: Arsenal de Sarandí, Racing, Independiente, se vuelven el equipo de la colonia... En México lo vemos más como ciudades. En Chile y Argentina es más del barrio y eso también se traslada a Uruguay, mientras que en Brasil, como es enorme, es un poco más parecido a lo que es en México".
"Allá es un equipo por ciudad y dónde se dan los problemas es en las Ligas regionales. El Brasileirao se divide en dos etapas; la número uno es una Liga regional, como una eliminatoria, y después compiten por un campeonato nacional en la segunda parte del año. En el Brasileirao, que son los equipos de una localidad, es donde hay más problemas".
"Ellos se llaman 'torcida', no barra brava. Ahí hay más problema porque juegan equipos de Río, o de Porto Alegre, entre ellos, y en el nacional son distancias más largas... Ahí hay un problema económico, social y de falta de educación, que lleva al aficionado a identificarse con una pandilla. Eso es lo que ves, una pandilla; nada más que en lugar de ser una pandilla de barrio es una pandilla de un equipo de futbol".
Adrián Gutiérrez fue tajante al cuestionar: "¿Por qué seguir manteniendo a estás barras? Deben desaparecer", afirmó.