SEATTLE – Sabes que ha ocurrido algo trascendental en un evento deportivo cuando nadie quiere irse. Considerando la historia que se escribió el miércoles en el Lumen Field, no se puede culpar a nadie relacionado con los Seattle Sounders por querer quedarse allí.
Seattle se impuso en la vuelta de la final de la Liga de Campeones Concacaf 3-0 a Pumas (5-2 global). Después del partido, los abrazos sobre el césped fueron casi tantos como los vítores en las tribunas. El mar de hinchas vestidos con camisetas verdes creció y saltó en medio de la euforia. El defensor del Seattle Nouhou Tolo ondeaba una bandera de Camerún; el delantero Fredy Montero ató una bandera colombiana alrededor de su cintura. Los niños hicieron ángeles de nieve improvisados en el confeti. Y el público rugió cuando el capitán del Seattle Nicolas Lodeiro alzó el trofeo.
Es un momento que marcó historia para los Sounders y la MLS. Habían pasado más de 20 años desde la última vez que un equipo de la MLS podía ufanarse de ejercer supremacía a nivel continental, siendo el primer triunfo para la liga estadounidense en estas instancias desde que la competición pasó a tener un formato de ida y vuelta en las eliminatorias en 2002.
A lo largo de los años, la CCL ha estado llena de momentos en los cuales los equipos de la MLS se vieron superados por un talento superior. Sin embargo, en aquellas ocasiones en las que un equipo de la MLS parecía estar listo para dar el salto, también parecía verse abrumado cuando las circunstancias iban en su contra. Esos momentos se produjeron de todas las formas posibles: ocasiones perdidas, lesiones, decisiones arbitrales cuestionables… la lista sigue. Sumamos un calendario implacable y había la sensación de que la caída de un equipo de la MLS parecía casi inevitable.
En esta edición del torneo, las expectativas creadas en torno a los Sounders sumaban mayor tensión. Habían logrado lo difícil en la ida al firmar empate 2-2 en la Ciudad de México. Aparte de la anunciada asistencia de 68.741 personas al encuentro del miércoles (con boletería agotada) que esperaba alentar a sus héroes hasta lo máximo. Esa presión puede pesar; sin embargo, surtió el efecto deseado en esta ocasión.
“Estaba en el banco cuando todos saltaron al terreno y escuché los aplausos. Sentí escalofríos”, expresó Kelyn Rowe. “Tenía una gran sonrisa”.
El director técnico Brian Schmetzer agregó: “La conexión entre hinchas y jugadores es el espíritu de este club. Y ustedes la oyeron. Cuando los equipos salieron al terreno esta noche, fue maravilloso. Fue verdaderamente maravilloso. Sintieron la energía presente en el estadio. Los jugadores la sintieron. Fue algo espectacular”.
Sin embargo, incluso a pesar de que Seattle tomó ventaja en el marcador, la plantilla se vio acechada por elementos que parecían indicar que la historia volvería a repetirse. En particular, las sustituciones provocadas por las lesiones de Nouhou y Joao Paulo en los primeros 30 minutos del partido tenían potencial suficiente para causar un bajón de nivel a los Sounders. Y así ocurrió por un tiempo. Unos Pumas que hasta entonces no fueron los mejores sobre la cancha comenzaron a encontrar su ritmo y parecían tomar control del partido.
En vez de desmoronarse, los Sounders absorbieron los golpes, confiaron en la profundidad de su nómina (que incluía a Rowe y al canterano de 16 años Obed Vargas) y se impuso gracias a la sangre fría de Raul Ruidiaz en la definición y la creación de Lodeiro.
La victoria supone un espaldarazo muy necesario para la causa de la MLS. Durante casi una eternidad, el comisionado de la MLS Don Garber ha pregonado que el objetivo de su liga era convertirse en la mejor del mundo para una fecha aparentemente aleatoria. Obviamente, una de las funciones laborales de Garber es promocionar su liga; sin embargo, este loable objetivo, se defina como se defina, parece ignorar el hecho de que hay que ocuparse de la coyuntura en su propia región antes de empezar a pensar en competir con el resto del mundo.
Ahora, la MLS puede empezar a acariciar sueños algo más basados en la realidad. Es cierto que se necesita de más de un título para ostentar dominio regional, pero eso no puede ocurrir hasta tanto no se asegure la primera victoria. Y ya la MLS la tiene en su haber.
Y tiene que agradecérselo a Seattle. Otros equipos han alzado campeonatos durante la existencia de la franquicia de Seattle en la MLS; sin embargo, los Sounders se han destacado por su consistencia en una liga con tope salarial, clasificando todos los años a la postemporada y jugando cuatro finales de MLS Cup. Sumen un Supporters’ Shield y cuatro coronas de U.S. Open Cup y es evidente que ganar títulos es la expectativa más que una meta lejana.
Esa clase de éxitos requiere planificación. Si se hace bien, genera profundidad que va de la mano con el talento. Eso se vio en el encuentro del miércoles. Vargas y Rowe actuaron hábilmente y sentaron las bases para que Seattle reafirmara su supremacía.
“Siempre es difícil perder [dos] titulares, especialmente Joao y Nouhou, que son dos diferenciales”, afirmó el volante Cristian Roldan. “Sin embargo, la realidad es que nuestra gerencia ha hecho una gran labor creando profundidad. Es grandioso tener una buena nómina sobre el papel, aunque también debemos demostrar que somos un buen equipo sobre la cancha. Así que los chicos dieron un paso adelante. Fue la mentalidad del próximo hombre. El hecho de que un joven de 16 años y un veterano de 10 temporadas sustituyan a esos dos chicos es algo que no se puede imitar en esta liga”.
Es cierto que un mal momento se puede romper fácilmente cuando se cuenta con un definidor implacable como Ruidiaz. Su primer tanto, convertido poco antes del descanso, tuvo un elemento de suerte, ya que el balón se desvió de Diego y pasó frente a un desorientado Alfredo Talavera en el arco de los Pumas. Su segundo gol, marcado en el minuto 80, fue el punto culminante de una magnífica jugada colectiva en la que participaron Jordan Morris y Lodeiro. Lodeiro, que remató después que Morris intentara convertir para ser atajado por Talavera, ayudó a aumentar la ventaja. “Raúl es un ‘killer’, dicho de buena forma, no de la mala”, afirmó Schmetzer. “Y, ¿sabes cómo en la NFL tienen jugadores con etiqueta de franquicia? ¿No es eso lo que tienen? Puedes llamar a Nico ‘jugador franquicia’”.
La defensa de Seattle también hizo su mejor esfuerzo. Entre los dos goles de Ruidiaz se pudo ver un momento de presión sostenida por parte de los Pumas que obligó al portero de Seattle Stefan Frei a hacer una atajada de suma urgencia. Entonces, el cotizado Albert Rusnak, considerado el fichaje de la temporada, aportó orden con el balón e inició la secuencia que terminó en el segundo tanto de Ruidiaz. De repente, los Sounders corrían imparables hasta alcanzar el título de la CCL.
La celebración post partido tuvo momentos de contraste. Schmetzer hizo lo posible para conducir los elogios hasta todos los miembros de la organización. Incluso en el momento del que podía considerarse el mayor triunfo de su carrera, se mostró reacio a reflexionar sobre su importancia histórica. “Denme seis meses”, expresó. Se sospecha que comenzará a entender la magnitud de su victoria una vez tome una copa de vino acompañado por su esposa Kristine. Por ahora, está “viviendo el momento”.
“Ha sido un esfuerzo colectivo para llegar a esta meta, no puedo subestimarlo”, prosiguió. “Este es un torneo difícil de ganar. Y sí, lo logramos y todos estamos contentos. Seguiremos adelante. Tenemos un partido contra Dallas este fin de semana”.
El gerente general y presidente deportivo de los Sounders Garth Lagerway no se contuvo y no dudó en celebrar la victoria. Para él, se trataba de una redención. Lagerwey había recorrido una trayectoria similar en la CCL cuando era gerente general del Real Salt Lake en 2011, aunque ese equipo se quedó a muy poco de alzar el título en una agónica derrota. Finalmente, el santo grial de la CCL está en su poder. “Ha tardado mucho en llegar”, indicó. “Personalmente, no sabía si volvería (a la final). Son 11 años. Hacerlo con los Sounders, de esta forma y hacerlo con estos aficionados es realmente especial”.
Lagerwey es de la opinión que el triunfo de Seattle no será la excepción en cuanto a triunfos de equipos de la MLS en la CCL. Habló sobre equipos como New York City FC y LAFC y cómo están elevando el nivel de la liga.
“Somos la punta de la lanza”, afirmó. “Pero hay toda una vanguardia que viene detrás de nosotros. Y con una liga en ascenso, la competición de la Leagues Cup se hace mucho más emocionante porque es realmente competitiva. Tienes la mejor generación de futbolistas estadounidenses que jugarán el Mundial. Es un momento tan emocionante para formar parte del fútbol estadounidense”.
Y también es un momento histórico.